ACRÓNIMOS
Ocho banderas lituanas izaron tercamente entre rumores amenazantes rubios militares
esperanzados.
Otro día intentaremos
olernos.
Otro armenio xilofonista acabó con
Ala.
Siete indígenas guiaban una inspección en nuestra dulce
Oaxaca.
Apúrate... Tu rastro andan
siguiendo.
Al tener rencores, alejas viejas excelentes. Si amas, déjalos
atrás.
Siempre introduces la llave
atravesada.
Su amante consiguió otra
silla.
El notario francés recuperó el noble trofeo al levantar ocho
sacos.
Serás, Emmanuel, suficientemente guapo al no dejarlos oprimirte. Sólo
enfréntalos.
El niño tenía una serpiente inofensiva. Asustada, se movía abruptamente, doblándose o sesgándose.
Oficiales rusos decidieron entrenarnos: nadamos, adquirimos destrezas, aprendimos maniobras, evasión nocturna... Trabajamos
entusiasmados.
Sus ofensas verdaderamente insultan, Emmanuel. Tonto indecente, compórtese
ordenadamente.
Seis oficiales fueron invitados, sin tener identificaciones certificadas, al desfile aeronáutico
soviético.
Oportunamente, pude observar raras termitas usando nuevos, interesantes diques. Así desazolvaban excavaciones sofisticadas.
Sigue insistiendo. La vida incluye
oportunidades.
Sus intenciones escabrosas nos extrañan,
Silvio.
Si insistes en negarlo estarás
sentenciado.
¡Opresores rumanos: algún día os rajaremos esas
sienes!
Sí estoy cansada. Resultó espantoso tener agobiantes reuniones, infinitos
oradores...
Al señor que usted encomia, recientemente, otros socios ofendieron,
secretario.
Rudos onanistas nos dejaron
asquerosos.
Algo horrible ocurrió. ¿Recuerdas,
Andy?
Sorpresas oculta, reina presumida. Recuerde esos secretos
ahora.
¿Lloráis? Estúpidos griegos... ¿así rememoráis a Sócrates?
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Llevaré largas estolas, guantes azules, ropas amarillas. ¡
Sorpresa!
Si además lo adobas, deberás agregarle
sal.
¿Será así? Las algas dan asco,
saladas.
¡Oh, riquísimo! Nos agasajaron dándonos algas
saladas.
Ocho pendones ubicaron en sus torres
ornadas.
¿Someterlo? ¿Olvidan mi estirpe? Trataría exclusivamente lo
opuesto.
Si ese ñoño adora la economía,
somételo.
¿No avistaron venados, impalas...? De esos ñus, ¿aparecieron
señales?
Señales extraterrestres nos sorprendieron: avisaban, con insistencia, ofertas
navideñas.
Siempre estás rica, revoleando un culo hermoso. ¿Arderá nuestro deseo? Obséquiame la adorable
sensación.
Oigo ruidos infernales. Esos niños traen algunas latas, están
serruchándolas.
Eres mi perra... Una jalada así nos dejaría oliendo lotos
orientales.
So idiota, nunca cabrá ese ratón. Ayúdame metiéndolo entre nalgas tensas,
empujándolo.
Oculto diamante, ignota aguamarina... ¿me odias
sinceramente?
¿Obreros yemenitas envasan ron? ¡Oh,
no!
Estaré solo cuando aquellas ninfas decidan ignorarme. Niégome a volver, ¿
oyeron?
Ayer le ofrecí casamiento, además de asociarnos mediante el nuevo tratado
escandinavo.
¡Oh, ramera demoniaca! Eso no. Aquí no zapatearé
alocadamente.
Sí, olvidaron las veneraciones en nuestro tercer aniversario. Recuérdame lacerarlos,
ordenanza.
Rompí aquella jarra el martes. Olvidé
solventarlo.
Si alguien los viera abrazados diría obnubilado: ¡
Rajemos!
La eternidad va íntimamente trenzada al
Salvador.
Era mucho mejor, aunque no usara elegantes
levitas.
Olvidar lo vivido indica displicencia, amigo. Retráctate tácitamente,
Emmanuel.
Ocho días intenté
olvidarte.
Suelen obrar bien, aunque no dejen ordenada la oficina.
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Sóbame, oh, bendito amigo. No denotes otro lamentable
odio.
El sordo pianista anda ñuco, ojalá lo animemos
sobándolo.
Ese xilofonista trabaja raudamente. Aquel ñato andaluz no domina otras tonadas
españolas.
Siempre intento escoger mejores presentes recordándote,
extrañándote.
Eres siempre tan amable, machote. Buenos regalos escoges,
siempre.
Elegantemente le escogí gardenias; algunas no tenían
estambres.
¿Elegante?.La elegancia, general, antes notaba tendencias europeas.
--------- La oración contiene errores de ortografía.
Siempre Emmanuel nos sorprende... increíble, buen léxico,
elegante.
Soy un yak altamente
sensible.
