ACRÓNIMOS
Soñé ojos livianos, estaban mirándome navegando entre mil estrellas, nuestras tristes
esperanzas.
Es sumamente tonto usar petardos en ferias argentinas cuando todos ovacionamos
solemnemente.
Somos ocho bolivianos recorriendo el viejo inmueble, viéndolo
estupefactos.
Ese xilofonista tiene raras artimañas ñoñas, así sobrevive.
Sólo accederé cuando usted dé algunas melodías extrañas.
Sí, oblígueme, le untaré crema inmediatamente. ¡Oh! Nalguéeme, estrécheme, sacúdame.
Siete individuos gritaban necias amenazas, reclamando abiertamente
soluciones.
Necesitas entonces gastar otros chelines inmediatamente o
signarás.
Olvidé firmar unas solicitudes, capaz así cierro inmediatamente once
negocios.
Escribe sus cursis relatos olvidando toda
ofuscación.
Sos un boludo, lamiste incansablemente mi escroto.
Son ustedes buenos escritores, sospecho. Tienen inspiración macanuda: acatan normas dudosas originando novedosos opúsculos,
¡sublime!
No es genial. Arma regularmente largos acrónimos
subestimándonos.
Si alguien tiene intenciones sospechosas, favor acérquese con confianza, intentaremos obviarlas, negarlas.
¡Es sensacional! Cuando requieras usar penes, úsalos lujuriosamente, obtendrás
satisfacción.
Sus erecciones generan una rápida adicción. Me encantan, no tengo escrúpulos.
Sus óvulos realmente producen reacciones extrañas, nadie detiene esa necesidad tan estúpidamente
sexual.
Sus ojos realmente parecen refulgir en noches de espesa negrura, te encantarán
seguramente.
Silvio es fácilmente aborrecible. Recuérdame decirle improperios, tengo algunos sorprendentes.
Soy extremadamente religioso; vindico ideologías cristianas, islámicas o
sefarditas.
Aquí no tengo influencias, ganaré usando otros
servicios.
El terremoto cimbró esos tres edificios realmente
antiguos.
Soy obesa, lastro asombrosamente; monstruosamente engullo natillas, tortas, etcétera.
Errores reiterativos retiraré, ¿oyeron? Retiraré esos
solamente.
¡Oh, Cabeto acronimista! Sus inteligentes oraciones nos alientan, la misión es no tener
errores.
Su ojo latía ocasionalmente.
Si es ñata, olvídalo. Reiniciaré estando solo.
Sí, en nuestra tierra imperarán mis exigencias. Nadie tendrá agua, los impuestos subirán. ¿Me odiarán,
señores?
Aquí tus remilgos asquean. Sí, amiga, definitivamente olvida
sentimentalismos.
El socio capitalista aceptará pagarés a término. Obviamente, recibirá intereses atrasados.
Sólo estoy realizando varios intentos, luego mis enemigos no tendrán
escapatoria.
Si obras bien, entonces recibirás beneficios. Inténtalo, ayúdanos
servilmente.
Ojo, la verdad intenta desmentirte. Ahora deberás ocultar soberbias.
Ojalá las viandas inglesas dejarán aliento liviano... ojalá.
-------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Odio limpiar vidrios. Incluso dejo algunos lienzos
olvidados.
Si acaso hay un médico estúpido, retíralo inmediatamente,
olvídalo.
Nosotros armamos un fuego rápido: algún gas, algún
sahumerio.
Entiéndeme, déjame usar calzones apretados. Cuando intentas ordenarme,
naufragas.
Oye, Silvio: trabajan entre nosotros treinta operarios. ¿Sus aptitudes? Muy escasas. No tienen
educación.
Nosotros estábamos gimiendo, retozando. Una zarigüeya cayó
ostentosamente.
En su puerta estaban rasqueteando algo
negruzco.
Entre xerocopias cubrí impecables tamarindos africanos. Me
esperan.
Sí, insértame ese miembro, penétrame raudamente, excítame.
Once familias están necesitadas, solemos ayudarlas siempre.
Oye y entiende: no deberías olvidar las
ofensas.
Ignoras nuestro secreto íntimo; seguramente terminarás oyéndolo.
Regalos extraños compramos intencionalmente; bromeando, insisto.
Ocho regalos ayer recibí.
Saca el rosario, intentemos orar.
Silencio, esos niños sueñan apacibles. Cualquier interrupción ocasionará nefastas acciones legales, ¡en
serio!
Su última composición, un madrigal bello, inspiró recientes acrónimos
sensacionales.
No esperes compasión, incauto, o sucumbirás.
Se oye lluvia, ojalá zozobren aquellos necios.
El pueblo inglés se toma ofensas ligeramente, algunos
sollozan.
Sólo oí ñoños albaneses recitar tremendas
epístolas.
¡Oh, Dios! Intento olvidarte, ¿sabes? Odio soñarte.
Olvidé las vicisitudes iniciales de algunos recorridos largos,
odiosos.
Si intentara guardarlos, utilizaría interesantes estrategias; no deberías olvidarlo.
Olvidé recordarte nuestro acuerdo. ¿Me entregarás nuestros telegramas, amor? Los estaré
siguiendo.
