ACRÓNIMOS
Si inventas geniales narrativas, intentaré filmarlas inmediatamente. Cuando acabe, dos Óscares sacaremos.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Emmanuel, sus comentarios ridículos ofrecen, también, otros
significados.
Sólo algunos tienen reales amistades; probablemente, Ala
sabe.
El secreto para amar sé. ¿Me oirán,
sátrapas?
Su esposo no supo apreciarla con interés o, naturalmente, amarla. La mujer extrañaba, nuevamente, tener
espasmos.
El secretario contaba relatos únicos, pues usaba la ortología
sensacionalmente.
Su esposa generaba un indecente deseo. A mi entender, no tenía
escrúpulos.
Oigo tus reclamos, olvidándolos
seguidamente.
Discutieron intensamente por una turra, amante de
otros.
Oportunamente pedí ocho rones triples. Usted no impedirá debacles alcohólicas,
diputado.
Seguramente, Emmanuel comprendió rápidamente; espera tener
oportunidad.
Su única petición: estudiar rocas ígneas o revisarlas en
secreto.
El xenófobo concentra estas particularidades: cobardía, irracionalidad, odio, nacionalismo aberrante, lectura escasa,
sosería...
El
xilofonista consiguió entrar, parsimonioso, con intenciones obvias. Necesitaba aprovechar los estudios
superiores.
Olavia lee viejos idearios de autores rumanos.
¡Excepcionales!
Olvidaré lo vivido, ingrata, durante aquellos días.
Olvidaré...
Eso sí podría estar raro, Ala. Dejémoslo
olvidado.
Otro fugaz encuentro nos dará ese regocijo tan
esperado...
Aceptar, camarada, es patético. Temo
ofenderte.
¡Ah, has osado retarme! ¡
Acepto!
Ocho pulpos oceánicos solicito, intendente. Tráigamelos, ¿oyó?, rápidamente. ¡Ahora!
¿Recuerda esa alianza? La impulsó, zarevich, aquella reina lapona
opositora.
Siempre ansié lograrlo, intentarlo,
realizarlo...
¡Ojalá los olores repugnantes os sigan al
salir!
El sucio tonel resguardaba algunas guirnaldas
olorosas.
Observaremos los vestigios identificables del
estrago.
Oye, como uno lo trae a rastras, otro
no.
Olavia buscaba sin entusiasmo. Rabo, Valeriana, Emmanuel lo
ocultaron.
Ese niño tiene un susto increíble. Anda solo, meándose...
Obsérvelo.
Emmanuel no tenía esperanzas. Rabo anuló su torpe
entusiasmo.
En serio, TT, únicamente Phantom (esa noche decididamente alcoholizado) miraba estupefacto. ¿No te
enteraste?
De esas canciones increíbles, decidí interpretar dos. Ahora mismo estudiaré notas, tocaré
estupendamente.
¡Salvemos el nuevo santuario indígena, brigadier, intentando lo imposible! ¡Debemos actuar
decididamente!
"Ahora necesito tiempo, ingenio, hombre; ideas geniales", incómodo, Emmanuel nos increpó con obvia
sensibilidad.
Aún usa su traje raído al limpiar inodoros
antihigiénicos.
Andy guardó un amuleto raro de
Australia.
Otro piquete, armado con algunos rifles, lo
aguarda.
Si Andy no tuviera un admirable reloj, intentaría
opacarla...
Intenté nadar un trecho impensadamente
largo.
Su adorable niña te usará ahora; recuérdalo,
inútil.
Alguien más aparecerá. Recuerda ir los lunes al
santuario...
Ese nene comió incontables manzanas
amarillas.
Si intervenía, nuestro capitán era raramente amable. Mejor era no tenerlo
encima...
¡Silencio, escuche cómo ronca! Es tan ordinario,
sinceramente...
Su intimidad tiene interesantes, oscuros
secretos...
Son ocho jugadores; una zona grande; algunos rastros, naturalmente... ¡Ocupen
sitios!
Señora, Israel no acreditó grandeza o genialidad al
sojuzgarnos...
Otros buscan refugio en
sinagogas.
Emocionada, murmuró: "Obra con interés o no
obres".
Obviamente, cuando una persona acusa romance, me
emociono...
Otro día intentaré
ocuparme...
Lee, Ala: "Tus intervenciones generan
odio".
El mayoral me aconsejó no utilizar el
látigo.
¿Yace aquí, con
Emmanuel?
Señores, el xenófobo
yace.
Eligió las enaguas coloradas con incrustaciones oro, necesitaba estar
sexy.
Los unionistas griegos (unos boludos) reclaman
elecciones.