Emmanuel, muy ofuscado, comentaba inquieto ocho notas abominables. Nos tentamos, eran
suyas.
Sus únicos recuerdos reales están adormecidos. Le informo señor, tiene
amnesia.
Sólo un fanático irlandés conocería inmediatamente esos nuevos teléfonos eléctricos. --------- La oración anterior contiene errores
El mejor opositor, como imaginarás, ocasionalmente nos agraviaría.... No tiene entidad suficiente.
--------- La oración contiene errores de ortografía.
Estoy sintiendo cosas absurdas, pero
emocionantes.
Opositores bien entrenados decían estar cerca; entonces me
escapé.
Obedéceme, chico. ¡
Obedéceme!
Observo, con horror,
ocho.
Observo boludos saludando... El reportero ve, a nuestra derecha,
ocho.
Ocho romanos inquietos están nadando; tres adolescentes diosas,
observando.
Oigan, realmente intenté explicarles… Nos tachará acrónimos desde “
orientado”.
Ordenaron requisar dos establecimientos no autorizados. Nadie zumbó al salir.
--------- La oración anterior contiene errores
Oye, recuerda inculcarle el Nuevo testamento, así declamará ordenanzas.
--------- La oración contiene errores de ortografía.
El nuestro fue el remero mejor
orientado.
Otra loca vidente intentó darme ánimo. Realmente, me
enfermó.
Sólo un elefante lograría
olvidarme.
Saca al loro, aquí manchará el
suelo.
Sí... usted ya ofreció
salames.
Al tú evitarla, se ofendió; recuerda aludirla, refiere los ojos
suyos.
Siete amigas tímidas recortaban algunos periódicos, intentaban atesorarlos.
Son árabes... Nunca tendrán intención de adueñarse de esta
satrapía.
Sus actos cochinos arman conflictos ominosos. Recordemos castigarlo, haciéndolo ovacionar
santidades.
Orate... insistentemente me obsequias
sacacorchos.
En nuestra familia recordamos esos novedosos temas andinos. Recién los
oímos.
Si un buen instructor tuviese alta mi estima, no tentaría
enfrentarlo.
Es sumamente tardado instruirte, luego olvidas
súbitamente.
Nunca usaste buenos lienzos... Anda, recrea mejores
estilos.
Siempre tienes algo lúgubre intentando
nublarme.
El sindicalista pidió, enardecido, comparecer inmediatamente ante
Stalin.
Esto sí como: arenque, queso untable,
especias...
¿Acaso tomaste una reina del
escaque?
Su increíble llanto
aturde.
Deje ese saco en otra
silla.
Aquí conocí tus intimidades, tus únicos deseos.
Al mirarla, no entendí su indiferente
actitud.
¿Idiota dices, infeliz? Obviamente tienes amnesia.
Sí, estoy gozando unas nalgas deliciosas. ¡Oh,
sí!
Sí, un segundo premio implicaría regresar, obviamente,
segundos.
Sus ojos, recién delineados, intentan desprender algunos
suspiros.
Estábamos lúbricos... El falo, agigantado, no temía estrecheces
sórdidas.
¡Ánimo! Llegó el general retirado; estuvo meses en Nigeria tratando
elefantes.
Sus estrechas nalgas ansío devorar o relamer
alegremente.
Ofrezco bordar ese sensacional ojete,
senadora.
Ahora mismo intentaré golpear
obesos.
¿Son acaso los únicos derechos,
amigo?
Otro gladiador, reverente, os
saluda.
El xocoyote parece un engendro. ¿Seremos todos
ogros?
Es natural deber estos únicos dineros. Arriesgando, resultaría muy
expuesto.
¡Sí, estoy ganando! Úrgeme repetir aquella mano. ¿Es natural temer
endeudarme?
Se estima grande... un ratón orgulloso,
seguramente.
Opino, buen vecino, instalar en derredor algunas defensas. Estaremos
seguros.
Sí, entiéndeme, no tengo ahora demasiadas ofertas.
--------- La oración anterior contiene errores.
Ofréceme buen vino, insinúandote. Entonces, dócil amigo, desnudo, espérame sentado.
--------- La oración contiene errores de ortografía.
Oh, pequeña, ¿realmente insististe? (Mamá inquiría demasiadas
obviedades).
Si aplastan tu ideario, serás fusilado en cada hombre
oprimido.
Opuse razones al creer, ilusa, otro necesario encuentro. ¿
Satisfecho?
Soy un fanfarrón, repitiendo insulsas epístolas, nunca dominando
oraciones.
Si aparecieras lívida, muerta, occisa, no estaría
sufriendo.
Oh, rlrm, ojalá nos dejes algunos salmones.
Es sumamente curioso reír, utilizar pretextos, usarlos locamente, obtener sonrisas
orondas.
Al comer, oculto nueces tras el cachete, escrupuloso.
Eso no tiene explicación, raramente
acontece.
Otra idiota se tapó
entera.
¡Oh, jodido estoy! Tan enfermo, reprimido, así
soy.
