ACRÓNIMOS
Al menos obtendremos
recompensa.
Son unas estupendas navidades,
amor.
El xilófono puede oírse lánguidamente, incluso a distancia, así
suena.
Oigo sonar tambores. En nuestra situación, incluyo buscar los elementos mejores entre nuestras tropas
expoliadas.
¡Zas! Oigo retumbar, resonar ostensiblemente.
Seguiré arteramente ganando al
zorro.
Estoy xerografiando. Concluiré un suntuoso anuncio sagaz.
El vecino intentó disimular el naufragio. Todos esperábamos muchas explicaciones. No tuvo
excusas.
Aquí raramente dan oro reluciente o sencillamente amarillo. Me están ninguneando también, evidentemente.
Abstrusas mujeres impedirán gozar
ardorosamente.
Siquiera inspirame, quiero una inspiración erótica, recuérdalo, amiga.
Ojalá rememores nuestro amor. Mis emociones no te olvidan
siquiera.
Los indígenas mostraron bonitos ornamentos.
Otros cuentos contaremos, imaginaremos dementes escenas; nos trasladaremos al
limbo.
Soy el nuevo caudillo, iniciaré la lucha occidental.
Odio repetirlo: bailar es
sencillo.
Soy el gran ungido, insisto, dominaré orbes.
Alabama come en restaurantes asiáticos
seguido.
Ahora pediré recompensa ostentosa, viviré echando candela, haré arder las aceras.
Esa nueva frase es realmente maravillosa,
aprovéchala.
Sus escritos dicen una cosa importante: roer limones
enferma.
Su elegancia natural te inspira deseos. ¡Osa
seducirle!
Sus extrañas manías atraen nuevos amores sentidos.
Señoras inmorales nos sacudían abanicos. Bebíamos oporto. Recuerdo esas
semanas.
Ser un caballero exige sufrir onerosos
sinsabores.
Sus últimos suspiros ufanos reprimió, recordaba otros sucesos.
Ayer bailé, incesantemente sinuosa, mientras oía
susurros.
Soy otro, soy peor, estoy caminando hacia otros siniestros abismos.
El siempre correcto regente ignoró toda oración
sospechosa.
Estoy sumamente compungido, oí nuevos decasílabos inauditos, terriblemente escritos.
Este solar me evoca recuerdos antiguos, de aquellas mañanas en nuestro tierno
escondite.
Olvidé cuánto ustedes recomiendan recitar
esmeradamente.
Oye, con urgencia, retira rápidamente ésto. --------- La oración tiene faltas de ortografía.
Olvidé colocar una letra terriblemente importante. Siempre me
ocurre.
Oigo las voces invocando demoniacas apariciones del
ocultismo.
El xilógrafo trabajó en nuestra unión, ahora dejémoslo
olvidado.
Ese xantoma tiene espantosos nódulos. Unguentos aplicaremos, deseando obliterarlo. --------- La oración tiene faltas de ortografía.
El sábado tendré increíbles mutaciones. Un león alado nacerá donde otro muere
extenuado.
Sabes amarme con intensidad arrolladora, riendo siempre,
estimulándome.
El niño abrió grandes uvas, añoraba
saciarse.
Antes se ensimismaba saludablemente. Imaginaba niños, ahora recuerda
enaguas.
Me aventaste los dados, idiota. Te
asesinaré.
¡Renuncio! Legalmente renuncio, maldita.
Siempre ansío, limeña, tu amor.
Somos cientos de los mismos a los que combatimos, la única manera de formar la resistencia es morir o quedar estáticos. ---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Si un colibrí intenta otarte,
salta.
Ocho bonitas niñas urdieron, banalmente, intentar liberar a dos osos
sucios.
Sus ojos negros realmente inspiran emoción, nos dejan
obnubilados.
Asustados, nos hemos evitado. Lo ocultamos
sonriendo.
El sol, cuando amanece, parece angustiado. Todo orto rememora intermitentes
anhelos.
Si intento levantar esa nécora con interés, obtendré su armadura. Mi enemiga no tiene
escapatoria.