Rumbo al cabaré, imaginaba sus tetas al
sol...
Olavia pidió igualdad, no ataques
racistas.
Impidiendo nuestra unión, ¿nos dejarán
opinar?
Intenten no tirar rápido... ¡Intenten ganar al baloncesto
así!
Su ano lamí ayer; me
intrigaba.
¿Alguien se quedará untando el roquefort o solamente ocuparemos
salami?
Olavia fuma esos nabos duros. Están realmente
asquerosos.
¿Ahora saben quiénes urdieron esa ruindad? Olavia se
ofenderá.
Semejante acontecimiento, bastante insoportable, dejó un resabio inmundo,
asqueroso.
Sus intervenciones nos sonaban a buena oratoria, reflexiones elaboradas,
sabiduría...
Son oscuros los días aciagos, dejan odiosos
sinsabores.
Ellos reclamaron guardias uniformados. Inmediatamente, destacamos ocho
soldados.
Los anfibios no caminan
erguidos.
Es mi mejor amiga... No urdiré ese
lance.
Sus ojos la ayudan, miran enternecidamente. Necesito tenerla,
Emmanuel.
¿Observó, cabo? Las unidades inglesas recorren las orillas
solamente.
Ahora pondré resina en culos, intentando
ocluirlos.
Insista, general... Usted amerita nuestro
aprecio.
Siempre observo la luna. Otros zascandilean admirando bajezas
aquí...
Recientemente estaba contándole un episodio realmente doloroso; Andy
sollozaba.
Oye, me interesaba tener intimidad, ¿
recuerdas?
Emmanuel, su propuesta (lamentablemente expresada, no demasiado interesante) debió
omitir.
¿Servirá uvas con ubres maceradas? Bien ideado, restaurador,
espléndido.
En serio, Lou, ojalá vuelva esta noche o
sucumbiré.
¿Oyen las voces increíbles de aquellos seis tenores
eslovenos?
Oye, las viandas inglesas dejaste allá. ¿Las
olvidaste?
Olvídalo; sería tristemente estéril no teniendo opciones seguras... ¡
Olvídalo!
Otro traje resultaría
ostentoso.
¿No es gris? Recoge
otro.
Tengo un nuevo traje, uno
negro.
Oye, cocina un lomo (te aconsejo bien adobado),
Nat.
Ocho pinos ingleses nos
ocultaban.
Señor, el xenófobo
opinó.
Sólo Olavia le ofreció
sexo.
Opositores bienintencionados iniciaron su protesta operando
solos.
Ala, tu rabia indigna
obispos.
Siempre empieza barriendo o regando rápidamente el
atrio.
Suelo usar pantalones extremadamente rotos, Valeriana. Intenta sentir aquí, donde oculto
seborrea.
Se escaparon de una cárcel tunecina ocho reclusos especialmente
supervisados.
Se amaron largamente aquellos dos amigos
seductores.
Soy un pato rebosante. En marzo apareceré con impresionantes alas.
Ninguno anhelaba riquezas, dinero o
supremacía...
El xilófago atragantose mientras engullía
nardos.
Al buen universitario recurrí, reclamando inspeccionara rápidamente mi
examen.
Su eterna ñoñez origina ratos insulsos. Temo
aburrirme.
Su ulular bélico me aterra; realmente intento no
oírlo, señorita.
Ondean banderas lituanas en aquellos
submarinos.
El gran ilusionista peruano come increíbles
obleas.
Así, no intentarán mudarse a territorio
egipcio.
Ahora temes escuchar mis oraciones rimbombantes, irónicas... Zaherirte, amigo, decidí. Olvida rencores, anímate.
Su insistencia genera una inquietud extraña, raramente
atemorizadora...
Siento ofrecer los últimos conciertos itinerantes, ojalá nuestro espectáculo
siguiera...
Si insisten, ganarán. Ahora, Marthita ofrecerá
soluciones.
Obrar por intuición no implica obrar nulamente, educandos.
Sigamos...
Seguramente Andy buscará algunas diferentes
opiniones.
Su avión bajará el
sábado.
Andy, cuando regrese Olavia, buscará ayuda. Creo importante asistirla, ¿
sabes?
Ocho brincadores libaneses intentaban ganar aquel torneo obstinadamente, realizando impresionantes
acrobacias.
Algunas remotas zonas olvidadas (barrios indigentes) serán parada
obligatoria.
Algún reportero zahirió opiniones banales, intentando sofocar posiciones ofensivas.
-------- La oración contiene errores.
Otro señor tenía recuerdos oscuros guardados. Obviamente decidió apuñalarse.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Ocho sacerdotes, teólogos reconocidos, obtuvieron grandes obsequios del arzobispo.