Otro comemierda usurpador llegará. Tentará arrebatarle, rastreramente, las
ojeteras.
Él sí tiene un pito infausto, desearía
ocultarlo.
Sos increíble, Emmanuel; me prometiste recibirme,
¡estúpido!
Decidí entregarme. Debo obedecer
siempre.
Rojos, esos culos temerosos intentaban tragar unos dedos.
Al mangoneo opongo
rectitud.
En nuestro tálamo estamos retozando. Evitemos zaherirnos,
amor.
Epa, nene... si eres ñoño, adquiere más
entereza.
Sí, aquí lámeme... a mamar
enséñame.
¿Insultos? No... son, únicamente, los tratos obtenidos,
salame.
Siempre agradezco los
insultos.
Se acabó, puto ostentoso... ¡
Salí!
Seis ogros rechonchos deambulan impacientes degustando algunos
sapos.
El lord inglés, xenófobo irrecuperable, reguló extranjerías
sórdidas.
Sus olores lo asqueaban; medio estúpido, nos trajo
elíxires.
Olvida los olores raros, ¿oíste? Son asquerosos
solamente.
Su única petición: oler nuevas granadas
olorosas.
¿No osarás mangonearme alevosamente,
supongo?
Son otros, son olorosos,
son...
Olvida los olores raros, ¿oíste? Son olores
sosos.
Al bombardear Omán, me bebí algunos daiquiris
olorosos.
Sí, eres ñoño... ¿Osarías renegarlo,
abombado?
Si otro donjuán osa molestarla, inmediatamente asesínelo,
señora.
El legislador es vil. Ayer decretó obligatorias
sodomías.
Nunca un enano viajó a México en nuestros trenes
elevados.
El rector examinó cada culo, investigando orgías
nuevamente.
¿Se excusó directamente? ¿Acaso no tenía
erección?
El xifoides continúa en lamentable estado. ¿No tienes ese
sedante?
El xenón común enciende lámparás. Es natural tenerlo en salones.
--------- La oración contiene errores de ortografía.
Sus exquisitos ñoquis alabo, los adoro realmente. ¡
Excelentes!
Aquí relataré tus injusticias, sátiro. Todo intento casi agresivo, señalaré.
Espero sus propuestas, extranjeros. Realmente ansío nuevas zarzuelas
artísticas.
Sus intrigas lelas, enfermizas, no condicionan. Intenta olvidarlo, será algo mejor entretenerte nuevamente. Ten
esperanza.
El nubio negro explicó, gozoso, rituales extraños. Con incredulidad, Dante anotaba
silenciosamente.
Sí, aquí buscamos insectos. Algunas moscas están nauseabundas, totalmente
ennegrecidas.
Sus aforismos nos demuestran, Wilde, inteligencia certera. Ha escrito sabiamente.
Sería, entonces, ridículo pedírselo insistentemente. Él no traería esos
sándwiches.
Sólo el ñandú osa rascarse entre
serpientes.
El senador peruano estudia cada idea minuciosamente; es nuestro experto,
señores.
Obtuve buenos estudios de esos cansinos
especímenes.
Oye, fea, usa sus cosméticos.
Obedece.
Andy no supo inscribirse. Olavia se
ofuscó.
Siempre acudes los últimos días... Ahora búscame, Lou, estoy
sola.
¡Oh, fabuloso, está nevando! Deslicémonos entre renos locos, otrora
saludables.
Ah, los zapearé, amigos. Déjenme
ofenderlos.
Ella se te recostará encima, magreándote excitada, Cabeto. ¿Estás, realmente,
alzado?
Esta verga ilustra tu antojo. Siéntela, te estremecerá.
e., normalmente andas muy ocupado… ¿Recuerdas ayer? ¡Me
evitaste!
Olvidaste besarme. Seguramente estarías, querida, urdiendo infidelidades.
e.
Ordene retirarnos, general... Acá sonaremos. ¿Me
oyó?
Dante escribía sonetos apasionados. Buscaba rimas insólitas: durazno,
orgasmo...
El necio tamalero intentó darme atole
desabrido.
Entre sus términos, uno, particularmente, invocaba demandar a mi edecán, no teniendo
entidad.
Ocho ratones intentaron nadar,
estúpidamente.
Sus ojos celestes, increíbles, acaso lascivos, incitaban sobremanera. Me
oriné.
Será otro curso, intrincado, abrupto, la inefable senda tendida al
socialismo.
Ondeamos banderas soviéticas con extraña necedad; intentábamos darte ánimos, deseándote éxitos
socialistas.
Si otro lapón interfiere, diré
obscenidades.
Aquí cayó aquel raro ovni
sólido.
Si el ñu orina repetidamente, infiero tenga
ácaros.
Es sumamente pendejo él, como todos aquellos caribeños. ¡Unos locos anacrónicos! Realmente exasperan,
señorita.
Estos nuevos tenis impresionan. Están níveos, deslumbrantemente
espectaculares.
