ACRÓNIMOS
Ay, niño tonto, intentaste ganarme, una auténtica sonsera.
------ La oración no es acrónimo de la anterior.
Algún nuevo testigo insinuó grandes ufanías al senador.
Extraños xilófonos corrompieron unas sonatas
antiguas.
Ostentosamente bebimos vino italiano; amanecimos medio estúpidos, no teníamos
excusa.
Observa bien. ¿Notas un brillo indefinido? La aurora despunta,
obviamente.
Sensuales, obcecantes besos resuenan en su alcoba, lo tienen
obnubilado.
Sentimos un frío repentino invadiéndonos. ¿Recuerdas aquel
sobresalto?
Oye, recuérdame gritarle al siguiente mimo, o
sufrirás.
Sus ostentosas nalgas obnubilan, reproducen orgasmos.
Onde xerografían impresiones digitales, ahí dejaré ocho softwares.
--------- La oración anterior tiene errores.
Sus oscuras noches oían relámpagos oxidados.
------- La oración no tiene sentido.
Oiga, intente repetir algo
sonoro.
Si abres la terraza, aviones nubios despegando
oirás.
Oí, radiofónicamente, que un individuo de España acabó
saltando.
Alguien le anunció buenos augurios, suerte tendría robando
orquídeas.
Apareció bajo su umbrío rostro de
alabastro.
Aquí hay otra represión
absurda.
No apagues tu aparato, lo iniciaremos
ahora.
Oculta las viandas, impediremos dárselas al rey. Ocúltalas,
Natalia.
Ayer dije muchas idioteces. Todas ellas las
olvidaron.
Sus ideas negativas alteran tus razonamientos,
admítelo.
Serías un cantante único, le enseñarías nuevas tonadas a
Sinatra.
Es sensacional comer aceitunas, para abril recibirás algunas suculentas.
Soy un burro insolente, te aullaré mentiras estúpidas, no te
escaparás.
Su intermitente luz le atrajo
súbitamente.
Ahora los creativos orates han obtenido libertades. Iniciaron zafando amarras de obsoletas
sillas.
El vino indujo deseos exagerados; nos cogimos impresionantemente,
alcoholizados.
Solamente oíste banales excusas, raras barbaridades intrigándote absurdamente. Mentiras esculpidas negando toda
evidencia.
Sí, óyeme bien, este raro bicho inició aquella matazón en Nigeria, terrible escandalo.
------- La oración tiene faltas de ortografía.
¡Oh, lozanas, olorosas rosas! Ojalá se abran
soberbiamente.
Ayer recibí rosas increíblemente bonitas,
olorosas.
Soles explotaron, materia ardiente nos
arribó.
No estoy nunca ufana; fácilmente acabo recordando esa
semana.
Su urbanidad caballerosa usuraba mil bellezas. Imparable, él regaló ochenta
nenúfares.
Ningún indígena vive en las afueras rosarinas. Los aborígenes
sucumbieron.
Zarpa ahora! Finalmente abriremos rutas oceánicas navegables.
------- La oración tiene faltas de ortografía.
Zaborreros apáticos fundieron antiguas rejas, olvidando
nivelarlas.
Los amantes mienten. Ellos no tienen amores reales, tienen espejismos.
--------- La oración anterior tiene errores.
Solo olvida lamentarte ------- La oración tiene faltas de ortografía.
El sábado comimos en nuestra inigualable terraza, al
sol.
Oyendo los venenosos insultos de Azma, recuerdo tus
escenitas.
Soy obsesiva, me estoy tornando incomprensible. Estúpidamente, no deseo
olvidarte.
Su único camarada ultimó rosacruces sádicamente, así los estaba sometiendo.
Su único camarada incendió once
sucursales.
Su único placer lo inició con impúdicos obreros sucios.
Si escapas no tendrás indulto. Motivarás indudablemente envidias nocivas, tormentos o
suplicios.