Esas xerocopias parecen realizadas escrupulosamente, son ornamentales.
No uses el Volkswagen azul, mejor espera nuestro tren
expreso.
El lector entenderá cada capítulo. Intentaré ordenarlos nuevamente.
Sus otros extraños zapatos me entregó, no tuve elección.
Obvio, realizaste groseros acrónimos; siempre maldiciendo, ofendiendo soezmente.
Si observas su erección, gozarás ansiados, deseados
orgasmos.
Soy el nuevo senador, aprobaré cien innovadoras ordenanzas, nunca estaré sosegado.
Oler lo extraordinario revitaliza aquellas sensaciones.
Seguramente ahora no olerás.
¡Oh! Intentaré gritar... ¿oyes?
Ocho participantes respondieron exitosamente sus interrogaciones. Otros no.
¡Oh! Siento cansancio, una rara opresión.
Loé unas xilografías, eran muy buenas. Usaron roble guineo, oscuro.
Nunca Omán goleó a
Luxemburgo.
Sus últimos chillidos ubicáronme; murió bajo el nogal.
Son odiosos, borrachos, ebrios recalcitrantes. Beodos, intentan olvidar.
Sucumben.
Opositores radicales incendiaron el noveno tribunal; actuaron numerosos donceles organizados, niños osadamente
soberbios.
Órbitas planas trazan imaginarias marchas,
orientándonos.
Otras siete ciudades universitarias recibirán estudiantes con ingenio
óptimo.
Amantes briosos debieron incrustarse cuando
oscureció.
Ante la turba, el zar
abdicó.
Salones opulentos redecoramos para recibirla, estimada, santísima
alteza.
Aquellos chicos eran raros caricaturistas; ayer mismo ilustraron el nuevo tapiz ocasionando
sorpresa.
Sólo oía recuerdos, perdidas risas entre sollozos amargos.
------- La oración anterior contiene errores.
Aquéllas cenas en Roma causaron algo muy intenso entre nosotros tres. ¡Oh sorpresa!
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
En nuestras caricias ardientes, nosotros tenemos algunos románticos
acercamientos.
Oye, recuerda ingerir ese néctar, te encantará.
Sus investigaciones las bendijo aquel nómada de
Oriente.
Oiga, barrendero, recuerde asear
silbando.
Otro xilofonista inventó grandiosas, espectaculares, novedosas armonías. Diferentes
obras.
Al jadear exhalas nitrógeno
oxigenado.
¡Oh! Siento como una rara angustia, no tengo inspiración. Solicitaré talento
ajeno.
Seis obispos lituanos usaban cirios increíblemente oscuros. Nadie entendía, mirábamos obcecados su liturgia
oscurantista.
Ostenta impresionantes genitales, al mostrarlos otros sucumben.
------- La oración anterior contiene errores.
Simpre oigo la útima canción interpretada. Oír no está mal ¿o sí? Luciérnaga, oigamos.
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
El soldado peruano interrumpió generando acaloradas discusiones. Ahora
solucionémoslo.
Otro beduino está demente, está cocinando extrañas ramas meridionales
espigadas.
Si al levantarte intentas volver a nadar deberás
obedecerme.
El jinete español comía un chorizo italiano oloroso, nosotros esperábamos
salivando.
Otro xilofonista intentó generar esta nueva armonía. Realizó seis ejecuciones.
En verano es necesario también
oxigenarse.
Su último baile: legendario, imborrable, magno
evento.
Son anémonas, narcisos, dalias. Este cantero es
sublime.
Siempre ultrajaba con insultos o
sandeces.
Ayer los ahuyenté, bastardos asquerosos, nueve zorrillos apestosamente
sucios.
Son inagotables nuestros indígenas; erigen su tradición rindiendo
alabanzas.
¡Odio perder oro! No entenderé nunca tanta efusividad
siniestra.
Su ubérrima ganancia implicó eliminar rudos
oponentes.
Es plácido inhalar sólo opio. Dosis ínfimas os
sugiero.
Ayer los estudiantes graduados recordaron emocionados: momentos estupendos, nunca tristes
episodios.
El sobrino prometió el juguete originalmente solicitado.
------- La oración anterior contiene errores.
A los elefantes gusta roer exquisitos maníes; ellos no tienen espejos.
------------- La oración carece de sentido.
Salí el martes a nadar
alegremente.
En nuestro tambo, ocho novillos crecieron esta
semana.
Olvidé firmarlas. Indiqué con iniciales algunas largas esquelas
suyas.
Tengo inversiones en medios públicos
oficiales.
Su charla únicamente buscaba entretenerte, recuperar
tiempo.
El xilofonista inglés ganó el nuevo campeonato interpretando a
Schubert.
Ser inteligente genera innumerables loas. Obtienen suculentos aumentos mentes especiales; naturalmente toleran
exigencias.
Son esos generales. Metidos entre nuestras tropas operan
sigilosamente.
Siempre obtenemos buenos resultados en septiembre. Es importante diferenciar otros
segmentos.
Sus únicos clientes resultaron estar
sobreseídos.
Sólo antes tenía aparatosas novedades importadas; costaban algunos
sucres.
Sí, usía farfulló rimas inconexas, raras apologías
satánicas.