Escaparme sería como argumentar paparruchadas. ¿Alguien te
entiende?
Si está llorando,
escápate.
Olvidé foliar esos números, sólo algunos
sellé.
Siempre olvido los oprobios.
--------- La oración anterior contiene errores.
Oye, fanático: ¿Estás ningunéandonos, Silvio? Acabarás solo.
--------- La oración contiene errores de ortografía.
Si un fulano represor intenta encarcelarte, nunca digas
ofensas.
Ocho burros vienen, inconscientemente, escupiendo doradas almendras. Déjalos, están
sufriendo.
Siempre Andy liga, tiene ojete.
--------- La oración anterior contiene errores.
Otras bailarinas viejas insitían en dar, algún día, ese salto.
--------- La oración contiene errores de ortografía.
Ocho brujos sucios estaban rumiando verdades, aunque nos decían
obviedades...
Sin investigar la evidencia, no captarás indicios ocultos. Sigue
observando...
Silencioso, intenté levitar en nuestra cama, invocando oscuras santidades orishas.
--------- La oración contiene errores.
Silvio intentaba leer esas notas; también e.,
silencioso.
Así penarán, eternamente, nuestras almas
silentes.
Ayer pensaba...¿Era necesario aquel
sinsabor?
Olavia leyó algunas viñetas, interesada
apenas.
Es su tierra. Recibe un consejo: ten un revólver al
lado.
Sus ojos rojos, penetrantes, rápidamente estudian nuestro diseño estructural.
Es sobrecogedor, profesora... ¡Astronomía conceptual innovada! Al leerlo, e.
sorprende.
Rojas estrellas alumbran los montes en nuestras tierras espaciales.
Asistiré, sí. Incluso sin ti iría,
realmente.
No esperes coitos, insistente
opa.
¡Sos un cretino, un marrano, burro, inútil! ¿Entendiste? Realmente odiado,
necio.
Sin apocamiento, los ulanos descollaron al batirse... Los eslovacos
sucumbieron.
El xilofonista tiene ratas africanas vivas; intenta amaestrarlas dándoles alimentos saludables.
Ayer recordé días intensos, experimenté nuevamente tentaciones
extraviadas.
A los tontos, úntales romero
ardiente.
Los enanos, ¿ven interesante tanta
altura?
Ojetes rijosos intentaron ganar, insultando neciamente al
levita.
Obviamente, Silvio compró un regalo
original.
Orgullosa, la vieja insiste desde algún lugar
oscuro.
Si amaneciera lloviendo incesantemente, ¿volverías andando? No, Dante,
olvídalo.
Sus exquisitos ñames olemos; rápidamente acudiremos
salivando.
Seguramente, el ñato odioso, relatará aquel
suceso.
Otra fecunda, ubérrima sentencia consiguió al recomendar no ofuscar señoras.
--------- La oración tiene falta de ortografía.
¿Intentas negarlo? Tienes ese nefasto talento, Ala, logras
ofuscarnos.
Adórame, Silvio,
inténtalo.
Era sencillo, pero Andy no toleraría otra sesión
así.
¿Será así? La única duda admisible, boluda, luce
espantosa.
¡Salud, amigos! Leí un tonto artículo: “Conseguir increíbles orgasmos no es
saludable”.
Se infiere muy prudente la estratagema...
Salutaciones.
Omitió proponernos otra solución. Incluso, Cacaruli, inútilmente ocultaba nociones elementales,
simples.
Ante tantos obispos, resolvió, mencionando el nuevo trato a nuestra diócesis, observar las
oposiciones.
Al peor obispo sentenciaremos terriblemente, acusándolo sin inhibiciones,
atormentándolo.
Estábamos siguiendo, celosamente, al polaco. Algunos teníamos oscuros reconcomios... Intuíamos
apostasía.
Ofrendas caníbales usaremos, remembrando rituales exóticos; nadie tendrá escapatoria.
Al mar iré, guantanamera
ocurrente.
Ojalá fueras el nuevo secretario,
amigo.
Obraste neciamente. Obraste mal. Al ser tan innoble, cometiste
ofensa.
Sus amigos rebeldes rompieron algunos cristales en nuestro onomástico.
Oh, bastardo sionista... eres quien usurpa, infamemente, olivares
sarracenos.
Soldados otomanos le dijeron adiós, dándole obsequios.
Sí, Olavia llegó diciendo atrocidades; demasiado
ofuscada.
Así recuperamos ciudades, hundimos invasores feroces... Así combatimos. Intrépidas leyendas escribimos,
soldado.
Odio decirte obviedades, nunca te ordeno largas oraciones. Generalmente indico cosas archifáciles.
¿Será, armar quilombo, una especialidad
odontológica?
Son unos cretinos, unos malos bichos… Insistentemente recurren al
saqueo.
No exageres, gerund, o caerás irremediablemente ofendido:
sucumbirás.
Expresan xenofobia. Ahora suspendieron, para extranjeros residentes, algunos
negocios.