El niño somalí aprende la zarzuela ostrogoda.
¡Oh, Dios! Intento oírte. Sí, Altísimo, me estremece nombrarte. ¡Te ensalzo!
Señoritas, Olavia necesita su estupenda ayuda. Nuevamente denle
oro.
Odio decidir inmediatamente o siempre andar sonseando.
El niño francés estaba repasando matemáticas odiosas.
Entonces nadie tenía remedios, ese niño andaba tan
enfermo...
Si intentas ganarme, Andy, mejor
entrénate.
¿Recuerda el cuento, usted? Era raro. Debería anotarlo,
sígame.
Anoche ya estaba, ¿
recuerdas?
Yo encontré gemas únicas
ayer.
—Oye, LaTurca, alguien viene —indicó
Andy.
Espere su turno; únicamente podrá ingresar Diego,
Olavia.
Sueles insistir severamente; tienes enojos múltiples. Actúas tan idiotamente, compañero. ¡Anda, mentiroso! Eres necio, tan
estúpido...
Señor intendente, lavaré esta nave carguera. Impecable, olerá suavemente a menta. Esta nave tendrá espectadores.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
En nuestro taller reparamos esos trenes eléctricos novedosos. Incluso diseñamos algunos
sistemáticamente.
Es necesario festejar. Reunidos en nuestra terraza armaremos, rápidamente, tertulias especiales, muy
entretenidas.
Si intentas lastimarme, entonces no conocerás, ingrata, otras satisfacciones amatorias. Me encabronaré, Nat, temerás enfrentárteme.
Si encuentran ñandúes americanos, limítense a domesticarlos, obsérvenlos
silenciosamente.
No andes con indecisiones. Obviamente, nunca alcanzarás los esquemas señalados.
Siempre oportuna, LaTurca usa cosméticos importados o
nacionales.
Andy rogaba, rabiosa (una grosera), alguna
solución.
Sus ojos tenían algunas nítidas
arrugas.
Ella se puso el jubón usado; él, la oscura
sotana.
Ocho burros vienen, impávidos. ¡Ahí, míralos! ¿Ese negro tiene
espejuelos?
Si Olavia regresara te escribiría,
obviamente.
Ahora me interesaría ganar otro
sorteo.
Ayer nosotros tuvimos invitados. Comimos un asado delicioso, amigos.
Ayer le grité una necedad
anticuada.
Llamaron ofreciendo revistas; ahora buscaremos
alguna.
¿Se enteraron? Nuestro seminario arrancó con increíbles ovaciones; naturalmente, Andy
lloraba.
En su carro acudimos prontamente. Estuvo sensacional.
¡Se acabó! Realmente, compañero, acábala. Si tienes interés, cretino, aguárdame meses enteros; no te
escapes.
Nunca, amigos, usan sus escritos amablemente. ¿Bromean utilizando nuestras desafiantes oraciones
sarcásticamente?
Siempre acaban los dos revolcándose alcoholizados, Nat.
-------- La oración anterior contiene errores.
Nosotras acomodamos unos sillones en aquel bar. Ustedes no desordenen, o saldrán.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Son (esos gusanos) unos insectos realmente inmundos, acaso
nauseabundos.
Ese xilógrafo habría aceptado un sencillo trabajo; otros
seguirían.
¿Siempre objetarás nuestros razonamientos? ¡Increíble, Emmanuel, nos tienes
exhaustos!
Olavia buscaba su conveniencia; Emmanuel no intentó detenerla. Ala (distraído) esperaba
sonriente.
Olavia decía, irritada,
obscenidades.
Su estatua neoclásica tiene, incrustados, diamantes africanos. Mil esclavos negros trabajaron esculpiéndola.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la última frase válida.
Olavia buscó seis entradas; reservó varios asientos, naturalmente.
-------- La oración anterior contiene errores.
Observen; dos indios observan.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Los indígenas nos demostraron
odio.
Siente otra caricia... Intenta alegrarte,
lindo.
Sí, en las escuelas, cada comisión investigará otros nuevos aspectos del ordenamiento
social...
"Seria estúpido leer esos cuentos cortos intentando olvidar novelas apasionantes", decían otros seriamente.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Ese, que usa impermeable verde, ofreció quince uniformes especialmente
seleccionados.
¿Eres quien usa impropios vocablos o quien escribe sobriamente?
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Sería algo tan impropio, señor funcionario. ¡Acabará con
ellas!
Olavia busca esmeraldas sensuales, ópalos suntuosos.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la última frase válida.
Seguramente ansiás lijar, impotente... Andá.
-------- La oración anterior contiene errores.
El que último intentó violarla, observó que un excremento salía.
