ACRÓNIMOS
O nos entregan rameras, o saldrán a
suplantarlas.
Discúlpame, Emmanuel, si pido revancha. Ofensas pusilánimes ocurrieron. Se intensificaron tanto,
onerosas.
Antes no importaban mis ofensas. Sí importaba decirme algún
despropósito.
La antigua petrolera inició con enorme, real
animosidad.
Recibí esta cordial invitación. ¿Tienes alguna
lapicera?
Oportunamente buscaré su extenso repertorio. Vaya ahora, dé otro
recital.
Oh, bonito su teñido; ¿al cabello unta lavanda o
sebo?
Si Olavia no atase tan apretado, saldríamos.
-------- La oración anterior contiene errores.
Oye, bribón, siempre tú andas cantando unas largas operas, sonatas...
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Atraviesen los coches o habrá otro lío, intenten zafar aquellos dos
obstáculos.
Soy oaxaqueño, bebo ron, escojo mentirte, alejo niños, estoy realmente
alcoholizado.
Retiraste acrónimos malamente, Emmanuel. Reescribir afecta
sobremanera.
¿Sienten excitación, ñoños? ¡Ofrezco
rameras!
Si obrase buenamente, responderíamos solícitamente. Aquí, las intenciones están no tan enjundiosas,
señor.
Solicitamos oraciones lúcidas, incluyendo calidad. Intentaremos tener acrónimos muy ostentosos, sobresalientes.
El silencio cayó rotundamente. Una palabra, una lúcida oración
solicitamos.
Solamente Emmanuel diría idioteces con intenciones ominosas. Su asquerosa mente enfermiza no tiene
escrúpulos.
Si Ala no deja este concurso, escúpanle
sediciosamente.
Otro boludo osó escribir
sandeces.
El xilofonista intentó tocar
oboes.
Los otros coprotagonistas actuaron mal. Ellos no tuvieron
éxito.
Los ojos de aquella zagala aprecio
locamente.
Seis ángeles livianos, incandescentes, trabajan resarciendo aquel
lodazal.
Los españoles no tienen ojos saltones.
-------- La oración anterior contiene errores.
Según algunos lugareños, implementarían transportes algo lentos.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Los ojos de aquella zagala admiro locamente.
-------- La oración anterior contiene errores.
Seis ángeles livianos, incandescentes, trabajan resarciendo el lodazal.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Otro buen juego era tirar ilotas vivos al
salitral.
Es necesario concentrarnos o no tendremos razones
objetivas.
Sus últimos colores utilizó maravillosamente. Belleza
encontró.
Oye, bribón, saca el queso, úntalo inmediatamente. Ofrécelo sinceramente o sucumbe.
Según un senador uruguayo (radical), regalarían apartamentos nuevos... ¡Demasiado
obsequiosos!
Su último suspiro usó raramente: reconstuyó androides novedosos desperdiciando
otros.
Olavia recuerda al lector español,
susurrando.
Largos acrónimos tienen interesantes gesticulaciones
orales.
Estoy muy mal. ¡Ah, no usen el látigo!
Ayer me escuchaste nombrar asombrosas zanahorias: Adriana, rlrm, TT,
Emmanuel...
¿Aquellos lelos están vacilando o siempre intentan
amenazarte?
Los autores tenebrosos urden relatos con
alevosía.
"Ayer no observé raros movimientos", aseguró
LaTurca.
Ala se ufana, se tiene amor realmente
anormal.
Si un misterioso espíritu ronda, inevitablemente os
asustará.
Se encerraron nueve clérigos. ¿Intentarán leer los opúsculos
sumerios?
Siempre uso calcetines, importados o
sencillos.
Es su calzado algo raramente aceptable, Marthita usa zapatos asquerosamente
sucios.
Es nuestro temido enemigo; nos distrae ideando, siempre, tremendas
escaramuzas.
Solamente un bosnio intentó traer aquella metralleta, era nuestro teniente, ¿
entendiste?
Ojalá regreses intacto. La lluvia arreció
súbitamente.
Estuve caminando un año. Tontamente, olvidé reposar intentando alcanzar nuevas orillas.
Sus órdenes repetía permanentemente. Raramente entendíamos nociones de este nuevo teniente
ecuatoriano.
Algunas veces eres
sorprendente.
Son esos ñandúes, obviamente, rápidas
aves.