Espero sinceramente poder escucharlas. Caracolas, insectos, arenques, los escucharé
silenciosamente.
Sólo obtengo caracolas oscuras recorriendo ríos en rutas
especiales.
Decidme el lugar indicado. También os
socorreré.
Sondearemos estas grandes urbes recolectando indicios de algunos
delitos.
Nunca abro ventanas en guaguas automáticas, no tengo esa
seguridad.
Noche crítica de ambiguo sentido. Formamos parte de un juego estúpido en el que siempre pretendemos hacer que el otro pierda, sin contemplar la posibilidad, de que se puede ganar y ganar sólo siendo. ---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Eruditas xilófagas perforaron repetidamente estos sollados. Alguien requerirá otros
navegantes.
Recientemente extraños habitantes alienígenas buscaron insistentemente los indicadores teutónicos antiguos. "Nosotros dominaremos otros mundos", expresaron.
Amigo, yo estoy
rehabilitándome.
Otras buenas señoras estrenaron relucientes vestidos ayer.
Sonríe, alguien nos
observa.
Sobra un bollo, lámelo intensamente mientras esté
sano.
Sin amor también interesa ser fogoso. Admiro, con creciente interés onanista, nuevas erecciones
sublimes.
Sin amor, las uniones dan otras satisfacciones.
Ofuscado fervor es no saber ignorar viles afrentas.
Saludos.
Odio decir incoherencias o sandeces ofensivas.
Si en nuestra casa intentas lavar ladrillos, obrarás sanamente. ----- La oración anterior tiene errores.
¡Osados! Demuestran ignorar órdenes sobre acrónimos sencillos.
-------- La oración de la que parte tiene errores.
Salió urgentemente el ladrón ominoso. ----- La oración anterior tiene errores.
Oscuridad: ciudad solitaria donde el noctámbulo anda con la cabeza gacha buscando centavos en el suelo ---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Odio diseñar intrigas ominosas, socialmente odiosas -------- La oración tiene falta de ortografía. (Faltó el punto final).
Obreros de Indianapolis osan sublevarse ocasionalmente.
-------- La oración tiene falta de ortografía.
O disimulas inquieto, o lo olvidas.
----- La oración anterior tiene errores.
Odio dedicar inspiradas odas, secillamente ódiolo.
------- La frase tiene errores.
El maestro pretende arruinarme. Conseguirá hacerse
odioso.
Soy un aventurero, vivo en México. Entiende, nunca tengo empacho.
Soy un cabroncito inocente, ódiame
suavemente.
¡No estoy obeso! Fíjate, ignorante, tienes ojos sucios.
Reencarnados en nuestras almas, con ellos renacerán algunos
neófitos.
Ranitas extraviadas, niños arrinconados, caracoles estúpidos... ¿
renacerán?
El sordo pretende escuchar ruidos al
renacer.
Ojalá no dudaras, urraquita linda. Ayer no dormí. Ojalá supieras
esperar.
En seis carretas arribaron padres italianos. Se mecían,
ondulándose.
Al no intentarlo, me asustó tu
escapismo.
¿Animarme? No intentes manipularme,antes te excitaba. ------ La oración tiene errores.
¡Salta al barco! Olas recias están alejándonos. ¡Rápido,
anímate!
Sublime ardor brota orgullosamente ridículo, el amante retrocede angustiado ------ La oración tiene errores.
Oigo al xilófago acechar, quiere un exquisito ñame, opíparamente saboreará.
En Xochicalco inculcan terrores
oaxaqueños.
Sólo intentaba leerle estos nuevos cuentos infernales, o sea, aterrorizarle. Mas esto no tuvo
éxito.
Si el gran ungido reza, oremos silenciosamente.
Se escuchan ruidos penitentes, incorpóreos espíritus nos toquetean. ¿Estaremos
seguros?
Sólo agrandados bípedos intentan arrancar
serpientes.
No idealices tu iglesia. Dios apesta, ¿
sabías?
Sin imaginación no fabricaríamos imágenes
nítidas.