-------- La oración contiene errores.
-Seguramente enseñarán nuevos temas -indicó Diego algo molesto-. Emmanuel, no te
equivoques.
Sí, aquí conocemos usureros, defraudadores, insensibles recaudadores. Los odio sentidamente.
Aquí cerca están reunidos quienes usuran en México. Oigan, ¿no osaremos
sacudirlos?
La ansiosa vecina anda nadando desnuda,
acerquémonos.
Ayer pudo estrenar su taza azul.
Opiniones de otros no tendrían objeto; la opinión general, insisto,
apesta.
Otros defeños inútiles osan saber
odontología.
Nunca encontrarás cien esferas, sos inútil... también
odioso.
Ojos bellos esos, sus ojos,
son...
El xilofonista tiene raros amigos: ñoños
obesos.
Alguien busca un radio; resulta
extraño...
Ahora sabemos que un extraterrestre
aburre.
Su obra breve reivindica el matriarcado; a nuestro entender, realmente
asquea.
Si osas mentirnos, Emmanuel, tendrás eterno repudio. Nos ofenderás
sobremanera.
¿Sí, intuyes nuestras intenciones? Esperamos salir triunfantes rebelándonos; odiamos
someternos.
Son algunos períodos oscuros,
siniestros.
Observamos peces raros, ofidios bastante interesantes, orugas,
sapos...
Ala, consentido, ¿osarás gastar ese dinero? ¡Os romperé
algo!
Este silencio es nuestra casa... inmaculada,
acogedora.
Odio besarnos sin cariño entre nosotros; ámame, me estás negando tu
esencia...
Odio pedirte ósculos. ¡Reacciona, tómame
obscenamente!
Amigo, me interesa guardar
oporto.
Olvida las angustias. Vive intensamente,
amigo.
Ojalá tengas recompensa,
Olavia.
¡El xifoides que usted intervino se infectó terriblemente, obcecado!
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
El xilofonista quiere una invitación. Si insiste, tocará
otro.
Ayer guisamos un arroz nicaragüense tan apetitoso, realmente exquisito.
Eso sí puede ofenderme sumamente,
Ala.
Lo agarraron regurgitando gargajos ante tu
esposa.
Oye, farandulero, ¿intentas confundirnos? Imbécil, ahora lárgate.
Siento un frío realmente insoportable. Me introduciré en nuestra trinchera,
oficial.
Siempre estaré nalgueándote tan amorosamente, rlrm. No obtendrás
sufrimiento.
Su esposa nos ofreció
sentarnos.
Siempre ansío besar incesantemente aquellos
senos.
Les estamos ganando a los ecuatorianos, ¿
sabías?
Soy el ñoño oficinista, reviso insulsos acuerdos
legales.
Otros cien uruguayos lucharon tan arduamente. Recuperaron nuestro oro señorial.
Se abren zaguanes oscuros. Nosotros acudiremos, deseando
ocultarnos.
Originalmente se comieron un ratón altamente sazonado.
Alguien nos tiró a ñangas
oscuras.
Siento un calor intenso
acá.
Siempre andas babosa. ¡Eres
sucia!
Andy, mejor olvidar; recordar amarga la existencia, ¿
sabes?
Anoche no dormimos. Revolcándonos estuvimos intensamente, tan
amorales...
Su ansiado trofeo recibió acompañado por Andreita.
Otro recuerdo genial inspiró al
sátrapa.
Siempre intento tener intensas orgías.
Otro pelotón entró rápidamente al
sitio.
El xilofonista pudo interpretar, rápidamente,
óperas.
Su último suspiro, camaradas, resonó increíblemente, bien intensamente. Recia, sonoramente,
expiró.
Sí, estúpido ñoño, otro recurso es
suscribirse.
Siempre encuentro ñandúes olfateanodo rosas especialmente seleccionadas.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Oí bastantes enunciados derivativos, encontré casos extraordinarios. Realizaron escritos muy ostentosos,
señores.
Acataremos con alegría, toda aclaración, Rabo; las
obedeceremos.
Si algo nuevo decido, intenten acatarlo.
Olavia nos escribió recordándonos otras situaciones, anécdotas simpáticas.
-------- La oración anterior contiene errores.
Es nuestra facultad establecer rutas menos onerosas.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Sí, Andy, quiero una ensalada aderezada; Diego, ostras rebozadas, escalopes,
sandía...
Se internan lentamente en nuestros campos intentando observarnos; son ominosos
saqueadores.
Sí, amasaré tus increíbles senos. Finalmente estaremos cogiendo hasta aburrirnos.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Olavia lo vio irse, dejándonos amargados, deprimidos, oprimidos,
silenciosos...
