ACRÓNIMOS
El sufrimiento crece al prometer
olvidar.
En nuestra casa anterior nos temían. A Dante ofendíamos, reñíamos a muerte entre nosotros. TT escapó.
Algunas noches olvido cómo hablar
encantadoramente.
Sabes, amor, cómo retozar. Intensos lamentos emanaban guturalmente
anoche.
Esta xilografía prerrenacentista representa eróticamente santos, Inmaculadas, oradores... ¿No es
sacrílega?
Ahora lograron equivocarse grandemente redactando acrónimos. Revisé muchas expresiones.
Era su trabajo indagar, generar más asombrosos sucesos.
REGLA 3: La oración anterior tiene errores.
Ayer lograste entristecerme grandemente, recorriéndome, acariciando mis estigmas.REGLA 1: La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Sin intuir mi pesar, aquella tarde, intentabas
alegrarme.
¿Necesidades? Estaba chillando estúpidamente sin intención, dando alaridos desesperados esperaba
simpatía.
El niño, que un instante sollozó, tenía algunas
necesidades.
¿Sientes algo, corazón? Eres roca, duros odios te
enquistan.
Otro falso estímulo recibió tu amigo sacerdote.
Soñó otra locura: inmovilizar totalmente al Rey Inca.
Oró.
Resistió el placer rencorosamente, ignorando mensajes íntimos del onanista
solitario.
Su autodestructivo noviazgo (anacoreta), daba orgasmos reprimidos.
Su opinión fomenta odiosas conclusiones, al no tener entusiasmo
sanador.
Su entusiasmo no sanará aquellas cicatrices, incluso ocasionará nuevos estigmas sofocantes.
¿Recuerdas ese sucio otoño? Necesitábamos alegrías, nos callábamos intentando ahorrarnos sensaciones.
¿Olvidaré la vergüenza indigna de anteriores
resonancias?
Siendo infinitamente lejana, encontré nuevas cicatrices intentando
olvidar.
Ahora mientras olvidas, reiré en
silencio.
Al haberte olvidado, reinvento
amores.
Sábelo, una pretende instruirte, entiéndelo rápido,
¡ahora!
¿Dónde encontraré su espontaneidad? Ojalá
supiera.
Su olor llenó el departamento alentando
deseos.
Su última caricia infringió aquella
soledad.
Éramos xerocopias corrompidas, usábamos salidas accesibles...
sucias.
Sintiendo una terrible inquietud, le mentí esa noche... teniendo
excusas.
Zaherida avancé riendo. Intentaba generarte un espasmo y acariciarte
sutilmente.
Se ocultaron esas
zarigüeyas.
Al zorro una liebre escupió,
soez.
En nuestros tiempos, era raro encontrar zapatos
azules.
Obtuve beneficios sirviendo en sucios inmuebles venecianos. Algunas mujerzuelas estúpidas no tuvieron
entereza.
Estos xilófagos insectos tragan
obsesivamente.
Serías invencible, en noticiarios te alabarían, tendrías
éxito.
Servirán una soda, una rica rebanada ovalada.
Siéntate.
Hoy observé niños orando, reían entre
susurros.
Odio rasurarme, inflama folículos; impaciente, cera intenté. ¡
Oh!
Su expresión recuerda ese negro orificio.
Oscureció, bella noche. Un beso imprudente los ánimos
serenó.
¡Súbete inmediatamente la enagua! ¡No culees! Incitas,
obnubilas...
Ogros infames deberían oír serenatas.REGLA 3: La oración anterior tiene errores.
Seres infames lograron entrar nadando calladamente invadiendo oídos.REGLA 1: La oración tiene faltas de gramática.
Si oyeras realmente, podrías reconocerlos: envidia, necedad, desprecio. Ellos nadan tras este
silencio.
Seguramente esos xilógrafos usan álamo; logran efectos
sorprendentes.
¿Sexo en xilografías usarías alternativamente, libidonoso engendro soez?REGLA 2: La oración tiene faltas de ortografía.