Sus alegóricas loas desvelan otros sentimientos.
Zapatos ortopédicos pedí; en ningún comercio ofrecen
saldos.
Alabáronse unánimemente dos alumnos
zopencos.
Su interés: niñas vírgenes. Era realmente galán, un encantador nato, zalamero
audaz.
Óyeme bien: juzgaremos esto todos, obsesivo
sinvergüenza.
Su estuche nuevo tiene atados dos
objetos.
Sólo uno juega. Espera tu oportunidad
sentado.
Revísalo, ahí yacen oscuros
sujetos.
Otra rata apareció. ¡
Rayos!
Solías ofenderme, súcubo; tus extrañas necedades inflamaban, ahora
no.
Nuestros enemigos no usaban fusiles automáticos, relucientes espadas
sostenían.
Seduciéndola estaba Dante. Una zagala cariacontecida arrojaba
nenúfares.
Rubias edecanes paseaban, recibiendo insolencias. Mujeres impúdicas, déjense ovacionar,
seduzcan.
Sí, es natural tener impulsos reprimidos.
Recrearemos esta gesta. ¿Acaso lo olvidó, señoría?
--------- La oración anterior tiene errores.
Siempre, en navidad, tenemos interesantes regalos. ------- La oración tiene faltas de ortografía.
Si ocultas ese corazón, evitas
sentir.
Su único regalo fue ignorar siempre tus actitudes
soeces.
Naves acuáticas, velas enarboladas, ganan a muchos obstinados
surfistas.
Ríos índicos exploramos rápidamente, océanos
navegamos.
Al verte así, nuestros zurumbáticos abogados
rieron.
Sólo observé cojera al verlo
avanzar.
Si estás mintiéndome, espero jamás añorarte nuevamente. Tu estupidez
socava.
Se ofuscó, nunca imaginamos dos ofensas semejantes.
Oír implica reconocer los onomasiológicos
sonidos.
¡Retírate! Escuché cuatro últimos lamentos. ¡Ay! Nunca debí oírlos.
El sendero tenía extrañas runas. Todos observábamos,
reculando.
Olvídalo, cabrón, lo ultimaré yo. Esta noche, delicadamente, olvidaré todo estertor.
Espero sentirte por el rabo, amasando nalgas zangoloteantes, amorosamente domándote,
ocluyéndote.
No obtuve muy buenas rentas ayer; reiniciaré mañana, esperanzado.
Soñé algunas tonterías interesantes, soñé follarme a cuanta cantante inglesa osaba
nombrarme.
Sobre aquellas infaustas nalgas obtuve satisfacción.
Subimos el cerro rocoso en tres obesos
saínos.
Algo ruge, grita, ulula, mientras, en nuestra tierra ocultan
secretos.
Sí, oigo mucha buya, risas. Incluso, oigo soyozos. --------- La oración anterior tiene errores. (Y ésta también).
Ahora resuena gravemente una melodía espeluznante. ¿Notais? Tonos oscuros, sombríos. ------- La oración tiene faltas de ortografía.
El supuesto padre esgrimió ruines
argumentos.
Ayer mismo oí romances osados, sin asperezas, mientras, entendí nuestra terrible
espera.
¿Sientes algo triste? Alá nos indicó consolarte
amorosamente.
Su interés me pareció apático, totalmente ido, como obra
satánica.
Ningún ogro tiene amigos
simpáticos.
El maestro observó con incredulidad ocho
notas.
Obtuve nueve exenciones, raudo observé sus alcances, me estremecí. Naturalmente, tuve emoción.
Aquel rufián obró mal. Ayer tuvo inclinaciones zafias, actuó demasiado
onerosamente.
Antes prefiero un refresco
aromatizado.
Oye, renueva tu ortodoncia porque el dentista
apura.
Olvida la mala experiencia del
ortopeda.
Zambo, ahórrate más boludeces, obedece. Recién recibimos otras tremendas urracas del
olmedo.