Si intentas gemir, lamentarás obedecerme.
Sufrirás.
Nadie entiende onomatopeyas ficticias. Intentarlo tomará ochocientos
siglos.
Ovacionamos vivamente al cantante italiano. Otros no aplaudieron, rencorosos o
neófitos.
Ociosos pintores arreglaron coloridas acuarelas renacentistas. Los
ovacionaron.
Soy el rey; espero no
opacarlo.
El negro corcel andaba necio, terco. Al dejarlo olfatearme, realmente estuvo
sereno.
Entre todas estas rarezas, no asombra mucho encontrar nigromantes, traficantes,
encantadores.
Si acaso nos gustamos, rolemos
eternamente.
Si otro cabezota intenta amargarme le extraeré
sangre.
Sólo un pequeño empuje razonable forzaría los últimos acontecimientos
sociales.
Sin obrar demasiado, omitirás muchas ideas. Zafarás así de obligaciones
superfluas.
Suciamente, ataste nudos dobles a los incautos antebrazos
sodomizados.
Ojalá recuerdes dónde estaban nuestras estúpidas
sandalias.
Sin ánimo coercitivo, usted debe esperar las
órdenes.
Si un perro está rabioso, fulmínalo usando ese rifle tan especial.
Sacúdelo.
Otro reportero, que utiliza insistentemente documentales elocuentes, afectó
sentimientos.
¡Duendes están bajando a juntar
orquídeas!
Es feísima, una suciedad inmunda, verdaderamente inadecuada. Déjala ahí debajo.
Sirenas ululando por el río fueron utilizadas en rememoración. Tremenda
efusividad.
Su Impala no usaba seguros inalámbricos, tenía inmovilizadores
superfuertes.
El frío invierno genera inflamaciones, especialmente
sinusitis.
Soy alguien ligeramente vano, asumo galanura. Ustedes asustan, realmente dan asco. No deberían ostentar sus
efigies.
Escribimos siempre creyendo resultar ingeniosos. También, ocasionalmente, resultan escritos
sugestivos.
El soldado cobarde recibió instrucciones: tomar otros rehenes enemigos,
salvaguardándose.
Somos un cómico ejemplo de
escritores.
Ningún otro recuerdo tengo. Es así: mientras estoy relajada intentando convocar aquellas noches, algo
sucede.
En su cabeza anidaban seis exquisitas águilas
norteamericanas.
Le advierto: menester es nombrar tribunos acreditados; buenos legisladores
escasean.
Siete ediles no supieron unirse; algo
lamentable.
Sus invitados eligieron maravillosas prendas, realmente
espléndidas.
Éramos xecudos terribles. Algunos salíamos ilesos
siempre.
Reconozco estar algo lunática. Me enerva no tener
éxtasis.
Sus inventos me inspiran, los adoro
realmente.
Siete ediles no supieron unirse ante la experiencia
similar.
Él siempre prefirió, estando casado, imaginar a la esposa
sensual.
Nos obligan también a beber licores
especiales.
Otros buscan enderezarse. Dicen estudiar con esfuerzo
notable.
Oiga, coronel, esos almirantes no
obedecen.
Las anémonas marinas están nutriendo todo
océano.
En síntesis, particularmente esas cinco ideas apruebo,
lamento.
Aplácate, porque todos aquí merecemos esa nueva tarea
especial.
Si el ñu overo regresa, intentaremos tirarlo aptamente.
Su extraña manía asusta. Nadie aquí la extrañará,
señorita.
Ocho maestros insatisfechos no obtuvieron sus apoyos
semanales.
Señoras antipáticas traman impávidas sus fechorías entre charlas
ominosas.
Intento no tener encuentros románticos, pero recuerdo encuentros tan amorosos como invitaciones orgiásticas. ¡Nunca estoy satisfecho!
El xilofonista polaco recibió insultos. Malísimas
interpretaciones.
Siete agrios kiwis
exprimí.
Anoche nos tomamos el
sake.
Algo lúgubre gira aquí. Revisaré allá, bajando, incluso
antes.
Es sensacional cocinar algo para almorzar. Todo ovíparo rostizado infunde
algarabía.
Rapté a pequenia, inmediatamente después, a Mario. Enredándolos no tendrán
escapatoria.
Succionar una mama acalora
rápidamente.
Ella sabía matemáticas euclidianas, resolvía aritmética lineal diligentemente, adoraba
sumar.
Negros etíopes ganaron la iniciativa. Generaron entre nosotros, tan envidiosos, mucha empatía. Nos trajeron
esmeraldas.
Sus oscuras lucubraciones ultimaron cuando intentó obrar
negligentemente.
Odio manipularte. No intentes buscar una
solución.
Obscenamente, buenas niñas intentaban besarme, usurpándome sensaciones.
-------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Odio la orfebrería religiosa; obviamente soy
ateo.
Oye, fanfarrón, tus actos lastimeros me ofenden. Los odio, garrapata
olorosa.
Sanar un bizco infectado es negocio del
oftalmólogo.
Salí al nacer tu infante, fui inmediatamente con anís rumano. ¿Lo oliste
subiendo?
Esos xenófobos clamaban liberación. Aunque murieron, ameritan cuadros impresionantes. Ojalá nadie evite
santificarlos.