Oyó peticiones con insistencia. Oí negativas. Eran
sexuales.
¿Era xenófobo también ese ruin matón inmisericorde? ¿No intentó
opciones?
Salvando al gato al zorro mató. Era necesario tal
exterminio.
Soy una sucia urraca, robo restos óseos
sagazmente.
Siniestros ojos la acechaban; repetidamente escuchaba
susurros.
Al parecer, al bohemio una luz lo asaltó. No tenía espejuelos
solares.
Algunos leen. Es común criar ignorantes, opas. Ningún analfabeto descubre objetos reveladores,
apabullantes.
Sobran incultos, leer es nada. ¿Cuándo importará obtener sabiduría
aleccionadora?
Necesito encontrarte, contarte este secreto inútil, dame asidero de esperarte silenciosa.
Él le entregó cuatro collares insinuando otras
necesidades.
A los amigos bonachones, ámalos, muéstrales afecto.REGLA 3: La oración anterior tiene errores.
Si alguien te internara, serías feliz en cualquier hospital, Alabama.REGLA 1: La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Su último beso inspiró también antiguas memorias, entonces no tenía
elección.
Su último suspiro constató esa posibilidad terrible, inclementes bofetadas la exterminaron
súbitamente.
Antiguas mutaciones afianzaron nuestros temores, éramos
susceptibles.
Así harán otros raros
amantes.
Si alguien tiene intensiones sádicas, firme el contrato heráldico
ahora.
¿Sabes? Ahora tengo intenciones sádicas, fetichistas. Estimado Cabeto, hazme algo!REGLA 2: La oración tiene faltas de ortografía.
Entonces nunca, TT, osaré ningunearte... Créeme, estarás satisfecha.
Si insistes mucho puedo, lentamente, enamorarme. Me espantará no tenerte
entonces.
Eso sí parece, en realidad, amenazante. No zoncees, ámame
simplemente.
Sí, obviamente lo amo. ¿Me escuchas? No tengas
esperanzas.
¿Sólo él? ¿No te interesan mis elucubraciones naturales? Tengo ahora la esperanza
solamente.
No insistas, mi intención es darle a Dante epístolas
sentimentales.
Sus últimas fanfarronerías recordaron antiguas
nimiedades.
Rían, ignorantes; sonrían aunque
sufran.
Sus actitudes lúdicas inspiran
risas.
Setenta orangutanes tomaron el rodeo. Rompieron altos ñames al
salir.
Ella negaba con obstinación. No tenía razón. Obviamente no acepté zalamerías ofensivamente
soterrañas.
A una lavandera le arrimé recios
encontronazos.
Si osas no sacarte esa ropa,
aullaré.
Odio recordar amores. Con inmenso odio negaré esa
sonsera.
Es muy pudorosa. Apenas pronuncia algunas dulces
oraciones.
Sus inmaculados muslos pude lamer, entonces mamé enardecido. Naturalmente terminé
empapado.
¿Entonces no tienes rencores envidiosamente guardados? ¿Acaso deseas odiarme
simplemente?
Olvidé la vida indómita, desperdicié amores raramente
entregados.
Obviaré la verdad, inventaré divertidas anécdotas. Luego
olvidaré.
Si usas sostén, podría impunemente romperlo, arrancarlo, ¿
no?
Once leones inquietos esperan nunca domarse, once leonas agrestes
suspiran.
Tientan esas nalgas; gozaré
oliéndolas.
¿A qué universidad entró Luzbeíta? ¿La
ORT?
Sufrí un fracaso rígido; intento rebasar
aquello.
Ofreciome culo. ¡Un lubricante, tráiganlo o
sufrirá!
Sabe ofuscarme besándome repetidamente. Eventualmente su aroma logra turbarme, avivando deseos
ocultos.
Es siempre tan aterrador nadar desnudo aquí. Realmente termino espantado,
sobresaltado.
El sargento capacitaba al batallón: "Ustedes llevan los escudos, no deben olvidarlo. ¡Son
estandartes!"