Eres necio, Foucault. Esas respuestas me asombran, realmente me
exasperan.
Rehúyo a ponerme aquellos zapatos mientras estén nuevos. Temo
enfermarme.
Estudio sus temores; un día intentaré arrasarlos
rapazmente.
Su escasa sabiduría usaba debidamente. Al menos, e. no temía
estudiar.
Oigo las indicaciones. Voy anotándolas
sesudamente.
Sin ofender, bedeles... ¿alguno cagó
olivas?
Si intentas manosearme, puedes lavarme el
sobaco.
Das indicaciones nefastas, e.. Rechazas oraciones
simples.
Era sabido. Cada atardecer pasaba Andy besando amigos. ---------- La oración anterior contiene errores.
Sus alas le impedían rodar; torpemente escapaba.
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Apronte usted su talego... El rey indicó darme algunos
dineros.
Sus acrónimos, generalmente rebuscados, albergan demasiada
austeridad.
Sacrificaré éste, nuestro cordero. ¡Infringiste la ley, antes,
sagrada!
En sus frases, oraciones realmente cortas, existen muchas otras nociones; obviamente,
sencillas.
Es nuestro campeonato, entonces ganemos un encuentro. ¡Corramos,
esforcémonos!
¿Sueñas, amigo? La ilusión reiterada te
enceguece...
Ahora dime, ingrato, ¿osarás
salirte?
Obró, legalmente victoriosa, incluyendo dádivas.
Adiós.
Oigan, bellacos, sus estratagemas realmente violan el movimiento original. ¿Se les
olvida?
Oh... volvió indicándonos dónde iniciar.
¡Observémoslo!
Olvídelo por un segundo... Calcule únicamente los ordinales, Silvio.
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la última frase válida.
Antes, ¿la tierra era zoomorfa, Andy?
---------- La oración anterior contiene errores
Es nuestro turno. El romano entrará zapateando, alteza.
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la última frase válida.
Odas varias ingenió; dificulto interpretara opúsculos.
------- La oración carece de sentido.
El xilofonista compuso excelentes loas, sintiéndose
Ovidio.
Sus orgasmos la agotaban mientras él ni transpiraba. ¡
Excelso!
Al mejor impostor giraremos absoluciones
solamente.
Al contar treinta inquiriré vuestra intimidad; sométanse, tiernas
amigas.
Ocho ratones querían utilizar ideas de esa
activista.
Al sacudirse, el sinsonte inseminó nuestra
orquídea.
El nuevo teniente es realmente estúpido, zacatecanos
asesinó.
Observé, de improviso, otro súcubo aparecer; me espanté... no tuve
entereza.
Sí... el gay utiliza insidiosas demostraciones
odiosamente.
Once rosarios invoqué en nuestro tedeum: a Dios oro
seguido.
Otro razonamiento inoportuno esbozaba Nat, tratando así, de oponerse sistemáticamente.
---------- La oración tiene faltas de ortografía.
Dejamos el sucio poblado atrás... Creíamos ir
orientados.
Si obstruyen la escalera dorada, accederemos
despacio.
Opinó nuevamente. Al notarla indiferente, sintió tristeza, amargura,
soledad...
Estábamos saliendo cuando abruptamente bajaron rodando ocho saltimbanquis
onanistas.
Sé algo bastante
escabroso...
Oiga, bribón: tengo un secreto oculto,
¿sabe?
Señora... usted elige lijadores
obtusos.
Siempre, el ñato aquel, lija el
suelo.
Sí... en nosotros tenemos infinitas marcas inconfundibles. En nosotros tenemos ominosas
señales.
¡Energúmenos! ¿No entienden? Mi imaginación goza ocultando
sentimientos.
Encontrarnos, siempre tiene increíbles repercusiones; parecemos
enemigos.
¿Sábados? Incluso nos carcajeamos, enloquecidos, raramente, algunos martes. Es nuestra tarada
estirpe.
Sí, Andy, bastante anormales... decimos odiarnos
sinceramente.
Somos una familia rara. Intentamos reír algunos
sábados.
Oh, inmunda rata anónima,
sufrirás.
Oh... de irlandeses
oirás.
Sólo a los irlandeses
odio.
Sí, escuchamos muchos, innumerables llantos. Andy
salió.
Si usamos tu imaginación lerda, esos zorros almorzarán
semillas.
¿Es Silvio capaz? Ala, prepara el memorándum obviando
sutilezas.
El señor trae un cadáver humano embalsamado.
---------- La oración anterior contiene errores.
¡El nuevo fagotista está robando mi estuche!
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Esto no funciona, está raro, mejor
escapemos.
Si estás, ruégote vengas inmediatamente. Recientemente me
enfermé.
Olvidaré sus majaderías ofensivas si intenta
servirme.
El sexo te une, por intensidad de
ósmosis.
Oye... trajeron el automóvil. ¡Nos dejaron otro mensaje,
estúpido!
Soñé un extraño ñandú oteándome.
No olvides, TT, aquel
sueño.