El serio profesor estaba comiendo tacos asados cuando una llamada anónima recibió. Masticando, escuchó nueve terribles
exclamaciones.
Sólo indícame. Manejo poco. Luego, espero, manejaré este nuevo tranvía
espectacularmente.
Amigo mío, olvide rencores fatuos. Amémonos
simplemente.
Éramos personas obesas, casi
amorfas.
Ahora podrás recuperarte, obtener varios exitosos comentarios. ¡Harás
época!
Soy estúpida, mi acrónimo no aproveché.
Seis obesos ñoños aduladores desean obtener regalos esta
semana.
Sólo imaginar grandes noticias, indicaba Florkin, impulsa cualquier armado televisivo. Ideas visionarias apreciaban
soñadores.
Según índices gubernamentales nuestros intelectuales financian interesados cualquier actividad terrorista; incluso valoran actitudes suicidas.
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
Seis obesos ñoños aduladores desean obtener regalos esta semana.
------- La oración anterior contiene errores.
Sólo imaginar grandes noticias, indicadaba Florkin, impulsa cualquier armado televisivo. Ideas visionarias apreciaban soñadores.
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
Expusimos nuestros estudios; memorables invitados generaron opiniones
significativas.
Resolvimos amigarnos por interés de ambos. Mi esperanza no tiene
enemigos.
Sus informantes me ubicaron, lograron alcanzarme
rápidamente.
Olvidar la verdad implica decir algunas mentiras o
simular.
Óyelo bien, vayamos intentando estar mejor o simplemente lo olvidamos.
Resolver el primer acertijo requiere trabajo.
Obviémoslo.
Aunque no tengas esperanzas, acaba ya el
reparto.
Si insistes siendo tan estorboso, me acarrearás tantas inconformidades como anteayer.
Solemos intentar enriquecer nuestra técnica antigua; neguemos la obsolescencia
sistemática.
Óiganme bien: son entes reservados, vivos. Además de observarlos,
siéntanlos.
Osos bellos están siendo
observados.
Ofrecen traer otro ñandú
obeso.
Realizaron oraciones durante algunas noches de
otoño.
Ojos bellos caen este cálido atardecer, dejándonos
amar.
Resistirse es sencillamente insensato. ¿Sos tan
obcecada?
Siempre estoy necesitando tocarte. Ingenuamente resisto.
Estoy notablemente conmovido. Aquellas nalgas tuyas, ansío sentir.
Incauto, necio Cabeto, intensamente te amaré, me encantas.
Succióname ávidamente, tonta insatisfecha; sentirás fervientes erecciones chupándome así.
¿Erecciones? Repite eso, cielo. Con imaginación o no, estarás
satisfecha.
Satisfecho estoy, nuestro sexo, usualmente, alcanza límites mágicos. Encuentro necesario tener erecciones.
Sentir esas nalgas siempre inspira; báilame lento, estréchame
sensualmente.
Entonces supe perdonarlo. Amo sus manos oscuras,
sensibles.
Sí, amiga, con un dedito intentaré realzar tus
espasmos.
El negro ecuatoriano me insiste: “sácate todo ahora, después osaré sacudirte”.
Somos amigos leales. Viejos amigos jamás
enemistados.
Aquí sus temas recientes oímos. Nunca oímos música india, celta o
salvaje.
Extraña xerocopia te realizaron allí. Van a generar algunas nuevas con intereses
astronómicos.
Anoche no oímos ni imitamos murmullos; anoche mantuvimos entre nosotros toda
extravagancia.
Es sabido. Cuando alguien nos desea acaba lastimado o sufre
anónimamente.
Seis esbirros corpulentos reprimieron el tumulto. Aquella muchedumbre estaba nerviosa, terriblemente
escandalosa.
Sonaron alarmas cuando el residente del otro cuarto intentó ocuparlo
secretamente.
Sus extraños rezos incitan grandemente. Rarezas así, facilitan investigar, conocer otros sacerdocios.
Son inmensamente lúcidos los artistas
serigráficos.
Ocuparon bares, tabernas escocesas. Ningún intruso debió ocupar
sillas.
Es necesario verificar internamente datos informalmente
obtenidos.
Agatha riega rosales, eucaliptos, geranios. La
envidio.
Antes tenía rotas ambas persianas, ahora las
arreglé.
Allí hay otra rata.
Atrápala.
Si una necesidad tiene urgencia, apurémonos, resolvámosla imperiosamente
ahora.
Su única petición era reventar follando, llevando una ofrenda
suntuaria.
Nos imponemos grandes revoluciones o misiones altisonantes. No tememos involucrarnos con asuntos
superfluos.
Seis obispos leen una Biblia inmunda, la izan, zangoloteándola al cantar imperiosas odas
nigrománticas.
El líquido, óxido tiene en
solubilización.
Suelo indigestarme en México. ¡Pinches, rancios,
elotes!
El silencio corrompe las almas, vale opinar
siempre.
Sobre algunas lozas ustedes dejaron asquerosa baba. ¡Limpien,
esclavos!
Sin alcohol los usuarios dejaron al bar: lunes etílico.