En nuestras tierras inmensas estaremor revolcándonos, retozando aunque nieve.REGLA 3: La frase anterior tiene errores. (Y ésta también).
Es sumamente cierto Alabama, beber un lindo licor es navegar donde otros se entierran.REGLA 2: La oración tiene faltas de ortografía.
Sólo alguien nervioso anda medio escondido, negando todo,
escabulléndose.
Sobre el Nilo dos elefantes rodaban, oreándose
sanamente.
Sin un destino, agarré fuerzas respirando. Intentaba correr a nuevos, ansiados
senderos.
Sollozé al completarse un día intenso. Esa noche dolió ocultarte.REGLA 3: La frase anterior tiene errores.
Sus utensilios dieron a Frbr1 razones intensas cuando atentamente nos andaba sacudiendo.REGLA 2: La oración tiene errores.
Soy apicultor. Le ando manejando abejas noruegas, de río, algunas
sudafricanas.
El monstruo pasó años comiendo húmedas, oscuras
salamandras.
Sócrates oraba. Fanfarrón onanista, cuando anochecía no tenía
empachos.
¡Oh, siento calor! Un rico ardor
sofocante.
Su último grito intentó romper imágenes oscuras.
¡No olvides mi bello recuerdo! Eso
sugirió.
Orgías ruines, encuentros juguetones. Omitiré
nombres.
Si orlando-torrecuadrada no responde, intentaremos entrar. ¡No desfallezcas,
orejón!
Olvidemos para amar, creamos olvidando, sonriendo.
Eres sucio: frecuentemente usas esos roñosos zapatos
opacos.
Su última fiesta indecente, con ingesta etílica, necesitó tremendo esfuerzo.
Las odiosas zanahorias anaranjadas no alimentan
suficiente.
Ahora besarte rescataría ilusiones lozanas.
El señor pedro-abelardo esperaba regresar a nuestro zoológico antes de
abril.
Antes de morir, IoPasita rezaba esperanzada.
Sentose, oculto la
admiré.
Su olor me bastó; rememoré esos recuerdos... odiosamente
sola.
Suelo odiar mientras bebo. Raramente encuéntrome riéndo o saltando.REGLA 2: La oración tiene faltas de ortografía.
Señoras en Xochimilco utilizan atroces lechuzas en
sombreros.
Siempre estoy necesitando ofrecimientos
sexuales.
Su última petición: rascar irritadas mamas, amasar los ostentosos
senos.
Sus acrónimos tan inverosímiles son feos. Escritos con horrenda ortografía.
Suprímalos.
Su inteligencia me pareció llamativa, elegante; me encantó notarla tibiamente emocionada.REGLA 3: La frase anterior tiene errores.
Sus amigos también intentaron ser felices; en cinco horas obtuvieronla, simplemente.REGLA 2: La oración tiene faltas de ortografía.
Suave obsidiana, lucía única, con incrustaciones. Orfebres nahuas estaban
satisfechos.
El xenón conjuga, une suavemente algunas soluciones.
Ojalá fueras una señal que ultimara
excusas.
Ayer sentadita, intentando mirar, intimidé lozanamente a Rlrm, la ofusqué.
Soñé ocho noches recurrentemente ese irónico recuerdo; intentaba
asimilarlo.
Si un buen lado interior mostraras, entonces sonreiría.
Siempre intento ganar; intento lograr obras superiores, objetivos
sublimes.
En salsa fueron ungidos escalopes rostizados, zopilotes oscilaban
sigilosos.
Sólo ahora logré ocultar mis ojeras, nunca ideé cómo amanecer más entero notando tus
esfuerzos.