Sol amarillo, calienta rápidamente. Incandescente, lejana estrella, genera oligoelementos
sinfín.
Oí las estruendosas risas, entonces me ofusqué. ¡
Sacrílegos!
Si obtenemos ñoros, al rostizarlos los
oleremos.
Sólo el ñandú, ave rapidísima, logra obnubilarme. ---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Estaré siempre pensando en Roma. Ahora no zozobraré al
soñarlo.
Su enfermedad no tiene importancia. Debería apaciguarse mientras espera. ¡Nadie tiene
esperanzas!
Ahora mis errores nos ofuscan sentidamente.
Antes, hablar ofrecía ratos
amenos.
Si ordenan beber el mosto, ordenaré su licuación
ahora.
Reservemos esta carne untándole el resto del óleo.
Sobémosla.
Su actitud con ustedes dejó infames
recuerdos.
Es jueves. El martes podríamos lavar o
sacudir.
Somos inocentes, no conocemos el rencor. Además, no dañamos ofreciendo malos
ejemplos.
Serias injurias nos calumnian. Esta rencilla aristócrata nos dejará orillados mediante
escándalos.
Soy un fanfarrón inútil, cínico, indeseable, exótico, nulo, torpe... ¿Estoy sincerándome?
Se escapa mi elefante. No tuvo aquí las elefantas
suficientes.
Siete enanos mintieron en natural talla. ¡Lástima!, engañaron sapitos. ------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Ocho bellezas libidinosas intentaron correrse usando ostentosos sementales.
Señoritas ambiciosas recogieron gustosas aros, zarcillos oblicuos.
Once filibusteros iracundos comieron insípidas acelgas, luego entresacaron sargazo.
Somos ocho, los
oficiales.
Soy el gran ungido, no dudes, orando nunca estarás solo.
Siempre está reprimiéndome, puniéndome. Él no tolera inútiles, no admite
segundones.
Ofendido, salí. Tan enojado no trabajo. Oí sus advertencias
serpentinas.
Sólo impedí nupcias costosas, eran realmente
ostentosas.
Siento, en nuestra sociedad, acciones con intenciones onerosas. No eres
sincero.
Sí, imaginemos las ventosas estepas sureñas. Traen recuerdos, evocan
sensaciones.
Señora, use el ñame: obtendrá sabor. ------ La oración anterior tiene faltas de ortografía.
Si imaginas las vacas, entonces sólo tendrás reces en sueños. -------- La oración tiene faltas de ortografía.
Ayer supo que una espléndida rosa opacó sus orquídeas
silvestres.
Ellos saben comer abundantemente: papas, arroz, tamales, ostiones. Ricos inflados,
asquerosos.
Sus incontables mentiras producían lágrimas, envenenaban mis emociones. No teníamos
escapatoria.
El norteamericano era muy ingenuo, guerreaba obedeciendo
simplemente.
Señor, intente nuevamente creer. Entréguese, rece, arrepiéntase... ¡Mírelo! ¡Él no tiene
enemigos!
El Señor tiene estos rabinos, estos obispos, tantos inútiles. Podría odiarlos,
sinceramente.
Siempre incluyes estos mismos personajes. Repites
estereotipos.
Su elocuencia no tiene importancia, mi ilustre enemigo. Nuestras trifulcas ocultaremos
siempre.
Soy estúpida, negada, tonta, idiota, mojigata, imbécil, embaucadora, necia, tarada. ¡Oh Santísimo! -------- La oración tiene faltas de ortografía.
Sus ojos brillantes recrean extrañas situaciones. Aparecen lágrimas iracundas masacrando ocultos
sentimientos.
Nuestro último triunfo resultó inútil: apenas
sobresalimos.
En Nigeria, cuando hay aguaceros ruidosos, conviene atrapar ranas o
nutrias.
Ojalá repares esa acequia, Nashira. Dos observadores se
encharcaron.
Sal al balcón a dejar esos ñames
oreándose.
Anoche una tortuga octogenaria buscaba un
sabadeño.
Seis emigrantes desesperados iban escondidos. No tenían
agua.