-------- La oración contiene faltas de ortografía
Sólo algunos lunes. Únicamente domingos acabo bebiendo licor escocés.
------- La última palabra de la oración debe ser puesta en negritas.
Salir a la obscura noche es
saludable.
Sólo alumbran lámparas. Órganos no encienden
salones.
Es sensacional, tus ubres doradas iluminan oscuros
salones.
Eran semanas tormentosas. Unos días inmundos otros soleados.
-------- La oración contiene faltas de ortografía
Este xilofonista ha interpretado bonitos
estudios.
Registro el coeficiente intelectual en nuestro talonario. Es mejor encubrirlo: ningún talento
exhibe.
Regulen al zarpar, otra nave atracó
recientemente.
Sos otro ñoño adulador. Deberías ocuparte,
razonar.
Delinear utopías debe optimizar siempre al
soñador.
Actuamos con total impunidad. Vivimos interesados. Demasiadas acciones
dudosas.
Si el niño tose, esputa, no conviene indicarle
actividad.
Señores, el ñeembukeño aceptó la esperada
sentencia.
En realidad resaltó obviedades, no emitió otras
señales.
Sueles inventar relatos vanos,
erróneos.
Ningún escrito, carta,
resumen o síntesis informativa
sirve.
El largo estudio clínico confirmaba intrigas: ocultabas
necrosis.
Él sutilmente fomentó otro rival, zafó al reprogramar su
elección.
Extraño saborear tus únicos pinceles imitando decididamente algunas magistrales esculturas. Novedosas todas ellas.
-------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Era su turno. Utilizó poco ingenio. Decidido a mejorar, esperó, no temió
esforzarse.
Ayer comimos arroz, bebimos agua, reímos
estúpidamente.
Supongo estará mañana. Antes no
acabaré.
Obvios resultados trajeron obtusos planes educacionales. Debieron impartir clases otra
semana.
¡Oh! ¿Cómo utilizaré los trajes
ortopédicos?
Finalmente recuperé al niño que usted esmeradamente
ocultó.
Once búfalos intentaron tirar un antepecho. Rabiosos iban, orondamente silvestres.
------- La oración anterior contiene errores.
Felicito reiteradamente al negociador que evitó obituarios.
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Su único refugio
franqueó.
Sólo un buen atleta logra triunfar en remo, natación o
surf.
El xilógrafo israelí septuagenario trabaja en nocivas condiciones. Intentaré ayudarlo, le encontraré subalternos.
En nuestro comentario escueto no dimos esperadas razones
existenciales.
Soy aquel lascivo, viril amante; jamás elegiste mejor. Entrégate nuevamente, te encenderé.
Anda, mi amor, tómate otro ron. Inspírate, ámame
salvajemente.
Los amantes mantienen intensas negociaciones amatorias.
Señora, excúseme, xerocopié una atrevida
lámina.
Señora: un buen suspiro es condimento urticante en nuestra triste experiencia
sexual.
Amigo, mi ocote regué infinitas ocasiones
subsecuentes.
Obviamente la fatalidad aparece. Tanto infortunio vence
amoríos.
Siento una extraña comezón
olfativa.
Siempre escribo relatos en sueco.
Ocho rinocerontes nigerianos intentaron triturar o romper ruidosamente indefensos nidos con ovíparos
seres.
Odio realmente no incrementar tus obligaciones. Recuerdo reuniones inútiles. Nos comprometes con odiosas situaciones.
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Siempre escribo relatos en sueco.
------- La oración anterior contiene errores.
Ocho rinocerontes nigerianos intentaron triturar o romper ruidosamente indefensos nidos con ovíperos seres.
-------- La oración contiene faltas de ortografía
Ocho buitres se están relamiendo viendo a los
ornitorrincos.
Siempre está riendo inocentemente, obsérvalo.
Siempre estoy siendo inoportuno o necio, en
serio.
Sensuales amigas corren riéndose, intentan follarme impúdicamente. Cuando arriben, daré ocho
sesiones.
Si alguien conocido ríe inapriopiadamente, fingiré ignorarlo cuando Andreita demande otra sanción.
-------- La oración contiene faltas de ortografía
Ocho chicas ocasionaron cierto interés en novecientos tristes obreros
sacrificados.
Sí, obtuve lo acordado, pero aún nosotros debemos
ochocientos.
Obvio, puedo omitir sentirme irritado. Tantos otros rencores estoy
solapando.
Deseo estar con Azma ninguneando
opositores.
Ayer me andaban buscando; intenté liquidar impuestos debitándoselos al
decano.
Ningún usuario navega con
amabilidad.
Nadie actúa con intenciones ofensivas, nunca.
Senador estadounidense negocia secretamente. Amenaza con invadir otra
nación.
Si a mi ombligo ves, amiga, recibirás esa
sensación.
Siempre estuve necesitado. Sinceramente, ahora cuento innumerables orfebrerías, numerosas armas, lingotes, ilustraciones suntuosas, también abundantes
samovares.
No ofenden tus aseveraciones
sensacionalistas.
Sus oraciones resultan pendejadas. Reiteradamente escribe nimiedades. Disculpe estas
notas.
Obscenidades busco siempre, con ellas nuestras oraciones sorprenden.