Seguramente algunos lo odian mucho. Observa, nadie intenta calmarlo, acercársele. Mañana no temerán enfrentarlo.REGLA 1: La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Silenciosamente evité decirte unos conjuros injuriosos, elegí no decirte oraciones lastimosas, oprimiéndome.REGLA 2: La oración anterior tiene errores
Sus obsesiones cabalísticas alteraron rápidamente ruegos olvidados, nuevamente el rencor iba aumentando, seduciéndolo.REGLA 1: La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Sucios obreros cagaron afuera, ratas rastreras oliéronlo; no empezaron rebatiña, infestaron amistosas,
salomónicamente.
Eso sí cala, ahora los obesos fornicarán reprimidos, incesantemente ansiarán no temer esas
socarronerías.
En los oscuros cascos urbanos encontraron numerosas tumbas
escalofriantes.
¿Saludarme? Antes la ufaneza dominabas. Ahora regresas, tan
elocuente.
Amanecí cansada; esperaba revitalizarme al
saludarte.
Estaba solo. Caminaba apaciblemente pisando
aceras.
¿A mí, amarme? ¡No digas otra tontería,
escapa!
Ante mí apareciste, no dudé, ofrecí llenarte
amándote.
Ahora había olvidado rendirse
amándola.
Dudé incansablemente sobre todas aquellas, nuestras caricias, incítame
ahora.
Otro sucumbiría creando un ridículo instante de atroz distancia.
Su ardiente beso encendió la
oscuridad.
Sí, estaba realmente enferma, sábelo.
En nueve canciones hilé inmensas lecciones acerca de ociosos
seres.
Seres invencibles nos capturaron, eran raros alienígenas marcianos. Exigían nueve tamales
enchilados.
¿Ofende la verdad? India, dime: ¿acaso dijiste algo
sinceramente?
Ojalá sufriera menos, ojalá tuviera invisibles cicatrices
olvidadas.
¡Soy el gurú unicelular, rockero
osmótico!
Orando renunciaré a cada insensata opción narcisista, eso
seguro.
Sus amenazas te intimidan, sientes frío escuchándole clamar horribles
oraciones.
Ahora comeré con inteligencia o no estaré
satisfecho.
Seré astuta, no generaré revanchas, aceptaré remediar
acciones.
¡Zambomba! Olvidé matarlo bien, indudablemente
sangrará.
Oficiamos rituales diabólicos, intentando necromancia; al rey infernal entregamos
zombis.
Ocultaron su tupé. Recuerdo ostentoso: generaba odio, denotaba
ordinariez.
¿Suben, o no? - reclamó impaciente el necio don
ostrogodo.
Einstein comía ostras sonriendo.
Sus ojos no resplandecían; irradiaban
ecos.
¡Olvídalo! Reiremos incansablemente escuchando nuevas tentaciones, alimentando la esperanza. ¡Sonríe!
Esa xilografía imitaba tendencias
orientales.
Siete idiotas grandilocuentes intentaban lograr osadamente siete aventuras míticas... Estúpidos, ninguno tuvo éxito.
Sus obligaciones le daban atribuciones; debía organizarse
sigilosamente.
Se escapó de un correccional con intenciones oscuras: necesitaba envenenar
soldados.
Era su prometida; la encontraron notablemente distraída, intentando dibujar ocultas
seducciones.
El navío tiene excelentes referencias. Realizaremos algunos recorridos
espléndidos.
Eterno todo, excepto recordar; no abuses, mi estimado niño: te
enterraré.
¿Olvidarme? La verdad ignoras, damisela, ahora recordarás todo
eternamente.
Once días intenté
olvidarte.
Sucedió un feriado: recordé instantáneamente el nacimiento del
odio.
Sobre altares lloré tristemente aquella ruptura, intenté no extinguirme
sufriendo.
Estoy sacudiéndomela porque eyaculé cantidades tremendas, así como un loco amante, regando espermatozoides saltarines.
Estas señoritas pueden esperar. Con tienpo, a cada una la amaré. ¡Reirán en serio! REGLA 2: La oración tiene faltas de ortografía.
Sexualmente, eres grandiosa, única. Ríes al menear esas nalgas tan
espectaculares.
Separamos ocho libros infantiles; los obsequiaremos quizás. Uno interesante obtendrás,
seguramente.