El suelo tenía rajaduras en cuantiosas hectáreas, estaba
zamborrotudo.
Olvidé cuántos amoríos sostuve. Insisto, olvidé nuestros amoríos. Legalmente, mi enamorada, no tenemos estrechez.
Orangutanes perversos ramonean ombúes, bananas, incluso ortigas selváticas. --------- La oración anterior es inválida.
Este nuevo entrenador me insulta gritando oprobios. ------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Él no es mimo. Imita gente
ocasionalmente.
Antes los ejércitos guerreaban rabiosamente. El miedo era no tener
enemigo.
Siempre aquí, los indios desfilan
alegremente.
Los amigos me excusan, no tienen otra
salida.
Otrora, la vida iba despacio. Antes, dormíamos al
sol.
Obrando bien, recordarás algunas nimiedades demasiado olvidadas.
Es sabida tu utópica pretensión, intenta demostrarla
obrando.
Si intentas empañar mi presencia, retírate, estúpido.
Obligado, besé las inmensas grasas amatorias. Cariñosamente intenté obedecerte, Natalia, estremeciéndote
siempre.
Al ubicuo xenófobo inglés, le impondremos
obligaciones.
Esta mañana besé ese sobaco tuyo, inmediatamente demandé
auxilio.
Al romano asenté brutal
embestida.
Ando leyendo literatura
árabe.
Sendas oscuras llevan
allá.
Recuerdos intensos me boicotean obsesivamente, mi buen amor, no temo estar
sola.
Nosotros admiramos las guirnaldas, unos extraordinarios adornos
rimbombantes.
¡Soy el superhéroe invencible, obsérvenme
nalguear!
El miércoles obtuve, con inmenso orgullo, nuestra erótica
sesión.
Señor obispo, me está tentando infernalmente el necio diablo, ofusca mis
emociones.
El sordo, Perchagorn, está realmente ofuscado. --------- La oración anterior tiene errores.
Sus ojos me encandilan. Tiemblo. Imagino estrujarlo, nombrarlo... Debería olvidarlo mas espero. ------- La oración tiene faltas de ortografía.
Ayer le escuché ruidosos gritos, insultos catastróficos. Acabó sometiéndome.
Su antebrazo tiembla. Recomiendo angiografía, pruebas
alérgicas...
Amigo, no hieras. Es lamentable ofender, sátrapa.
Superarás al licenciado ignorando dionisíacos
anhelos.
Si insistes, no ganarás. Únicamente lograrás arruinar rápidamente esta
salida.
Si antes tuviste insatisfacción, sufre, fanfarrona. Ahora, con conciencia, intentarás otras nuevas emociones singulares.
Soy el nuevo terrateniente, indio. Me ilusiona este negocio tabacalero, ofrece
satisfacciones.
Su último piropo estuvo romántico, así reiniciaba los ardorosos
sentimientos.
El martes oímos cuatro increíbles ofertas, no esperamos
superarlas.
Soy otro tipo extraño, recién recordé acaloradas discusiones. Ahora me encierro, no tengo
emociones.
Su orgullo no sobresalió, ocultose
soterradamente.
Aquí los imbéciles ñoños abundan, doquiera observas
sonsos.
Ofréceme buena salsa con espárragos naturales
aliñados.
No insistas, nena, ganarás una nalgada obscena.
Ningún unicornio blanco languidece así,
¡ninguno!
Sí, amor, los orgasmos nublan.
Antes, jugábamos en nuestro oscuro
salón.
Siete enanos rejegos eligieron no atender trabajos ajenos.
El sonido permeaba el rodeo, esos músicos ofrecían
serenata.
Si ellos no suenan una alarma, lo mejor es no temer.
Esperemos.
Su uniforme bañador ultramicroscópico recuerda buenas aventuras, nos acalora
sensualmente.
Ayer salimos a recorrer avenidas
suburbanas.
Si una crema unta la espalda, no te
asarás.