Repugna escucharte. Porquerías únicamente logras sintetizar. Incluyes vocablos
obscenos.
Lentamente acabaré tu ímpetu
repulsivo.
Ocasionalmente cagábamos acuoso; sonaba interesante oír nuestros anos latir.
Recuerda: el conocer un erudito resulta distinguido, algo lamentablemente
ocasional.
Sólo intento mostrarte un lugar acogedor, recuérdalo.
Observar bien siempre es razonable, ve a los ostentosos
simular.
En Nicaragua fuimos recolectando extraños nardos, tuvimos algunos realmente largos, obsérvalos.
Si intentaras entenderme mejor, podríamos relacionarnos estupendamente.
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Si interpretamos el momento podemos realmente
enfrentarlo.
O razonas ahora conmigo, idiota, o nos equivocaremos
siempre.
Soy idiota, garrapateo
oraciones.
Otra falla recurrente en cadena indico, desde "ofrecidos"
sigo.
Sus amantes lo adoraban, murieron engañadas.
------- La oración anterior contiene errores.
Otro raro acrónimo. Con intenciones o no escribes, salame.
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
El martes prepararé los elotes
ofrecidos.
El mejor placer: lamer ese orto. --------- La oración contiene errores.
Tuve razón al irme con ímpetu. Otros, ni antes ni después ofrecieron mejor
empleo.
Siempre huyes, ingrata. Fustigas
traicionándome.
Otros dos incidentes ocultó
SHiFT.
Olvida las violentas intrigas, Dante. Amémonos, resquebrajemos los
odios.
Si al legislador modesto observamos, deberíamos imitarlo. Acuérdate, no debes
olvidarlo.
Esta mañana estuve rezando; gocé enormemente. Nuevas canciones inspiradamente anduve
salmodiando.
Seré indiferente mientras pueda, luego exigiré más esmero. Nunca tengo
emergencias.
Si imploras, muy posiblemente llegue el momento esperado. No temas, esmérate.
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Nunca espero ganar, acaso deba orar
simplemente.
Son operarios bien remunerados. Ellos viajan incómodos, viven inmersos en rutinarias obras,
negados.
Siendo amordazados catorce eslovacos recibieron diariamente otros tormentos. Empero
sobrevivieron.
Siete indios nos condujeron entre rocas al sendero.
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Sin importarle nuestro credo, el rabino adoctrina
sacerdotes.
Sinceramente unos bellos versos eran recurrentes. Siempre ilustraste verdades absolutas,
sinceras.
Dos estudiantes fueron emboscados nuevamente. Decidieron ayudarse mutuamente organizando numerosas operaciones
subversivas.
Salgamos amigos: luchemos unidos,
defendámonos.
Amigos corrían incansablemente entre rosales, todos ostentaban
salud.
Son ostentosos. Buscan esmeradamente resaltar ante nuestros
aciertos.
Los elegidos tienen real autoridad
soberana.
Simplemente escribimos. No sabemos utilizar algunas
letras.
Obscenas batallas sexuales tendremos al compartir un lugar obscuro,
sensual.
Sin estar nada sobrio anda tanteando
obstáculos.
Siempre intentas manipular profundas lecturas. Eres
sensato.
Son esas xerocopias una alegoría, lamentablemente están
simples.
Ósculos blasfemos ciñeron ese cuerpo ardiente, reviviendo nauseabundas obsesiones
sexuales.
Su última mamada armó revuelo, intentó
obcecarnos.
Ahora, si el señor intendente nota algo raro, levantaremos otro
sumario.
Sólo
westerns admiro. Zonzos intentando ladillar a nuevos deudores, intentando
asesinarlos.
Soy un autor valorado en
Swazilandia.
Sobando una asquerosa verga, ella supiró.
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
Olfateando busco imágenes simples. Percibo aromas delicados, olores
suaves.
Obligaciones papales recientes imponen modificar innumerables
obispados.
Es su culpa, rompió una pluma ugandesa, la
oprimió.
Si un médico interviene sin aplicar medicinas es necesario tener
escrúpulo.
Esa xilografía es quizás un insulto al sistema.
------- La oración anterior contiene errores.
Sufrió un momento infeliz, su abuelo murió en nochebuena. Terribles exequias.
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
Otros trastornados olieron restos ruines, infectados. Notablemente, olfatearon los asquerosos restos, insertando narices ganchudas. Olisqueando luego otras grutas, obsecuentemente, sumisamente.
Ahora somos cinco
otorrinolaringólogos.
Siento opresión cuando insistes así, loca insatisfecha. Suéltame, tengo
asco.
Si es necesario te explicaré. No compres ideologías anarquistas. Recuerda la oposición
socialista.
Sin exculpar ningún delito ese rufián ordenó
sentenciarlos.
Es sabido, cuando recorres un puente unes los otros
senderos.
Es xenófobo, idiota, testarudo. Odia soberanamente a muchos extranjeros. No tiene escrúpulos.
Sólo usando su propio intelecto, contrariamente al zonzo, mejorará el nivel trabajando
exitosamente.
Siempre ando nervioso, observando suspicazmente.
Seis oseznos rechonchos pujan reciamente en Noruega, donde estudian neonatos tiernos estando sanos.