Algunas zonas urbanas lucen algo descuidadas, ¿observó,
señora?
Se ilusionó neciamente Valeriana. Esperanzada, recogió geranios ufanos entre nenúfares zafirinos,
azulados.
Adriana realmente quiere un enorme oso; los osos generan olorosa suciedad.
-------- La oración anterior contiene errores.
Se internaron, nuevamente, vadeando el río; guiaban, únicamente, expedicionarios novatos: zaireños arqueólogos.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Ala preguntó, respóndale, Olavia; porque indagando, alegará definiciones algún
sinvergüenza.
Solamente usando su perspicacia, el nuevo director estableció reglas legalmente
apropiadas.
Estaba mejor, pero enfermó de empacho. Recomendaron no iniciarle diálisis o
suspenderla.
Ahora pasean regocijándose en su ufanía, rumiando alguna trampa,
empedernidos...
¿Lograrás alcanzarlos? Tienen urgencia realmente, compañero. ¡
Apresúrate!
¿Lloras, Ala? Te usaron repeditamente, abusivos. ------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Ocho fumigadores iniciaron con intenso aerosol, LaTurca.
¡Oh, la amistad vivo intensamente!
Amo.
Ayer me insultó, gritando,
Olavia.
Ayer me insultó Olavia,
gritando.
Opinar puede importunarnos. No avives rencillas,
amigo.
Si Ala comenta, algo lelo
opinará.
Ahora tienes aquel queso untable esperando,
sácalo.
¿Suele el ñu orinar recostado? Intentaré traer alguno.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Si el ñoño opina, rían. Indefenso, tendrá
ataques.
Algunos locos gritan al realizar adustas bromas, intentan asustarnos.
-------- La oración anterior contiene errores.
Su esbleta ñata ocasionaba risas. ¡Imaginen tremenda algarabía!
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Él nunca obra justamente. Obsérvelo,
señorita.
Se está generando una revolución anímica mundialmente. Entiéndanlo, no toleraremos
enojos.
Si algunos redactan ciertos acrónimos sarcásticos, tendrán intereses comunes, amigo,
seguramente.
Sí, algunos ladrones acostumbran dejar anotaciones
sarcásticas.
Ocho meseros ingleses nos ofrecieron sabrosas ostras
saladas.
Oigan, yo escuché, nítidamente, dos oscuros lamentos
ominosos.
Recién el celador oyó su tictac, alegremente despertó oyéndolo.
¿Sólo el ñu orina
recostado?
Algunos camaradas rumanos olvidaron saludar, teniente. Intentaremos corregirlos, obviamente,
señor.
Ala falla repetidamente en nuestros torneos
acrósticos.
Si aquellos brutos ofenden reiteradamente, estarán amenazando nuestra decisión. Olvidemos la afrenta.
Algunos barones renacentistas impidieron gestiones oscurantistas. -------- La oración anterior contiene errores.
Solamente algunos buenos obreros revolucionarios están atendiendo nuestras desdichas donándonos óbolos, leche, abrigo...
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Olavia se comió una rata apestosa,
saboreándola.
Suelen usar esas levitas tan
oscuras...
¡Apresúrate, TT! rlrm anda
suelto.
Estos sí tienen respaldo. Usa cinco tornillos, únicamente; refuérzalos
atrás.
Sinceramente imploramos nuevos camastros. Estos respaldos atacan mi espalda, no tienen
estructura.
¡Silencio, escuche cómo ronca! Es tan ordinario,
sinceramente...
Sombríos alguaciles niegan testimonios interesantes falsificando impunemente cédulas antiguas, realizando nefastos oficios
secretos.
Sabiamente observó, benévolamente escogió, rápidamente bendijo, infamemente olvidó
santificarnos.
Evidentemente se creen reyes, insisten tanto... ¡Ordinarios,
soberbios!
Ojalá puedas interpretar nuestros
escritos.
Serán estupendos sus escritos. Ahora, no decepcione,
opine.
Sonso Ala, tiene ideas seriamente funestas. Ahora comenta cómo iluminar ocho navíos españoles,
seseando.
Siempre interpreta nuevos temas; aquel xilofonista incluyó serenatas.
-------- La oración anterior contiene errores.