Oaxaqueño feo, escúchame. No soporto andar
sedienta.
Su ambición no tenía ultimátum. Ansioso, repetía incontables
ofensas.
Oye, vete el jueves al
santuario.
Seis indígenas guatemaltecos usaban irregulares espolones. Nafrando, domaban
ovejas.
Seguros, íbamos ganando un encuentro interesante. No desperdiciábamos oportunidades. --------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Seis elefantes negros trotan intrépidos. Mira: ¡elefantes negros trotando animados! ¿Los estás
siguiendo?
En mi último libro sólo intenté obtener nuevas emociones
sentimentales.
En mis interesantes garbeos recogía amapolas coloradas, intensamente oscuras,
noté.
Otrora, los egresados rehuían la
emigración.
Siento algo bello acercándose, déjame
olerle.
Salí a cazar raposas ayer
sábado.
Sigilosamente intenté gorronear las obleas
sacras.
Rompe el pestillo, la entrada tiene años,
siglos.
Robé ocho buenas arcas repletas.
Al millonario ordené
robar.
Olvidé las infaustas mamadas para iniciar con
amor.
Salí una tarde impresionantemente lumínica. ---- La oración anterior tiene errores.
Oye, las intenciones me parecieron infames, con alevosía sutil. ------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Ostentosas ficciones inició con insensatez
olímpica.
Rezaba en cuclillas, entonces levité. ¡Oh, santo
oficio!
Ayer yacías enfermo,
receloso.
Al urogallo lo liberé
ayer.
Su animal, casi antipático, ridículamente innoble, no
aúlla.
El niño estuvo robando golosinas. Infantilmente adquiría
sacarina.
Oírle cantar íntimas oraciones, siempre alegres, me emociona notablemente. Tiene
energías.
Sultanes indios me interrogaban
ociosamente.
Sólo a tu rapaz atacante patearía. ¡Asqueroso
simio!
Soñé algo terrible: robachicos albinos paseaban afganos sucios. --- ---- La última palabra debe estar en negritas.
Se acabó. No compraremos ilusiones, ¿oyeron? Necesitamos escuelas,
sátrapas.
Antes lo gritaba intensamente, diluyendo así,
sanciones.
Estoy solo, pacíficamente estaré remembrando. Añadiré nostalgias zafias, álgidas.
Realmente escribes puros lamentos. Inquietas églogas guiando unas especies nativas sin
esperanza.
Se aproximan los temibles arqueros.
¡Repliéguense!
A mi abuela belga le encanta
saltar.
Adoro mis alpargatas beis, las estrenaré sólo. --------- La oración tiene faltas de ortografía.
Eres xecudo, traidor amigo. Siempre imitas actitudes demasiado
amables.
Este nuevo amante me obsequia rosas; azucenas recibo
extasiada.
De esas niñas, una núbil castaña inspírame amoríos. No dudaré. Ocurrentemente le
enamoraré.
Anoche notifiqué su ineptitud, es decir, acabé
denunciándole.
¡Ah! Nunca gozaré untando sebo, tengo inmediatamente ansiedad.
Al nacer, gemimos una sed tremenda, intentamos amanecer.
-------- La oración no tiene sentido.
El señor paletero, apenado, notó tu
angustia.
Ese señor paletero está roncando asombrosamente, me
espanta.
Estaré vigilante, observándote cuidadosamente. Al menos
espérame...
¿Olvidarme? Lo veo imposible. Dejo abundantes recuerdos, todo
evócame.
Estaremos siempre presentes, evocando recuerdos agradables. No deseamos
olvidarte.
Regresé, esperando gozar un reencuentro goloso. Incauto, tenías amantes rebosantes
esperando.
Si el ñoño orina, regurgitaré.
Oiga, farsante, encienda nuestro sonido. ¡Apresúrese,
señor!
Ahora mismo, inmediatamente, gritaré ofensas.
Ora, reza, deja intrigas, no amenaces. Recuerda, impío: ora.
Ese niño albino jode excesivamente nuestras alabanzas diarias,
ordinario.