Anoche te excitaste rápidamente con insinuaciones ofensivas, palabras espinosas. Las apunté, deseo amarte,
suculenta.
Sádicos excitados ronronean en noches
aterciopeladas.
Livianos ojos cafés avivan literarias ilusiones. Zacatecana, ábrelos; lee así,
serena.
Observo raras intenciones en nuestra tertulia anual.
Localízalas.
En sueños comprendí algo, Cabeto; hoy arrojaré rosas rojas al nebuloso Danubio
oriental.
Obviamente bobeás. Sos estúpido, ruin. Vivís
escacharrando.
Su extendida xeroftalmia
observé.
Olvidaré la vivencia íntima de Alabama. Raramente admito
sexo.
Otras personas ofrecen recordarte. ¿Tú
olvidarás?
Es sábado. Tomaré
oporto.
¡No! Estamos generando algo ridículo. ¡Terminemos
esto!
Si alguien tímido intenta sorprenderte, finge agitación. Con chicos ingenuos, olvida
negarte.
Su osadía no siempre origina
satisfacción.
Sus amigos reían idiotamente, sonsos.
Sus oropeles brillaban espléndidamente; ricos bordados indios, ostentosos
saris.
Eran nueve; tenían relucientes espadas. Gruesas armaduras doradas ostentaban, soberbios.
¿Serían eclesiásticos? Raramente ellos nadan así, mansos, en nalgas, tan
entregados.
Obispos rollizos decían el Nuevo Evangelio
serenamente.
Olí las viandas inglesas, daban
asco.
Ojalá rezaras, agnóstico. Ningún Dios
olvida.
Se arrodilló tras aquella naveta implorando, creyendo,
orando.
Su única falla: reventar iracundo mientras inventaba experimentos nucleares. Tonto oculista
satánico.
Sufrirás, al levantarte tan angustiado. --------- La oración anterior tiene errores.
Oye vieja, estás jodida. Anímate, salta. ------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior. (Además tiene faltas de ortografía).
Olvida viejos enfrentamientos, Jesus. Ahórrate
sufrimientos.
Ese xenófobo intenta traumatizar
ovejas.
Los oí cuando andaban moviéndose entre nuestro trigo esplendoroso. ------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Los ocho cantantes actuaron mal. Ellos no tuvieron
éxito.
Si el novio se acerca con intenciones ominosas, no actúes
locamente.
Siempre oro en calma, es
sensacional.
Otro buen señor esloveno recordó viejas anécdotas. Rememoró épocas malas o
soeces.
¡Olvídalo, bobo! Veremos, inmediatamente, aquellos retratos; los
observaremos.
¿No eres cauto? Intenta
obviarlo.
Soy incauto, soy ese antiguo bonachón ansioso,
necio.
Sobre una caja, iguanas ovíparas
siseaban.
Zancos altos fallaron a dos osos
sucios.
Ahora tengo rojos ojos
zafados.
Odio sentir aquel deseo increíblemente
atroz.
Robar alfajores requiere
osadía.
Olavia, mira, no intentes protestar o trapisondear. Esta noche cantarás intensamente al
señor.
Sácate el ñuzco o reactivarás infernales
omnipotencias.
El novio tomó orégano noruego con escaso
señorío.
El niño lobo olisqueó queso uruguayo, estaba cazando escurridizos ratones
entonces.
Aquí comeré un riquísimo rollo ucraniano. Comeré ansioso, nada dejaré, ¡oh, me enloqueceré!
Ondeo ligeramente al viento incesante,
acurrucándome.
Recibimos estos lujosos espejos, vete a llevarlos, Olavia.
Si el ñoco ora,
relévalo.
Así puedes orar con recogimiento interior. Feliz oración,
señor.
Oscuras xerografías ilustraban dos adustos documentos
apócrifos.
Aquel loco ganó una nevera
oxidada.
Si alguien dice o menciona aforismos, se olvida que un idiota siempre tiene
alguno.