Sus acrónimos (tan imaginativos, siempre), facilitarían algunas cuestiones. Comience indicándonos ortografía; nosotros estudiaremos sintaxis.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Si otros mienten, están tarados. Intentar engañarnos nunca dará, obviamente, logros o
satisfacciones.
Repitieron el mismo exhorto, nos dijeron a nosotros: "Desnúdense o los obligaremos
sometiéndolos".
Otros brutos no utilizan buenos instrumentos. Luego andan
remendándolos.
No abunde usted, señora, en adornos baratos; una novia debería
obnubilar.
Si alguno babea, estará nauseabundo.
Son únicamente tres indios, los españoles
saben...
Nuestras oraciones resultaron muy amenas; nuestros dichos, obviamente,
sutiles.
Recibimos el nuevo ultimátum. ¡Nos conminaron inmediatamente a retirarnos, osados
normandos!
Sólo esos ñoños obesos
renunciaron.
Otros besos tendré esta noche; disculpe, Rabo. ¡Acábela,
señor!
Al gozar orgasmos tendrás amor. Realmente lo
obtendrás.
Señor, ¿es ñoño o rotundamente idiota? Temo
agotarlo...
Sabré amarla bien. Entiéndalo,
señorita.
Aunque besaras apasionadamente, nene, definitivamente otra noche ambos desvelados, odiaría, ¿
sabes?
Otros besan sin esperar sentir. Intentan olvidar, no ambicionan. Déjenlos
abandonados.
Olavia busca siempre errores, Rabo. ¿Vivirá, acaso, locamente
obsesionada?
El xilófago traga roble añejo, no jacarandá. Es real,
obsérvalo.
Si usas flechas indias, caerá inerte el nuevo teniente extranjero.
Es muy obtusa; confrontando, incluso, obviedades no entiende
suficiente.
Sacó una flauta inglesa; con ineficacia, expresó negras, terribles
emociones.
Emmanuel siempre puede encontrar respuestas equivocadas.
-------- La oración anterior contiene errores.
Sargento, una flota invadió. Coronel, inicie evasión. No teniente, espere.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Sí, el xenófobo urdió aquella lacerante iniquidad despiadadamente. Arrestémoslo, démosle escarmiento
suficiente...
Suelo acabar necesitando copular incesantemente, odio no aplacar, reprimir, las omnipresentes
sexualidades.
Si aquellos tres alemanes no inician conversaciones, ordenaré
sancionarlos.
Sobre una mesa arrumbé raros libros oscurantistas,
satánicos.
Siempre entendí matemática: integrales, derivadas, ecuaciones... Siempre puedo (realmente) entender números difíciles, incluso dividirlos o
sumarlos.
Arreglaron ruedas, repararon impecablemente nuestro carruaje oxidado, nos acomodaron dos asientos
semidesprendidos...
Andy, bobamente, olvidó muchas interesantes notas
arrinconadas.
Su indignidad lo envilece. Nunca carga intenciones afables, las
abomina.
Esa narración tiene infames errores. No debemos escucharla,
silénciala.
Adriana, seguiremos interpretando (dedicando únicamente algunas mañanas) el Nuevo Testamento, ¿
entiendes?
Nos estás generando rabietas
asiduamente.
Sólo escucharán nuevos temas en noviembre; cuando inauguren aquel
salón.
Socarrón, Ala regresó con ofensas fanáticas. Ahora grita ominosas
sentencias.
Otros los vieron irse de aquella ruinosa librería arrastrando
sarcófagos.
Si esas nalgas te excitan, no caigas. Intenta
olvidarlas.
Oiga bruto, siempre comentando esas nalgas. ¡Acábela, señor!
-------- La oración anterior contiene errores.
Sus extraornidarias nalgas temo encontrarme, nena. ¡Cuántas intenciones obscenas!
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Al gritar, una decisión oscura sentenció.
Otros doce odontólogos nicaragüenses, tan obesos, luchan oyendo gritos intensos,
agudos.
Sólo un lunático funesto, un reverendo idiota, cursaría
odontología.
No ofendan, vecinos. Es desastroso acatar designios estando
sulfúrico.
Olavia cocinó unos riquísimos ravioles, inimitables. En resumen, ofreció
novedades.
Oye, bribón, ¿viste inapropiados actos?; recuérdalos, eres muy olvidadizo, ¿sabes?
-------- La oración anterior contiene errores.