Estábamos solos...
olvidados.
Son ocho lunáticos; unidos construyeron, increíblemente, otra
nave.
¿Satisfechos ante tamaña ignominia? Sólo Francisco espera, completamente hastiado, otra
solución.
¿Son acaso los únicos deudos? Anda, respóndeme, Nat. Obsérvalos,
satisfechos.
Ala, debemos entender cuando un amigo distraído olvida
saludarnos.
Sí, al tercer intento, simplemente, fracasamos; esperamos construir hornos
adecuados...
Olavia recibió dos esculturas; no estaba
satisfecha.
¿Obedecerás fielmente? En nuestra destinada intimidad, daré
órdenes.
Olavia lo vio irse, demasiado
ofendido.
Ella no fue, estaba recuperándose. Mejor
olvidó.
Sientes odio, reconócelo... porque regresa ebrio, siempre igual. Vives aguantándolo, Marthita; es nauseabundo, totalmente
enfermo.
Se obsesiona, recurrentemente, por revivir esa situación irrepetible: ver aquella mamadera en nuestro estante.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
¡Sácalos! Unos cuantos insectos atacarán
sorpresivamente.
Solamente uno nos trajo una olla sin asas
sucias.
Recuerdo esas palabras risueñas; intento moldearlas imaginativamente, recobrando nociones oscuras,
suntuosas.
Sí, un día ordenó
reprimirnos.
Se abren nuevos días, estamos contentos exudando
sudor.
Intento no decir idioteces o
sandeces.
Siento ansiedad, TT. Intentaré salir. Fresco aire, con tremendo olor, respiraré. Imagíname
ahí.
Obraré rotundamente agradecido; cada inspirada oración nos es
satisfactoria.
El xecudo parece inspirado redactando
oraciones.
Obviaremos ir; su tía
expiró.
Esos niños corren alocadamente, rlrm, cálmalos enérgicamente. LaTurca ayudará; Marthita intentará entretenerlos. Necesitaremos talento, ¿
oíste?
Su escuadra nos sacó a tiempo; al menos, evitamos nuestro temido
encarcelamiento.
Emmanuel, Marthita, intenten ganarme redactando acrónimos. Deseo opacarlos sensatamente.
Andábamos por ahí, repartiendo tortazos a roñosos
emigrados...
Si otros brutos ansían robármela, me esconderé, la
apartaré.
No espero grandes aventuras; tampoco intentaré volver a
seducirte.
¡Nuestro equipo ganará al tuyo, imbécil! ¡Ven a
sobármela!
El xenón puede liberar, intensamente, cargas altísimas, cargas inmensas. Obviamente,
negativas.
¿Será esa su urgencia? Desde ayer, me está negando toda
explicación.
Oí ruidos, decidí investigar. Naturalmente, anduve receloso, inquieto, ocultándome
sesudamente.
Suelen usar esos gorros rayados,
ordinarios.
Su única esposa callaba al
suegro.
Salí el sábado, ilusionado. Obtendría nueve esposas
suecas.
Se oponían, burlándose, a reanudar las amistosas
sesiones.
Sus ubres están ñangas, olvidemos
sobarlas.
Soledad o lejanía... en alguna dejé algunos
sueños.
Se iluminan bellas escenas relucientes. Imagínalas alumbradas, níveas, asombrosamente soleadas.
Solamente un tarado invadiría las estepas
siberianas.
Se están pudriendo algunas rosas. Así decaen: olorosas, sutiles.
Oraban juntos; orarán
separados.
Sus ocho perros rabiosos arrancaron nuestros
ojos.
Ofrecieron discursos interminables; Olavia se ofendió.
-------- La oración anterior contiene errores.
Sinceramente, Olavia, ¿porqué recibieron al narigón odioso?
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Se aglomeraron los admiradores de aquella
soprano.
Estaban sentados comiendo alcachofas. LaTurca ofreció fideos, ravioles, incluso olivas
saladas.
Sus intereses no coincidían, entonces recurrieron al maestro; estaban nulos, tenían
escalofríos...
Ojalá siempre te recuerde así,
sinceramente.
Andy come caracoles; Emmanuel decidió ingerir
ostras.
Aunque le expuse mil argumentos, no
accedió.
Siempre escucho la versión
alemana.
Señor, esa noche, ¿salió usted a la escarpada
selva?
Seis indios me usaron lascivamente. Tenían asquerosas necesidades... eran asombrosamente
sensuales.
Esperen las órdenes, granaderos; iniciaremos ofensivas
simultáneas.
Sí, increíblemente, el mejor patinador recibirá
elogios.
Seis obispos los observan,
siempre.