Si algún ciego acude, repartiremos otras
notas.
Os sacudieron, cagueta... Unas rupias os
sacaron.
A Cabeto recordé en cuentos infantiles
oscuros.
Ayer me besaron impresionantes gordas, unas amigas socialistas.
---------- La oración anterior contiene errores.
La última síntesis, insisto, tiene algunas nociones inquietantes, ambiguas...
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Los últimos sismos inquietaron toda América; nuestro insomnio acreció.
Oigan, romanos, oculté persas en Lusitania.
¿Otro dije iraní? Sólo es
oropel.
El sismo peruano arrasó. ¿Nosotros tendremos
otro?
El suelo tembló ruidosamente, el piso inestable tronó ominoso. Salimos asustados, manoteando. El nuevo terremoto
espantó.
Si un elefante ronca, temblará estrepitosamente.
Soy el mejor piloto inglés, tengo estrella. Realmente necesitarás abundante suerte.
Al mangonear impunemente, generas ojerizas
sempiternas.
Sabremos escuchar cuando una novata diga algo realmente importante,
amigos.
¿Necesitaste otras veces, escribiente, la entrada
secundaria?
Filmé en siete tardes esa jodida aventura; bastaron actores
noveles.
Feral, espantoso, salía tembloroso, era Juan Camilo. Andy bajaba anonadada, necia. ---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Seis hermanos estaban riendo intensamente, felices
festejaban.
Al matar al zorro olvidé notificarlo al
sheriff.
Avieso... recurres a burdas estratagemas.
---------- La oracion parte de una que contiene errores.
Ahora recuerdo aquellos besos, e. ---------- La oracion anterior contiene errores.
Sedúceme, omaní, no resistiré el influjo rotundamente árabe.
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase.
Sus ojos nos recuerdan el impresionante río
Amazonas.
Si una señora usa rodete rubio, otra
sonreirá.
Ocho bisexuales lograron intenso gozo ayer. Cuando intentamos oírlos, nosotros escuchamos
susurros.
¿Olvidaste buscar las ilustraciones? Generalmente, Andy, recordabas las
obligaciones.
Él no felicitó a Dante, alguien debió
obligarlo.
Eso no, amor. ¿Me olvidaste? Rogué, acercándome, recuperarte. ¿Sigues
enfadado?
¿Esto no te recuerda, ingrata, sucios tratos? Es como
enamorarse.
Eso nos arruinó. Jamás esperé nada así, realmente me
entristece.
¿Ahora te retractas, eh? Vete, embustero, temo
enajenarme.
Obremos limpiamente... Alguna vez, impostor,
atrévete.
Si anhelas tener intervenciones satisfactorias, frecuenta ese colegio helénico,
Olavia.
Sus estúpidas razones me ofenden, no estoy satisfecho.
Esperaré sentado porque estoy renuente a repetir esperas mayores oyendo
sermones.
Sus amigas nos acusaron, regaños esperaremos.
Es sumamente penoso estar rengueando. Aquestos nuevos zapatos aquí dejaré, así
sanaré.
A las abuelas besamos. Ellas nos mecen
esperanzadas.
Soy otro líder inmaculado, desde aquí reinaré inequívocamente. ¡
Alábenme!
Solamente así, los invasores, darán ayuda
solidaria.
Eso, camarada, lo explico simplemente: iniciaremos atacando seis tanques. Intentaremos contraatacar obstruyendo
salidas.
Siguen insistiendo, sistemáticos, tentar el militarismo. Aún tienen incondicionales: carcamanes, atorrantes, mercenarios, encubiertos nazis, taimados
eclesiásticos...
Otros, felices, emprenden nuevos senderos armonizadores
sistemáticamente.
Algunos balbuceaban. Sus objeciones remedaban terribles
ofensas.
Ayer busqué sexo. Obviamente recibí tamañas objeciones.
---------- La oración tiene faltas de ortografía.
El xilofonista cantó inspirado, tenía al diputado
absorto.
Orgullosa soy tu esclava, no tengo otra salida a mano. Estoy normalmente tan
excitada....
Ojalá regreses, golosa. Así seguiríamos masturbándonos
ostentosamente.
Sí... inclínate más, briosa odontóloga. Lámeme, impúdica... ¡Siente mi
orgasmo!
El sinvergüenza tomó una pieza increíble. Decía estar comparando el
simbolismo.
Sed astutos... No ganaréis repitiendo
estupideces.
Antes fuimos ogros raros, invasores, sembrando miedo, odio,
sangre.
Oramos. Bendecimos los ídolos celestiales usando
aforismos.
Sin ideales, la vida iría
oblicua.
Si alguien calcula ese resultado, detendrán otro tren intentando sancionar a
Silvio.
Zolster ubica real, rápidamente a deidades o
sacerdotisas.
Si olvidamos los ideales, decididamente estaremos
zurrados.
Aguantemos, general... No osarían sus tropas iniciar combate, oponiéndoles
solidez.