Otro lelo vierte, inopinadamente, dichos absurdos. Lo obviaremos.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Olavia la vigilaba incansablemente, días anteriores litigios
ocurrieron.
¿Indio? No digas imbecilidades,
olvídalo.
Andy nunca usó ninguna camisa innovadora, Olavia
sí.
Ordenando las innumerables gacetillas, Andy releyó cuatro
anuncios.
Obreros bolivianos son cruelmente explotados, niño
oligarca.
No olviden traer algún recuerdo indudablemente
obsceno.
Sería interesante guisar una iguana en rico oporto,
notario.
El secretario privado le entregó nuestra demanda inicial; después otros
siguieron.
Sus ingeniosos escritos me parecen rotundamente
espléndidos.
Ese xenófobo termina reiterando el mismo odio,
siempre.
Ofrezco remar desde el noray al dique armenio, mi empresa no tiene
extremos.
Oscuros lagos intentamos secar. Quizás una embarcación ateniense recuperemos, limpiándolos ordenadamente.
Otro día intentaremos
olisquearlo.
Debo insistir, Emmanuel genera
odio.
Ocho peruanos ofrecen recuperar tu uranio. ¿Nadie intentará decirles, advertirles, Diego?
Debemos ofrecer salmón. -------- La oración anterior contiene errores.
Oye, payasa: ofenden reiteradamente, tan unidas, niñas... incluso de a dos.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Entenderme no tiene importancia, ¿eh? Nomás dame
oportunidad.
Si antes no amaste, mentías, Emmanuel. No te
entiendo.
No estés chingando, intenta olvidar
sanamente.
Nos atacáis con indigna oratoria,
necios.
Siempre estamos sesionando, imaginamos otra
nación.
No entiendo, ¿cuándo iniciamos otra
sesión?
Ala busca respuestas, incluso escribe reclamándolas; ¿oyen,
necios?
Ocho mineros internáronse nuevamente, obscuros subterráneos
abrieron.
Olavia buscaba esa señal
ominosa.
¿Eres hombre?
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Si uno busca tener energía rápidamente, requiere atenderse, no estar
obeso.
Otros recorrieron algunas ciudades; incluso, obviamente, Nápoles en
subterráneo.
Ala no intentó mejorar, apenas depuró
oraciones.
Olavia recordaba, incluso, nuestras absurdas recomendaciones.
-------- La oración anterior contiene errores.
Alguien nos indicó, muy amablemente, donde orinar.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Aunque le escribí graciosas recomendaciones, insistió
animado.
Satisfacer un buen ideal da
alegría.
Subimos un buen trecho. Estábamos rendidos, realmente agotados... nos esperaba otra
subida.
Observadores bosnios se colaron en nuestros ocho
subterráneos.
Él normalmente generaba acrónimos larguísimos; algunos, nada agradables, decididamente
obscenos.
Sí, estoy por tener independencia. Estrenaré mi bar ricamente
engalanado.
Andy tiene recursos; espera viajar en
septiembre.
Ese xilofonista coge incesantemente. ¿Te atreves?
Ahora, ¿me arrullarías? ¡Me
excita!
Simplemente estoy mendigando amor. Nat, ámame.
¿Alguien vino esta
semana?
Seis extraños ñoños obesos rostizaban
aves.
Son artículos largos, aburridos, Marthita; algunas notas deberían realmente acortarse,
señora.
Zinc, oro, níquel... consíguelos; entonces, recubrirás aquellas
salamandras.
Él sí tiene ranas en cuarentena; hace extrañas zonceras.
Zarandea así las ancas, me evitas releer insulsos acrónimos...
-------- La oración anterior contiene errores.
Es tan ridícula esta conversación; harta esa zalamería.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Olvida las vindicaciones invocando delicadeza. Exhibes nulidad, sumisión,
estrechez...
Durante ese siniestro podrán aparentar buenas intenciones los aseguradores. Después, ¡
olvídense!
Algunas mujeres aturdidas buscan, inútilmente, los intereses de algún
despabilado.
Ala me atribuyó diatribas realmente insultantes. Nos asombró. ¿Recuperará la
amabilidad?
Su única cuñada intentará
amadrinarla.
No usen esa vajilla antigua,
sucia.
-Agarra las zanahorias; añade puerros, remolachas -indicaba Marthita armando recetas obviamente
nuevas.
Al declamar raras intenciones, a nadie
alzaprimaron.