Debemos estar un día allá,
solos.
¿Son ustedes capaces? ¿Intentarán escapar, dejando atrás
deudas?
Si intentaras barrer el rincón, idiota, acaso notarías otra
suciedad...
En su teatralización, usted podrá incluir dos osos
siberianos.
Esta noche cogeremos ostentosamente. No tendremos recelos
estúpidos.
Recorriendo el puente, una noche te
encontré.
Sin Emmanuel, nuestro amorío daría otro
repunte.
Sí, un gobernador entró; rompió, en nuestra cara, informes al
senador.
Recuerda escribir, si puedes, un extenso semanario. Tengo algunas
sugerencias...
Ahora, yo espero
respuestas.
Solamente usaremos el generador reparado
ayer.
Su último encargo compraremos aquí,
suegra.
Al menos, estaban nuestras amigas
suecas.
Estuve nadando con aquellas nalgonas tan amenas.
Otro día, invítame al río; me
encanta.
Estoy sumamente triste. Andy decidió
odiarme.
Esa mujer borracha, orinada, rajó rápidamente al coche; huyó al reconocer su
estado.
Sí, amigos, bebamos. Intentemos andar muy entusiastas. ¡No teman
emborracharse!
Ayer, mis invitados griegos opinaron
sabiamente.
Ahora habrá otros rencores, amigos.
Sigan, ingratos, generando aflicciones...
-------- La oración anterior contiene errores.
¿Se imagina nuestras tristes anécdotas, xerógrafo? Inténtelo, siga.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la última frase válida.
Son entorpecedoras tus intervenciones, Emmanuel. Mejor bríndanos, rápidamente, explicaciones.
-------- La oración anterior contiene errores.
Su ímproba tarea inició, algún lunes, en setiembre.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la última frase válida.
Soy ictiófago. Necesito guachinangos ungidos, los añoro repetidamente.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la última frase válida.
Obtuvimos pases especiales, recibimos entradas, tarjetas asignando sitiales.
-------- La oración anterior contiene errores.
Su actividad teatral incluyó satisfacciones, fue actor con trescientas obras representadas, incluyendo operetas.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la última frase válida.
Ala no sabe iluminar. Así destruye acuarelas.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la última frase válida.
Se estudiaron doce úteros con tumores operables, rectora.
-------- La oración anterior contiene errores.
Lloré intentando dejarlo; era romántico, exquisito, seductor...
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Oye, pendejo, intenta no acudir bebido
ahora.
También el romano, muy introvertido, no
opinaba.
¿Tienes raras anémonas? Intento descubrir otros Ranunculáceos.
-------- La oración anterior contiene errores.
¡No! Ala traidor...
----- Regla 5.
¿Anoche verdaderamente intentabas ocultarte,
Nat?
¿Recuerdas aquel raudo
avión?
Aquella yegua estaba
rara.
Ayer no salí, igual antes de
ayer.
Si oyes ruidos, prepárate, recibirás esa sorpresa
ansiada.
Ahora podemos esperar, Nat, alguna
sorpresa.
Sus opiniones no atraerían mucho, bastarían unos laboristas,
apenas.
Era durante un concierto... apareció desnuda, obviamente
sonámbula.
¿Reís insolentemente? ¿Os parece lógico, atenienses, teniendo educación, no ser
educados?
Sólo intento no golpear una lujuriosa antigüedad
rioplatense.
Su insolencia nos fortalece, ofenden nuestras instituciones con osadía
singular.
Orquestas polacas ofrecieron singulares interpretaciones. Tocaron ocho renombrados estudios
sinfónicos.
¡Ay, mataron al ruso! ¡Investigarán los lituanos
opositores!
El xilofonista cubano usa sombrero
amarillo.
Omite comportarte indignamente o sucumbirás ardiendo, mujer escandalosa. No tienes
excusa.
Olavia te recuerda
ociosamente.
Necesariamente Ala buscará
otro.
¡Olvidé comprar las uvas y el
nabo!
Soy otro, lo lamento, oloroso zacateca... ¿Al muerto olvidaste,
sonso?
Ocultos, leímos indignantes volantes oscurantistas;
sollozamos.
Otro buen indicio, sargento: plantan
olivos.
Olavia regresó esas gemas al nuevo
obispo.
Enebro no encontré; buscaré rápidamente
orégano.
Siempre anda buscando
enebro.
Nat, Olavia se ocupará, tienes razón; Olavia
sabe.
¿Ordena boludeces el decano? ¡Ese zote comparecerá ante
nosotros!
¿Rendimos incondicionalmente nuestra caserna o
no?
Ojalá revisaran aquel
rincón...