Otro rey ganó al señor más odioso,
sadomasoquista.
Este nuevo amorío recuérdame días extraños, cuando íbamos dándonos
orgasmos.
Siempre así, bonico, intentaré amarte. Mostrarte este nuevo tálamo
enardecido.
Siempre actuo bien, inclinadamente amable, medianamente enamorada. No te enojes. ------- La oración tiene errores de ortografía.
¿Recuerdas el planeta Urano? Los sabios intentaron verlo orbitar,
sabiamente.
¡Oh, bonita! Tengo errores nefastos, errores
repulsivos.
Soy oportunista, ladrón indecente. Tus atesoradas riquezas intentaré
obtener.
Él no vendrá esta noche. Él necesita andar, deambular, absurdamente
solitario.
Siete ovejas lamían impacientes dos arbustos, rumiaban incansables algunos matorrales, escupían nueces tamaricáceas,
envenenadas.
El xenófobo caribeño está, literalmente, seducido, obsesionado, sometido. ------- La oración anterior tiene errores.
Señores o letrados ideáticos. Deseo amorosamente ratificar intensos acrónimos, mejorar estos nutridos trabajos excelsos. ------- La oración tiene errores de ortografía.
Sorteando atroces tempestades arribaron nueve inmigrantes clandestinos. Asistámosles
solidariamente.
Siniestros esclavos bereberes obedecen sumisamente órdenes
satánicas.
Al mediodía abriremos esta sucia tortería. Raudos almorzarán doscientos oficinistas
sebosos.
Asaban patos, asaban tucanes, incluso
amaestrados.
Algún ufano día actuaré con indiferente
apatía.
Salta un escalón, libera tu
audacia.
Se escapa la loca Alabama, dando órdenes retorcidas. ¡Está
suelta!
Ordené parar a los obreros
selladores.
Sacaron oro reciclado para regalarlo en nuestra definitiva iniciación, demasiado
oro.
Ovidio leyó versos itálicos, dejando a Doré ostensiblemente
sorprendido.
Servirán al grial rezando a dioses
olvidados.
El sendero taoísta recapitula, en novecientos aforismos rimbombantes, el máximo orden
sagrado.
Nadie encuentra caracoles índigos. ¿Oísteis, sordos?
--------- Esta oración no tiene como acrónimo la última palabra de la oración anterior.
Sí, ojalá luego amalgamemos muchos elementos nuevos, todos estrenaremos.
No estoy contenta, intento olvidar
solamente.
En nuestros corazones hay algo raro, con ánimos rotos andamos
necios.
Siento el río estremecerse. Nuestras anegadas riveras se
encharcarán.
Su único peligro es responder alocadamente, definitivamente olvidando
serenarse.
Supe, inmediatamente, navegar sin aparejos; barcas o remos están
superados.
Ojalá se terminen rápidamente aquellos
sinsabores.
- Eres demasiado ultraderechista.
- ¡Comunista!
- ¡Anarquista!
- Cálmense, incautos oradores.
- ¡
No!
Esos xenófobos ciudadanos londinenses ultrajaron siete inmigrantes. Vamos a multarlos. Ellos no tienen
educación.
Estoy xerografiando con los últimos sellos índigos, voy a montar esto nuevamente, tendre exposición. ------- La oración tiene errores de ortografía.
Esta necesidad amorosa me ofusca. Recuerdo amarte, recuerdo tenerte
exclusivamente.
¿Olvidarme? ¿Lo ves, indigna? Deseas alejarte, realmente temes
enamorarte.
Siento un inmenso cansancio invadiéndome. Desearía alejarme nuevamente, definitivamente
olvidarte.
Odiseo falleció en Normandía, se acabó
suicidando.
Olavia, yo espero no desairarte. ¿Olvidarás las
ofensas?
Este xilófono tiene rotos algunos ornamentos. Reparémoslo, dejémoslo impecable. Nuestros antepasados rieron incansables
oyéndolo.