Soltaste un suspiro, pero inmediatamente reíste
enajenado.
Al ver esas llanas, lujuriosas, asombrosas nalgas, abiertamente
suspiré.
Su enorme ñu observamos; roe idiotizado tiernas avellanas.
Soy oscuro, negro íncubo. Déjeme olerla,
señorita.
Esos xilófonos intrusos tocaban oscuros
sonidos.
Ocho bellezas se enjugaban, recordando viejos
éxitos.
Oye: bueno sería exterminar rinocerontes. Ven, encaminémosnos.
---------- La oración tiene faltas de ortografía.
Su estado nutricional tuvo escabrosas, nefastas consecuencias; inanición,
observé.
Sus enormes nalgas nos tentaron, excitándonos; nuestros cuerpos incendiaron obscenamente.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
—Imberbes necios, ustedes nunca dejarán acrónimos interesantes —
sentenció.
El xilofonista polaco regresará este sábado. Ayer, respetuosamente, lo
oí.
Su inmaculada lengua extraño notablemente. Cada inspiración o suspiro agradablemente me estremece, no temo expresarlo.
Su ofendida novia se alejó
silenciosamente.
Saltaban ogros neófitos, se amohinaban solos. ---------- La última palabra no está en negritas.
No oigo voces agrestes, tontas o sonsas.
Antes mis amigos invitaban niñitas, ahora reúnen ancianos
novatos.
Olvida sus arranques de ira, amainarán.
Algunos burros oyen ruidos ridículos. Escuchan zorras con
osadía.
Sus enjutas mamas odio. ¡Las aborrezco!
Once jabalíes olisquearon
sémola.
Observé sus lozanos ojos.
Olí, fuertemente, un sofrito con anís de
Oslo.
Resistí estoicamente cada ofensa, no obtuve consuelo... Estoy lastimado, ofuscado.
Su ardiente lascivia te atrae,
reconócelo.
Sólo un enfurecido ñu odia saltar.
Si oscilas, la inclinación caerá inmediatamente, totalmente ordenada. -------- La oración anterior tiene errores.
Sufrí una embolia ñenga. Occipucio solicito.
------ La oración no tiene sentido.
Su oráculo le indicó con indiferencia, temibles, oscuros
sueños.
Reíamos encantados probando recetas olvidadas, batiendo aromáticos revoltijos, amasando
solícitos.
Eres sencillamente pendejo, lelo, estás negado. Dos optativas
reprobarás.
Siempre estoy recordando esa nación amada. México es, naturalmente, todo esplendor.
Acérquese, lo abrazaré
serenamente.
Amo los atarderes sureños.
-------- La oración tiene errores.
Al levantar el vuelo, ondeaba sus increíbles
alas.
Alabama nos teme, ioPasita, pues acrónimos terribles inventamos con
alevosía.
¿Sabrás entenderme? Recuerdo verte impasible, lozanamente lejana. Eres terriblemente
antipática.
Dos almendras nos esperaban sobre aquella
servilleta.
Estas nueces francesas están rancias. Mejor espera, darán almendras
danesas.
Su otra suegra prefiere echarnos cuentos horrorosos, obsequiarnos sórdidas anécdotas mientras examina nuestra terrible
enfermedad.
Ningún espanto brilla. Unas luciérnagas ociosas se amontonan
sospechosamente.
Además de mejorar, instruyéndose reiteradamente, avistó, con intuición, órbitas,
nebulosas.
Nuestra alegría despertaba
admiración.
Antes gastaban unos años nivelando terrenos, ¡años!.
-------- La oración anterior tiene errores y ésta también.
¿Nada? ¡Ay dios! ¡Aguanta! ------ La oración tiene faltas de ortografía.
Estas nuevas gafas aumentan la atrofia, no avizoro
nada.
Rizos encantadores, caderas inimaginables, encantos novedosos te
engalanan.
En noviembre acabo mis oraciones, rezaré a Dios omnipotente. ----------- La oración anterior tiene errores.