Ocho boludos siempre esperaban que uno intentase
orar.
Siempre unos enormes libros
obsequio.
Sus únicos espejuelos cayeron al
suelo.
Andy guarda revistas antiguas; varias inglesas, otras
suecas.
Sus amigos nos dijeron injurias,
agravios...
Es muy previsible. Algunos comerán helado, otros,
sandía.
Sí, adoro besarla, incluso al mear. Ella no tiene
empachos.
—Señor, ¿alguien nos guiará? Una indicación nos ayudaría, realmente —intervino Olavia
sabiamente.
Su ira le estorba; no controla impulsos odiosamente
sanguinarios.
El xenófobo canadiense intentó tirarme
agua.
Su última inversión cuidaba intuitivamente. Decidió ocultar su empresa.
-------- La oración anterior contiene errores.
Su indiferencia la enloqueció; con irracional odio, suicidóse.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Intento no hacer otro soliloquio, pero insisten tejiendo absurdos
silencios.
Realmente estamos cansados Olavia; recorrimos regiones
inhóspitas.
Aquellos zapatos usé cuando África
recorrí.
Está siempre comiendo algo; la descubrí al buscar
azúcar.
Algunos reían diciéndonos improperios; elegimos no dejarnos ofender...
-------- La oración anterior contiene errores.
Él sabía cómo hacernos lamentar, dejaba aquellas brasas ardiendo.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
¿Recuerdas al párroco inquisidor dándonos azotes mientras ese novicio te
escaldaba?
Si ella no accede, Dante, olvídala
rápidamente.
Solamente ustedes conseguirán imputar al
senador.
Si encuentro xenófobos, armaré reyertas.
-------- La oración anterior contiene errores.
Se unieron, casi inmediatamente, a sexar.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Odio juntar ostras sucias.
Sin aquellos rasgos genéticos, ella no tendría
ojos.
El xecudo teniente rugió ante ñoños aspirantes,
sargento.
Aparentemente pudieron, al recorrer ese nuevo territorio, encontrar muchas especies nuevas, tan
extrañas...
El niño sí estuvo gritando. Un intenso dolor,
aparentemente.
¡Oh, bonita! Esas nalgas quiero. Unámonos
enseguida.
Su esposa nunca supo amarrar tantos
obenques.
Sólo aquel bruto ataca ñoños obesos, nunca es
sensato.
Si untas nuestros torsos, úntalos, odalisca, sin obviar
sabañones.
Si un peruano esperanzado recupera aquella dote, ofrecerá regalos espectaculares,
suntuosos.
Sí, un buen dirigente intentará tener objetivos
superadores.
Soy un dios amoroso, fino. Recuerden implorar con alegría... ¡No
oigo, súbditos!
Nunca estuve con ingleses o
sudafricanos.
Seguramente algunos nos crean idiotas o
necios.
Si el ñaruso osara retobarse, inmediatamente tendría alguna
sanción.
Se escuchan carcajadas ominosas,
señoritas.
¿En serio comes uvas con higos especialmente
secos?
Oye, Rabo, intuye, no
escuches.
Antes me imaginaba ganando,
Ala.
Andy, hay otros recursos,
amiga...
Nuestro inspector general recomendó operar más armónicamente, no tan individualmente como
ahora.
Ojalá puedas imaginar nuestra increíble ofrenda
nigromántica.
Ala miente, Adriana. Nuestro último estudio no señala
eso.
Su estupidez generó una indignación descontrolada,
amanuense.
Oye, bello, sóbame el rabo. Ven ahora, disfrútame o retírate en seguida.
Su intuición lo encaminaba, no concebía inocentes
observadores.
Nuestros ojos ven el día abriéndose, destellando en
silencio.
—¿No oyen? —vociferaba Emmanuel desesperado— ¡algunos, decididamente, están sordos!
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Mejor olvídalo, Latinlosers, el sábado tendremos algunas
novedades.
Realmente, los ruidos
molestan.
Al buen amigo tendrás, incondicionalmente, dándote
amor.
Olavia busca siempre errores. Realmente vive
abatida.
Es suyo, tiene ínfulas, ¿lo
observa?
Seis osos rabiosos persiguieron ratones en Nicaragua. Desde entonces Nicaragua tiene
estilo.
Oh, bromeaba, lindo; eres asombroso,
sorprendente...
Siempre olvida sus
obleas.
¿Ella quiere un indio vivaz o quiere un español
soso?
El turquesa es realmente novedoso: amplio, muy escotado... ¡no te
equivoques!
Su intención es muy precisa: recordarlos
eternamente.
Oigan, fíjense en nuestro discípulo; él realmente nos ofende,
siempre.