Si ese nuevo tren arranca rápido, será extraordinario.
No estoy contento, este sillón americano reclinable incomoda al
sentarse.
Orando recibí algunas nuevas gracias, unas tan altamente
necesarias.
Su último comentario irrita,
orangután.
Sí, amigo botijón, olvida tus ansias. Jadear es sucio.
Ayer, nueve tenderos informaron de otros trecientos ochenta
sabotajes.
Sobrevivimos a los últimos daiquiris. ------- La oración anterior tiene errores.
Ayer nos tomamos impresionanes daiquiris, olvidando tantos odios. ¡Salud! ------- La oración tiene errores.
Zafios ademanes no ayudarán. Hay otros remedios, incluso
antídotos.
Sigue, observa esta
zanahoria.
Soy un boludo, lerdo, idiota, muy estúpido, soez.
Algunas serían orgiásticas. Muchas batallas recuerdo. Orgías, sólo algunas
sublimes.
Aquí haremos orgías realmente
asombrosas.
Soltaré un extremo. La tengo alejada, libérala
ahora.
Retira esa serpiente, padezco una enfermedad, siempre tengo asma. ¡
Suéltala!
¿Sabes escribir números? Tendrás innumerables
respuestas.
Si olvidas nuestro idilio, deberás olvidar sentir.
El nuevo cantante anunció nuevas tonadas. Al despedirse, ofreció repetir aquellos
sonidos.
Nunca obsequié versos, incautamente estuve mecanografiando breves reseñas
encantadoras.
Realizamos una fiesta increíble aquel
noviembre.
Sos extremadamente ñiquiñaque, onanista
rufián.
Sí, ustedes dan, a menudo, el rancho inflado con avellanas, nueces, ostras.
¡Señor!
Subarriendo apartamento rústico. Requiero arrendatarios calmos, educados, norteafricanos o
sudamericanos.
Serruchos otomanos cortaron imponentes obeliscos
sarracenos.
En septiembre me esmero robando a los dos amigos
socios.
Al mar arrojé mil
esmeraldas.
Sí, acaríciame con insistencia, acaríciame delicadamente... Ámame.
Sólo espero su incitante ósculo, no estoy
saciada.
Ahora voy entrando, no temas, urge reiniciar aquellas sesiones.
En mis oraciones cotidianas invoco orgías, nuevas
aventuras.
Al río rodaron ocho gemas azules. ¿No te excita meterte, encontrarlas? ¿No te
emociona?
Su orgullo comunista irrita. ¡Analiza las irregularidades socioeconómicas tan
arrogantemente!
Al maestro, ámalo. Es su trabajo reformar al rojillo libertino, odioso
socialista.
Algunos leones están gruñendo rabiosos. ¿Imaginas
amaestrarlos?
El xilofonista cantaba, inspirado. Todos alrededor destilaban
alegría.
Siempre estaré gustoso untándote raros aceites mientras estás nuda, totalmente excitada.
Si osas besarme, recuerda esto: soy alienígena. La infidelidad extraterrestre no te emocionará,
seguramente.
Ahora compraré algunos leones o rentaré algunos más, intentaré enseñarles nuevos trucos, obviamente sobresalientes.
Octubre inició garantizando
acaloramientos.
Es notable. Tan increíblemente estos ruidos repercuten.
Oiga.
Su entrañable gallina, un rubicundo animal, murió. Esta noche tenemos
entierro.
Ojalá recordaras estos abrazos... los olvidarás,
seguramente.
Once corazones ungidos laten tintineantes, agárralos, lávalos,
oréalos.
Si operas su irritado esófago, guárdalo,
ocúltalo.
Su alegre risa te estremece, no encuentras
sosiego.
Seis ogros monstruosos entraron tirando insultos. Ellos no dejaron ollas limpias, ensuciaron
sartenes.