Emociones fuertes, intensos momentos en realidad otrora
sorprendentes.
Si intentas estar mejor, prefiere resultados
efímeros.
Reiré intensamente; después intentaré conocer un leonés, están carcajeándose estrepitosamente siempre.
Sonreír al bailar es ridículo.
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Sólo algún bobo espeta
ridiculeces.
Sus ideas me iluminan, le aseguro. Revolucionan el
saber.
Si eres ñoño o ridículamente idiota tendrás amigos
similares.
Soy un sucio pelafustán. En nueve delegaciones impregné doce ojinegras
señoritas.
El malestar popular logró efectos adversos: docientos obreros
suspendidos.
Sus empleados propusieron tontas ideas. Empresarios maliciosos burlaron rasos
empleados.
Odio bañarme seguido con esencias naturales. Imagino ducharme a desgano en
septiembre.
Olvídelo, Dante, inmediatamente oí sus obscenidades.
Siempre estoy cansado,
odioso.
Sí, úngeme bien. Luego intentaré, momentáneamente, estar seco.
Optimistas personajes reflexionaron imaginando maravillosos inventos, deseaban obras
sublimes.
Estamos siendo oprimidos.
Solos o ligeramente acompañados muestran entereza, no temen emocionarse.
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Siempre olvidaba los acontecimientos más especiales, nunca toleré
eso.
No andes tan ufano. Recuerda atendernos legalmente, eso solamente.
Entonces sí, tienes artrosis. Recomiendo ingieras alimentos
naturales.
Siento un calambre. Unos masajes bien
estarían.
Intentar no funciona, entiende. Cuando uno no decide actuar, sucumbe.
Si insistes ganarás nuestra ira. Fuimos infelices contigo; ahora te imploro: ¡Vete, odiado sinvergüenza!
------- La oración anterior contiene errores.
Intento negociar firmemente el caudal, usufructando normas de aspectos significativos.
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
¡Oh! ¡Cuántos universitarios locos tiene Oxford!
¡Sí!
Sabios árabes buscaron ideales
ocultos.
Nunca estabas ocupado, zángano embaucador. Lamentándote adquiriste nuevos deberes, équite
sabio.
Nuestro obeso tío ingirió frutas indiscriminadamente; consumió además cerveza inglesa, oporto
neozelandés.
Recibo otra
notificación.
Sus amigos bebieron ordinario
ron.
Son exquisitas las enchiladas cocinadas con icacos; otro nutritivo alimento de original
sabor.
Supimos obtener buenos resultados en deportes. Incluso manejamos eficientemente nuevas situaciones, impulsando operaciones novedosas además de objetivos
seleccionados.
Siempre esperaste contar con imaginación ostentosa. Notablemente aprendiste diciendo apuntes
sobredimensionados.
Otro yeso es necesario, tengo extremidades
seccionadas.
Orondamente bordaba sus conferencias universitarias requebrando
oyentes.
Este xilofón ha adquirido un sugestivo tono
obscuro.
Ese sujeto tiene regularmente episodios paranoicos. Indícale tomar otra solución al mediodía, entrenar. Naturalmente, terminará
exhausto.
Sólo algún lavacoches vulgar atenderá jadeando
estrepitosamente.
Organismos ingleses reglamentan esta migración ostensiblemente
salvaje.
Sólo ese xilofón
oiremos.
Onanistas virginales aman con ilusoria ostentación: nunca experimentan
sexo.
Ahora un xilofonista intentará levantar inspiradas ovaciones.
Otro lamentable incidente subterráneo; quince ugandeses encerrados aullaban buscando
auxilio.
Dame instrucciones reales. Esa calle caminaré infinitamente. ¡Oh, no!
Sólo acertó la última
dirección.
Antes podíamos asar conejos, iguanas, gallinas, urogallos; ahora devoramos ostras ridículas añorando
salud.
Sus ideas dan razones apaciguadoras.
Siempre acudes borracho o regurgitando esa
sidra.
Ese queso untable ingerí vehementemente. Olvidé conocer otros sabores.
Señala el susodicho un diagnóstico aventurado: me excedo notando tales
equívocos.
No objeto sus oraciones, tengo rato observándolas sesudamente.
Si uno sugiere seré indiferente.
------- La oración anterior contiene errores.
Nos ofuscamos si otros tienen razón. Olvídalo Sussi.
--- No se permite usar nombres propios, a menos que sean jugadores (tal como aparecen en la tabla de puntaje).
Sugestivos indicios lograron establecer nuevamente cierta información aparecida recientemente ante
nosotros.
Siempre os leo. Los obsesivos zoquetes os
silenciarán.
Sin enormes necesidades sabemos utilizar algunas lágrimas evitando
sollozos.
Sus ojos lucían orgullosamente
sensuales.
Algunas veces estamos
solos.
En nuestra tierra el rinoceronte evita zancudas
aves.
Sacábamos a los uniformados donde atacaban blandiendo las espadas. Mostrábamos entonces nuestra total
entereza.
Seguir un camino implica optar
saludablemente.
Sí, el pobre usa lentes correctivos rotos o
sucios.
En nuevos territorios recorrimos en tren espectáculos naturales, iglesias, diócesis, obispados,
sepulcros.