Siempre estás con reticencias, Emmanuel. ¿Temes
ofendernos?
Los indios buscan al negro en
secreto.
Seis exacerbados xenófobos ultimaron al
libanés.
Ocho jotos obesos tienen abstinencia
sexual.
Otros lo vieron irse dando, al remendón, las
ojotas.
El niño tiene intenciones eufemísticas. No debes
olvidarlo.
¿Es su mujer esa ramera? ¡Ahora sí, te
entiendo!
Estoy sintiento mucha emoción. Relacionémonos aquí, será tan exitante.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Escribiste seis frases; una era ridícula, zonza; ¿acaso te
esmeraste?
Ahora sí intenta salir, TT. Inténtalo realmente. ¡
Esfuérzate!
Es sumamente cochino, un canadiense harapiento, ¡
oh!
De acuerdo, Nat, te
escucho.
Ella no tiene intención de amarte,
Dante.
Solamente un boludo seguiría insistiendo sin tener
entidad.
Siempre omito los ornamentos suntuosos.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Siempre obtusa, la oquedad subsiste.
El nuevo rico irlandés quiere un encuentro con esa doncella omaní, reclama estar
solos.
Opinando puedes inventar nuevos argumentos realmente enriquecedores.
Es fácil usurpar sitios inhabitados, vecino. ¿
Oyó?
El xilofonista también recordaba al ñandú al regresar
efusivo.
Nunca olvidaré todos aquellos besos... los
extrañaré.
Zoilos atrevidos generaron un abucheo
notable.
Aquel tarado recorrió otro
zaguán.
Adriana no dudaba, recordaba ese incidente tan
atroz.
¿Osas decir idioteces,
Andreita?
El señor parecía estar callado, tan atento circulaba ufanado; los amasios recordaba, estaba
solo...
Aunque pareciera amarte, se imagina otras noches (acaso demasiado aburridas) monótonas; evidentemente, no tan
espectaculares.
Andy me interrumpió gritando
apasionadamente.
Aquellos dichos me inspiraron románticamente,
amiga.
Eres lujosa, elegante, graciosa... Andy, nuestro concubinato, innegablemente,
admira.
Decía, incesantemente, sucias obscenidades. Nunca atendió nuestra tradicional
elegancia.
Sólo oigo los estudios de acordeón
disonante.
Dígame, infeliz, ¿es gracioso ofender?
-------- La oración anterior contiene errores.
Si olvidas la explicación, difícilmente apruebes, Diego.
--------- La oración tiene errores de gramática.
La infinita visión interior agranda nuestra oscura
soledad.
Señor, escuche nuestra sugerencia: use ambos
livianos.
Solo estoy; nunca sentí un amor leal, ¡con un carajo!
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Oh, bromeaba, lindo. Ideas generalmente acrónimos tan originales; redactas, incluso, oraciones simples.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Ojos bien lindos imagino. Gustoso, Andy, te observaré. Recrearemos idilios, odalisca
sensual.
Eso no tiene utilidad, solamente impide algunos servicios mecánicos
obligatorios.
Señor, escúchenos, ¿nos cree idiotas? Lamentablemente, los acrónimos mejor escritos nos tachó escandalosamente.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Sos errática, neurótica, caradura, indolente, lenta, ligera... Andy, mejor enemistémonos. Nunca tenemos
entusiasmo.
Saca algún turrón, repártelo ahora. Puedes alimentarnos
sencillamente.
Sí, aquéllos nunca dejan el contubernio. ¡Esos
sátrapas!
Sí, el ñato, otrora responsable, escribe
sandeces.
Ala lee algunas boberías anarquistas. Necio zarrapastroso, ¡ayúdenle, señores!
Ese nuevo feligrés reza enérgicamente. No teme, aclama, repite las alabanzas.
Sería adecuado buscar incansablemente a Marthita. Encuéntrala, no temas
enfrentarla.
Emmanuel, si tienes una penitencia incumplida debes acatarla
sabiamente.
Si ellos leyeran esto, compañero, comprenderían inmediatamente (o no armarían revueltas
estúpidas).
Ningún acrónimo utilizaré si es aburrido. Buscando unirnos, nuevos, destacados acrónimos seleccionaré.
Oímos y escuchamos, regularmente, ofensas
nauseabundas.
Amigos bienaventurados, aquí no domina o ningunea alguien loco, ¿
oyeron?
Oye, ¿fumas eso, niño sabandija? ¡
Abandónalo!
Ala: ¿no odias realmente mirar atrás, lejos?
-------- La oración anterior contiene errores.
Oye, Francisco: eres necio, sonso, anormal...
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Ala, tu onanismo me indigna; causa
ofensa.