¡Oh, Cabeto! Olvida tus eternos
soliloquios.
Sí, Alabama, las inclemencias climáticas incitan libidinosamente a tocar
ocotes.
Se inhibieron nuestros invitados. Es seguramente tu responsabilidad. Ofréceles
salicilato.
Sus oraciones nefastas ocultan relatos oscuros,
siniestros.
Sólo estornudé nasalmente, sin utilizar aullidos lastimosos, estruendos
sonoros.
Olivos livianos ventaban impasibles, dejando olores
sensuales.
Ni intentes "Misión imposible", eso déjaselo al deschavetado eunuco
soso.
Odio fabricarme imágenes; creo improductivo animarme ridículamente ansiando nimiedades.
Ahora los generales
oficiarán.
Escasa suerte, corazón; ahora pretende aceptar todo olvido, rechaza intentar algo.
El sabroso taco rompióse. En pita intenté también. Obseso, sucumbí ante medio elote, no tenía
escapatoria.
Si Innombrable escribiera, muchos podrían reír
estrepitosamente.
Sepan, entonces, condonar retrasos; estoy tan ocupado
siempre.
Su alma busca amor, ternura. Inocente niña, anida secretos.
Ondas radiofónicas ocupo privilegiado en largas emisiones
sabatinas.
El sable tenía óxido rugoso, no urdía dorados oropeles.
esas son tus oscuras reacciones: no ubicar dichosas oportunidades.REGLA 2: La oración tiene faltas de ortografía.
Soy un perdedor, escribiendo renglones para ofrecerte nada, esperando respuestas mientras
estornudo.
Sí, últimamente suelo prohibir intensos robos osando
superponerme.
Soberbiamente, olvidé los intentos, callé ilusiones torpes, oculté
suspiros.
Otro falso reverendo está convenciendo inocentes, ofertando misericordia. Ellos lo oyen, solícitos.
Surqué unos cielos esplendorosos, Dios intangible
ofreciómelos.
El señor tramposo rubricó una carta tramando un robo, así
sucedió.
Raro esto. Inspiro nuevos afectos rompiendo
estructuras.
Lloro al saber cuán ignorante volveré a
ser.
El sórdido paraje inspira repulsión. Insondables truhanes urden alianzas
lascivas.
¡Odiosas mujeres! No intenten ponerse ocres togas en nuestra tierra
espiritual.
Ofrézcote la vida, inmarcesible Dios
omnipotente.
Si algunos labios tienen intenciones limpias, los olvido.
Soy en geografía un idiota. Dime Oaxaca, resurgiré en
Saltillo.
El sábado tuviste ocho
seguidores.
Sucias urracas buscan sangre, iguanas grandes ultiman insectos; elefantes negros dócilmente otean sobre
éstos.
Obnubilada frase, repetitivos errores. Nuevamente dejaron abandonado nuestro don, olvidan los oprobios
subsiguiéndose.
Suelen obsesionarse reiteradamente por racionales explicaciones. Ninguno de esos rufianes lúgubres osa sentir.REGLA 3: La frase anterior tiene errores.
¡Órale feo!, recuerda encontrar nuevos dioses. Anda, no des ofrendas lastimosas. Osa sorprenderlos.REGLA 2: La oración tiene faltas de ortografía.
Obligado brindis; juntamos esos tarros
ofrendándolos.
Se entretuvo golpeando un roñoso
objeto.
Somos otros. Bailamos riendo en nuestras almas. Tendremos un romance alado, ligero. Estoy
seguro.
Osaré conseguirme unas románticas rubias eclécticas, ninfómanas, cariñosas. Intensas amantes sobrenaturales.
Ocioso resulta gastar un lunes leyendo
ocurrencias.
Estoy silbando trémulo, inquieto. Los ilegales zorreados atacan, demostremos
orgullo.
Ayer realicé rudos ejercicios pues intentaba enflaquecer; necesito tener el torso
estilizado.