Antes no gritaba, ululando sacaba turbios indicios
agnósticos.
Aun no ganaste un solo torneo importante. ¡Arriésgate!
----- La oración contiene faltas de ortografiía.
Antes, me invadía, generando
angustia.
Eso sí parece algo no terrenal,
amiga.
Ojo, la valija invisible de Andy, me
espanta.
Nunca antes recibí intereses, ¿gané o
no?
Osaste racionalizar algunas cuestiones imposibles, oportuno
narigón.
"Sodomizar" es, naturalmente, correcta; infiero, luego, la
oración...
Anima, marica, al negro efebo. Corromper esos retoños es
sencillo.
Solíamos otear lindos
amaneceres.
Silvio, e., Nat: ¿Saben acaso cuán intensamente Olavia necesitaba estar
sola?
Si están nuestros sexos unidos, alguno logrará excelentes
sensaciones.
Estas negras frambuesas australianas dejan aromas dulces, olores
sensuales.
No esperará, funcionario, aplazar nuestra demanda adrede, mientras estamos nosotros tan
enfadados…
Simulando otro dolor olvidarás mi impúdica zampada. Anda, Cacaruli, intenta ordeñarme
nefandamente.
Ese negro tiene impresionantes, estupendas nalgas. ¿Dolerá esa
sodomización?
Solamente alguien nos guardaría rencor... ¿
Entiendes?
“¡Sácamelos!”, ordenó. Los dedos apretados, doloridos, ostentaban
sangre.
Son onerosas las deudas acumuladas desde octubre, sumariante.
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
Zapatos apretados ponen al teniente irritable. Salgamos tranquilamente ahora,
soldados.
Son aguerridos gallos aquellos
zapatistas.
Obviamente, bajo tierra en nuestra dimensión, robarás al
sagaz.
Si insistes, la verga inmensa
obtendrás.
Suéname el ilion,
Silvio.
Obtuvimos seis curules. Unidos recibiremos otros
seis.
Al brujo ugandés recordé ritos increíblemente dolorosos,
oscuros.
Olvida cada acción subrepticia, intenta olvidar,
nena.
Soy un esmerado lavandero de
ocasión.
Si un petardo estallase, requeriré policías uniformados en su tribuna, augustos senadores.
---------- La oracion anterior contiene errores.
Obtuve su alianza matrimonial en Namibia. Traía amatistas superpuestas.
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase.
Ocho sujetos americanos me entrevistaron, nunca tuve algún
sueldo.
¿Sus armas blanden, intimidantes? ¡Horda ominosa! ¡Nos darán
osamentas!
Si otro bruto reprime esta situación, acabaremos linchándolo inmediatamente. Entonces no te entrometas,
sabihondo.
Él, siempre paciente, esperaba... Cabeto indicaría acrónimos
sobresalientes.
Ojalá pudieras olerla; no escuece ni tiene
especias.
Apesta, seguramente, quien usa estar apestando, distinguido
oponente.
Sartre andaba tentando ropas al pasar,
asqueado.
Eso sí tiene repercusión. ¿Oíste, fanfarrón? Aléjalo,
sátrapa.
Es nuestro amigo marroquí orando, recitando alabanzas, repitiendo monótonas
estrofas.
Es sólo corazonada, amiga, pero ahora recuerda apartarte. Temo
enamorarme.
Ogros feos estaban nadando, dándome el mejor
escaparate.
Amor mío, insúltame, grítame,
oféndeme.
Soles amarillos le darán robustez,
amigo.
Si un cabrón unta mantequilla barata intentando retarme, entonces mi odio
saldrá.
Sus armas, compañeros, acabarán rugiendo libertarias... ¡O
sucumbiremos!
Ahora usará sus tropas realmente, asesinará lindos indoamericanos aguerridos. No olvides
sacarlos.
El supervisor prefirió aceptar dólares
australianos.
¿Osaría yo envilecer mi
espada?
El socorrista los oyó venir en nueve omnibuses.
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase
¡Escúchame! Si lames ocotes, verás esto negro, óyeme.
Sin obstáculos, barrieron el reducto bosnio. Izaron, al mediodía, el nefasto trapo
esloveno.
Sus ojos fascinantes inspiran; sus tetas incólumes casi anhelo. Deseo amarla soberbiamente.
Sus olorosos calcetines impedían otorrinolaringologías
sofisticadas.
Equis... "xerófilo" contiene una. Sigamos adelante,
socios.
Olvidé incluirlos: ríndoles mis
excusas.
¡Se acabó, basta! ¡Ahora deberán
oírme!
Siempre íbamos con otros familiares a nuevas tierras en
sábado.
"¡Alguien cometió, aquí, latrocinio! ¡Os robó!", arriesgaron decir osados
sicofantes.
Era nuestro encuentro regular. Generalmente íbamos
acalorados.
Si oigo levemente a mis enemigos, no tendré
energía.
Si ensayo nuevos saltos acrobáticos, cientos intentan ovacionarme; nerviosamente aclaro: los ensayaré solamente.