Róbame el corazón, irrumpe nuestro tiempo enamorado. --------
La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Óptimos besos estuvimos dándonos, el clímax estaba
reciente.
El xerógrafo pidió el reembolso inmediato mediante extensas negociaciones. Teníamos así necesidad de
obedecer.
Oh, buenos letargos interminables tuve, es raro ahora regresar. Sigamos
experimentando.
Nuestra única esperanza vimos
obliterarse.
Oremos, buenos samaritanos, esta sesión inicia orando, necesitamos amor nuevo.
Siento acercarse tímidamente angustias nuevas. Indescriptibles sueños me
obsesionan.
Su estado de ansiedad tiene indicios vesánicos, oculta
satanismo.
¡Sonsas "eses" !, dañando acrónimos tiernos, invadiendo vilmente otros,
¡siempre!
Salí un domingo a mirar edecanes robustas, impresionantemente coquetas. Acabé necesitando opiáceos
sedativos.
Sus ímpetus revolucionarios veté, ahora nunca más estará ladillando a
sudamericanos.
Sucias obleas babeé, así nadie diría: "Obleas, las adoro,
sírvanmelas".
Si untamos nuestras tetas, unos ojos sátiros acabarán
sobándolas.
Oboes barítonos sonaban, orquestas lituanas ejecutaban tristes odas
suntuosas.
Artísticas personas unían retazos
obsoletos.
¡Alá, zarpemos! ¡Alá, fogonero, atiza! Tenemos apuro.
Ambos huevos observabas. ¡Revuélvelos,
azafata!
Obtuve relucientes galardones aquí, nunca imaginé zaherirte, amor. Devolveré otros regalos ahora.
Olvide las viandas italianas, deme alguna deliciosa iguana zacatecana,
organizadora.
No olvides traer azúcar refinada, inconsciente
olvidadizo.
Estas xerocopias imitan mis ilustraciones. Retírenlas ante
notario.
No admiro tus ultrajes, rancia alondra. Las mentiras entre nosotros te
eximirán.
Enamorarse mata o conmociona, intenta olvidarlo naturalmente.
Los últimos becerros rosticé impaciente. Comer atún no tiene
emoción.
Sí, esas nalgas sobaré, untaré algún lubricante.
Salvajes"eses", neutralizando símbolos, ultrajándolos, ahogando
letras.
¡Odio la "o"! Terrible, estúpida,
sensual.
Sí, aquellos buitres acabarán devorando olotes.
Raras especies, como unicornios, están rondándome desde ayer,
sábado.
Organicé buenas tertulias en nuestro espacio, ¿recuerdas?
Obligaciones conyugales intento
obtener.
Señora, indique en menos palabras, resúmanos
eso.
Sólo en nuestra sociedad actúan con indiferencia, ocasionan necias actitudes. Lo estropean
siempre.
Dos importantes abogados bebieron las aguas de arroz. ¡
Sensacionales!
Soy, entre novecientos, el cuarto traidor urdiendo
diabladas.
¡Olé! Bravos señores estocaban, reventando viejitas, abuelitas rechonchas, indefensas. ¡Adiós,
senectud!
Si ojearas bajo refinados espejuelos viejos, interesantes verdades
observarías.
Sí, estuve robando itacates. Así
sobrevivo.
"O": redonda, demasiado encogida, ñoña, añade retraso en mis oraciones
serias.
Oye, Cabeto, unos locos traen acrónimos nuevos. Dales oportunidad, los
ordeñaremos.
Aunque burdamente, un rencoroso rival intenta machacar intensamente el nuevo trabajo,
ocultándolo.
Estas nuevas computadoras (¿ordenadores?), ¿lograrán apartarnos del
aburrimiento?
Ayer mismo organicé restauraciones. Ojalá se aproveche mi estantería nueva, totalmente
encolada.
Esta noche tomaremos ron, estaremos gozando, así departiremos amorosamente.
Siempre intento guardar internamente los óvulos; sólo así me encuentro nueva, totalmente
entregada.
Oscuros lugares inexplorados me pusieron inexplicablemente aventurero. Decidí adentrarme
sigilosamente.