Sí, eres xenófobo. Ultrajas a los extranjeros
sometiéndoles.
Siento algo raro ante ósculos
sexuales.
Oigo
rock al desayunar. Oigo rumba en
saraos.
Su aterradora leyenda inspira versos a nuestros diestros
oradores.
Ahora ningún imbécil me aventajará
salivando.
Rosas espectaculares, claveles, azucenas, plantas aromáticas compraremos inmediatamente. ¿Te
animas?
Algunos bueyes rondaban abatidos. ¿Zamarrearlos? Ay,
recapacita.
En nuevos ojos juegan azucenas, dejándose
abrazar.
Robó esmeraldas sensacionales, pero era tierna. Espero no muera
enojada.
Soy un monstruo abominable. ¡
Respétenme!
Anota: lechuga, espinacas, jamón, enchiladas, mortadela, ostras. ¡No olvides
sumar!
Aquí huele oxidado. Rápido,
alejémonos.
Oye, las aves vuelan, incluso
ahora.
Esta semana cantarás alegremente, pequeña
Olavia.
Oí disparates irrepetibles. A Roma me
escapo.
El sábado te arrepentirás de
odiarme.
San Emeterio, dime una cosa, indícame rápidamente mi
estado.
Su aspiración tiene inconvenientes. Sea fiel a cuantas condiciones imponga, o no espere
seducirme.
Soy inmoral. Mi pecado, las extremas
satisfacciones.
Antes, los alumnos leían aventuras
simples.
Supuestos arquitectos bebieron anís. Nadie desentonó, incluso jalearon
alalás.
Las iglesias rococó ibéricas conquistaron al
sabandija.
Seamos organizados, concibamos impecables alegorías
líricas.
No aguanto cómo, intencionadamente, obvias nuestra amistad. Las "casi" amistades tienen organización: las iniciamos como obra
social.
¿Es mejor orar con iconoclastas o
nacionalcatólicos?
Nos amamos tanto. Un romance abierto logramos. Mientras estemos nosotros, tendremos
emoción.
Si amas la tierra, abónala
naturalmente.
Alrededor de mil inmigrantes nuevos irrumpen saltando trincheras. Riesgos alarmantes corren. Inútilmente o no, ellos
saltan.
El nuevo estatuto requería gran urgencia, mediaban elecciones, nuevas
administraciones.
Soy absolutamente kantiana,
energúmena.
El cuerpo le estallaba, sus intestinos ardían, si tomaba incauta café o
sake.
Su esposa miente. Ayer no abandonó Levante. Mire, estaba nuevamente tocando
eclesiásticos.
Suelo usar el coche oscuro
semanalmente.
En noviembre tendré enemigos rusos o
suecos.
Sus últimos sueños tenían ilusiones temerarias. Una, irse remando meses
enteros.
No espero grandes avances. Tengo indigestión, ven a
sustituirme.
Ámame un día, ingrata, con indiferencia o
negativas.
Sí, esos ñoños oyéronme reír insistentemente; tienen
audición.
Oíste raros gritos interrumpiendo aquella siesta. ¿Te imaginaste cosas aterradoras,
señorita?
Seres incorpóreos levantaban enfermos niños con intenciones oscuras, seguramente
orgiásticas.
Nueve amarillentas zanahorias ingeriste
silencioso.
Es xenófobo promover linchamientos. ¡Intenta construir armonía con innobles oscurantistas
nazis!
Aceptaste guardar un arma robada, delinquiendo impunemente. Eso no tiene
explicación.
Algunos beodos sólo temen ingerir naturales esencias. Normalmente cautivos, ingerirán
aguardiente.
Se ilusiona. La esposa no considera importante observar sagrada
abstinencia.
Siento ansias locas, últimamente, de abandonarte bajo la ensenada
silenciosa.
Señor, orgasmos fantásticos, obnubilantes, conocí amando ninfas. Tenían entrepiernas
saludables.