El xilofonista tenía a su izquierda a dos oboístas
sensacionales.
En nuestro tálamo unámonos satisfactoriamente, iniciemos amoríos sublimes. Masturbémonos, acariciémonos, regocijémonos tan extasiados.
¿Sientes esa necesidad tan intensa de acariciar mi entrepierna? ¿No temes
entusiasmarte?
Oremos reunidos con estas madres, oremos
sentidamente.
¡Señor... icemos las velas inmediatamente! ¡
Orcemos!
Esa xeroftalmia terminará. Recétale aditivos vitamínicos intravenosos. Ocúpate,
Silvio.
Suministrémosle un barbitúrico intravenoso; tu anciana madre está nerviosa, tiene
extravíos.
Su amanuense no tiene identificaciones debidamente autorizadas, doctora... ¡Escapad
súbitamente!
Sobrios o borrachos, recordemos invocar oscuras
santidades.
Ordenó ron de entrada. Nosotros estábamos
sobrios.
Obedientemente pidió otro ron, tenía
órdenes.
Silvio, un fulano realmente impresentable, miente. Indica, ebrio, no tomar
oporto.
Aunque necesites estar sedada, tienes esa sensación intensa, aguda, de otro
sufrimiento.
¿Sin anestesia? ¡Los incisivos duelen
anestesiados!
Sin anestesia, boquearías rabiosa intentando alguna
salida.
No es fácil, Andy. Si tuvieses amalgamas
sabrías.
Aun viendo eso, resistirse supone intervenciones otrora
nefastas.
Omitas decirlo o no, tratamientos odontológicos largos, odiosos, generan
aversión.
Sigue un camino equivocado, señorita
odontóloga.
A propósito, le advierto. Usted dejará Inglaterra raudamente, téngalo
entendido.
Si, odontóloga bolacera, exhibieses más original semblanza, laudaría aplaudirte.
---------- La oracion anterior contiene errores.
Señores, una cabra está sollozando. Sobémosla.
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase
Si únicamente cantaras, imagino otro
suceso.
Sobre un barco lavamos incontables melones, estaban
sucios.
Ala: las verdaderas, exquisitas odontólogas, logran orgasmos
sublimes.
Odontóloga retorcida... tienes orgasmos, guarra, recurriendo a frotar infectados
alvéolos.
Sí, e., gracias... usted indicó debida
ortografía.
El xilofonista te estuvo nombrando, suele alucinar
seguido.
Señor Ala: LaTurca, decididamente agradecida, moquea. Osó seguirla.
---------- La oracion anterior contiene errores.
Equis... xilofonista tiene equis. No sigo, así saldamos.
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
Sí, Olavia leía íntegramente cada ítem (todos artículos mal escritos, notas tediosas,
extensas).
Esas noches, frecuentábamos un ruinoso establecimiento con incontables meretrices ofreciéndose
solícitamente.
Al generar ruidos estruendosos, su impertinente vecino arruinó mis ensayos nocturnos. Todos
enfurecimos.
Afuera, ugandeses detractores insultaban, enfurecidos, nuestra conducta, imprecándonos
agresivamente.
Seis ingenuas madres pidieron al tutor, inútilmente,
audiencia.
Salimos inmediatamente. Tantos ugandeses alborotando, contemplándonos, inquiriéndonos osadamente, no emanaban
simpatía.
Otros funcionarios escribieron ridículos tratados acerca de ambiguas
situaciones.
Rojas uvas están dando,
ofertadas.
En suma, puedo esperar recuperarme... ¡Al
ruedo!
Entonces leeremos otro cuento, un escrito no tan extenso. Muchos estudiantes no toleran
esperar.
Secretos ocultos reprimes, por reacia. Es necesario decirlos en nuestras terapias,
elocuentemente.
Soy otro raro pretendiente reconociendo enamorado: Nada deseo, entonces, no teniéndote enfrente.
-------- La oración contiene faltas de ortografía.
Oro brillante ilumina cumbres escarpadas, ¡
sorprendente!
Soy un sonso, un reverendo renacuajo. A nadie doy
óbices.
Sueño estar nadando sobre intrépidas burbujas. Lentas ondulan, naturalmente están
susurrando.
Rueda el coche oxidado, rueda dando azotones, rueda lastimando occipucios
sensiblones.
Omitas decirlo o no, tratamientos odontológicos largos, odiosos, generan aversión, siempre.
---------- La oracion anterior contiene errores.
Recorro el cuarto obsesivamente. Realmente deprimen, al recordarlas, las odontólogas.
---------- La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase
Solía escribir ridículos, interminables cuentos. Últimamente los tiré, odié
recordarlos.
Sí, excelencia... recomiendo el nuevo atavío. Traeré al
sericultor.
Se instalaron muy bien. Ocuparon las instalaciones sigilosamente mientras oíamos
serenatas.
Susúrrame un sueño, préstame ese níveo deseo. Investigando descubriré oníricos
simbolismos.