Esas fábulas incompletas contaban ingeniosos episodios. Niños talentosos en modestas escuelas narraban textos
entretenidos.
Sólo un fanático intoxica comida intentando envenenar nuestro torso
eficientemente.
Antes no osaba refutar mis argumentos. Luciérnaga, es
suficiente.
Esos xenófobos con uniforme son
anormales.
Sus endiablados niños supieron actuar calculadamente: incendiaron otro nogal arrojándole lumbre. Me enfurecen, no tienen
excusa.
Si un rebelde resulta empujado a la injusticia, será tratado además
sensacionalmente.
Ningún ornamento resulta tan exagerado. Ahora mismo estamos resolviendo iniciar con algunas nuevas obras
surrealistas.
Olavia recomendó gritar: ¡Un lobo ladrando! ¡Oigan!
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Ornamentaremos los inmensos salones que usaban en álgidos bailes algunos
norteamericanos.
Otros tantos osos ñoños
olisqueaban.
Olavia reía graciosamente un lluvioso
otoño.
Sus amigos creían recordarlo. Imaginaban finales infinitos con idéntico
orgullo.
Si ocurren más batallas, resignado iré al
sacrificio.
Son esbeltos ñandúes oscuros recorriendo inhóspitas tierras anegadas,
sombrías.
Risueños examinaban únicas ninfas, intentaban deslumbrar odiosas
señoritas.
Obsequiamos besos tristes. Exigiendo naturalidad, erramos
reunidos.
Repentinamente el padre utilizó gustoso nuevos almácigos, nunca tuvo éxito. ------- La oración anterior contiene errores.
Otros buscan tenerlo. Entre nosotros, es repugnante.
--------- La oración contiene faltas de ortografía.
Su ombligo rosado deseo obtener.
Sucede únicamente cuando estás solo o
sordo.
Simpre imbéciles, los babosos intentan demeritar otros
sucesos.
Si alzas la voz al decir obscenidades recibirás estruendosos
silbidos.
Otras ballenas salvadas con el noble interés de almas desprendidas: ecologistas
salvadores.
Son olores raros, pesados, representan el ser individual. Vamos adquiriendo mugre en nuestro tejido exudado.
------- La oración anterior contiene errores.
Olores banales se confunden entre nosotros. Intoxicándonos, deliciosos aromas entran sorpresivamente.
------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Encuentro nuestra familia algo desmembrada. Algunos dicen
obscenidades.
Se imponen esfuerzos monumentales para reír
enfadado.
Si infelices estamos, merecemos poder reirnos
eternamente.
Son otras nuestras respuestas. Ésas indican realidad.
------- La oración anterior contiene errores.
Seis ornitorrincos me esperaban tras inmensos diques; osaban sonreí. ------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Otro buen sexo con ella; nunca imaginé disfrutar así. Deseo eso
siempre.
Se irritó la vecina injuriando
obscenidades.
¡Sin otra razón profirió rudos escarnios; no deseo escucharle recitar nuevas ofensas,
Silvio!
Sus ojeras respresentan pura represión. En nuestro dormitorio estamos reprimidos, negreados o sometidos.
--------- La oración contiene faltas de ortografía.
Oírte cantar tan agudo volverá a
sorprendernos.
En mis olvidadas canciones incorporé otras notas, aumentando dos octavas.
Olvida burdos sucesos en románticas veladas, alguien reaccionará terriblemente
emocionado.
Sos otro pendejo oportunista, relamido. Tenés ansia nocturna, deseás oscuridad. Lamento observarte.
El sabio conoce obviamente nuestro dolor, el rudo está más ocupado
soportándolo.
Si Andreita busca el reloj, lo
esconderemos.
Inocentes neonatos odian crecer en nuestras tierras. Estremece
saberlo.
Ayer horneamos
inocentes.
Otro sabor tiene el néctar, sin igual buqué. Le exijo me escancie nutridos tazones, ¡
ea!
Olvidado por tanto inservible, menospreciado incluso sigue mejorando
ostensiblemente.
Espero su participación en cuatro torneos abiertos. Cinco, un loco
optimismo.
Esa xilografía contiene estampas sureñas: inundados valles, áridas mesetas, elevaciones níveas. ¡Tremendo
espectáculo!
Resolvimos algo: pedir instrumental de antaño, mientras el nuevo tarde
excesivamente.
Si encuentra nuestro armario desordenado, ordénelo
rápidamente.
Aunque trabajes ratos adicionales, cenarás angustiado. Difícilmente obtendrás rentables estímulos,
senador.
Es preferible iluminar la entrada principal, suelen irrumpir
atracadores.
Saben amar los varones españoles nacidos sin
epilepsia.
Resistan amigos. Ya oyeron.
Sálvense.
Este vacío oscurecería cándidos amaneceres. Debería ocultar
rayos.
Sin afán reprobatorio consiente, amiga, su tono indulgente; concédele al menos el noble talento
evocador.
Solemos ufanarnos frecuentemente, reales imberbes reímos además
sarcásticamente.
O saltas como un león o
sufrirás.
Olvídalo, bésame impúdicamente, sólo pido
ósculos.
Robamos el nuevo órgano, valorado altamente, del
obispo.