Señor, ahora no tengo orgasmos
sofocantes.
Señoras estúpidas repetían plegarias inútiles. En nuestras tierras exaltan
santos.
Soy obsesiva, ñato. Adoro domesticar ofidios, reducir enormes
serpientes.
Otra mañana inútil: no observé sus ojazos
soñadores.
Ovejas bolivianas viajaban impecables a rastros lejanos,
ominosos.
Oye, bailas increíblemente. ¿Será posible
obviarlo?
Soy odioso, nefasto; riño incesantemente. Es necesario decírselo,
obispo.
¿Sonrientes osos? ¡Nunca ríen! Imaginas, esos nunca te están sonriendo.
Orugas jalaban osos
sonrientes.
Olvidaré sus elocuentes ojos.
Sus uñas septuagenarias tenían ese negro tono
óseo.
Aquí las buenas intenciones no ofrecen sustento.
Ayer mojé indefensos gatitos
albinos.
Esa serenidad cándida ayuda, pero ahora tienes otros recuerdos, inspirada amiga.
Es sumamente pretencioso, arrogante, negativo, terco, obstinado. Sus ataques me estremecen, no tengo
escapatoria.
Ensució sus pantalones al negarse tocar. O sea, al mearse en nuestra terraza escapó.
------- La oración tiene errores.
Ansío follar o retozar, tengo unas nuevas amigas debidamente adiestradas, me esperarán nalgueándose terriblemente, espantosamente.
Nuestras uretras están vacías,
afortunadamente.
Esa xerografía contiene una rara sombra. Intenta otra nueva.
Soñar en nuestros tiempos idílicos deja ascos. Mejor empecemos nuestra terrible
excursión.
¡Oh, fanfarrón endemoniado! No dejes estos retratos, los ofenderías sentidamente.
Suecos indigentes gemían indefensos. Los olvidaremos sin
ofenderlos.
El sabio preceptor estaba siempre atento,
sigiloso.
Si observo parsimoniosos obos, retrataré todas aquellas ramas espesas.
Si acaso te intimidé, repréndeme inmediatamente. Crueles oprobios
soportaré.
Estoy sumamente contrariado, ofuscado. Nunca decidimos, imbécil, decirnos oprobios satíricos.
Seres infernales lentamente entran, nuestra casa indefensa oscurecerán. Sus almas maquiavélicas ejemplifican nuestros temores
escondidos.
Satisfáceme ahora, timorata indigna. ¡Satisfáceme, felona! Ese culo he ansiado silenciosamente.
Nuestros óvulos viejos engendrarán deidades a destajo. Estaremos
satisfechas.
Oí buenos sonidos estando solo, increíblemente oí novedades.
Ningún aviador turco ubicó Roma. Ah, lamentable. Manejan ebrios, no tienen educación. ------- La oración anterior tiene errores.
Orondas barraganas serán electas senadoras. Invirtiendo oro, naturalmente. ------- La oración tiene errores.
Esa señora publica extasiada: con tontos acrónimos calma una leve
obsesión.
Seres alienígenas cantaron rumbas imaginativas. Los extraterrestres gorjeaban artísticamente mientras exterminaban naciones. Terrible
espectáculo.
El señor conde ama lamentarse. Fabrica artimañas necias. ¡Deberías oírlo! Lo ahorcaría
sacrílegamente.
En serio caíste a la farsa al negar deportaciones opacas. Los ayudaste, sinvergüenza. ------- La oración tiene errores.
Siempre estaré notablemente tenso en Noruega, cocinando insípidas acelgas noruegas de onerosos terrenos, escalfándolas.
¡Oye, sátrapa! Tus represiones acabarán
sentenciándote.
Ningún emigrante camerunés ingiere ostras.
¡Oye, bestia! Los amores con indiferencia omítelos,
necio.
Así vale inmensamente su oblación.
Requiero el comprobante ordenado mediante pagaré. Es nuestra sociedad,
aviso.