Sí, Olavia, luces un cacho inquieta; ¿o no,
Adriana?
La angustia generalmente resulta inútil, Marthita, ¿acaso
soluciona?
Es siempre tan intenso el recuerdo, casi ocasiona
lágrimas.
Si odiase buscar rastros inútiles ahora me encontraría, neciamente, tirándoles
estiércol.
Sus anteojos le impedían ver aquellos zapatos ornados
sobriamente.
Sólo intento no fornicar o no iniciar con asquerosos
salivazos.
Ese xilofonista que usted invitó sabe interpretar tantas obras
sinfónicas...
Ese xilofonista quiso un instrumento sorprendente; intentó tocarlo en cuanto estuvo
solo.
Si utilizan buenas recetas, encontrarán placeres totalmente inesperados. Con inimitable afán, Marthita elabora nuevos tentempiés
exquisitos.
Su entusiasmo cede al recordarla. La ama subrepticiamente.
Arduamente pinté algunas rejas. Emmanuel, jocoso, olvidó
secarlas.
El xilógrafo cordobés utiliza siempre
aparejos.
Su ingenuidad no conmueve, es realmente actuada. Miente enormemente. Nunca tiene excusa.
Olavia se trata esa osteoporosis. Pacha ofrece remedios oportunos, sin insistir,
sinceramente.
Ese sueco tiene
osteoporosis.
Obispo, la infeliz grey, ofuscada, frecuenta recintos extraños. No intente cambiarlos, ore.
Al menos, intenta ganar,
oligofrénico.
Sí, úsalo inmediatamente con intenciones destructivas, amigo.
Intenté nuevamente subir: una loca tarea, absolutamente
suicida.
Estás siempre tan ridícula: esas medias, el camisón... Esmérate, ¿
sí?
Obedéceme, bella esclava, dame ese cáliz exquisito... Me
estremeces.
Estás siempre tan adolorido, ñoño. Anda, despierta, ¡
obedéceme!
El xilofonista calcula usar su atril, típicamente
estañado.
Sí, Emmanuel, generaste un revuelo aquí... Mentiste esa noche, tonto,
¡excúsate!
Según opiniones periodísticas, agitadores políticos entrevistarán a nuestro decano. ¿Oirán nuestras ocurrencias?
Seguramente...
Entre los edificios, guardias armados nos traían esposados,
sopapeándonos.
Se usaron buenas imitaciones. También agregaron mármoles egipcios, no tan
elegantes.
Sus órdenes recibimos de inmediato: debíamos atacar
súbitamente.
Son ocho luces iluminando aceras
sórdidas.
¿Ofreces fórmulas tan absurdamente largas? Mejor ofréceme lógicas o geniales ideas, cual antes
solías.
No olvides tus anteojos; recuerda indicaciones
oftalmológicas...
Solamente otro
brandy reanimará al
notario.
Olavia recién tenía oscuros pensamientos, Emmanuel. Déjala, idiota, consejeros oportunistas
sobran...
Aquellos bonzos reclamaban, airadamente, zapatos
ortopédicos.
Amigos... reciban este, nuestro
abrazo.
Amigos, haced oro reuniendo
arena.
Es simple: para llegar en noviembre, deberías iniciarlo desde
ahora.
Rabo está siempre pensando. Olavia no demuestra entender. ¿Marthita?, ¡
espléndida!
Escribí seis cuentos, Olavia... ¿Leíste alguno? ¡
Respóndeme!
Si usted fuera inteligente comprendería, inmediatamente, el nuevo temario
escolar.
Solamente entienden nimiedades. Tanto intelecto menor es notable: tienden a leer, escribir...
suficiente.
Solo, observando, medio borracho, recordaba increíbles aventuras
sentimentales.
Sus ojos (medio bizcos) realmente impresionan. ¡Ay, santísimo!
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
No, Emmanuel, nos abrumas...
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Estoy sumamente triste, recordando el lago, las alamedas
sombrías...
Olavia pintó tu increíble melena acuciosamente. Mírala, es negra, tiene
estrellas.
Entonces no faltaba antes de aquel día oscuro...
-------- La oración anterior contiene errores.
Olavia parece tener ideas muy amables; mientras Emmanuel nunca termina enfadado.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Ayer caminó ágilmente sin orgullo.
--------- La última palabra debe ir en negritas.
Ahora, cuando actúo, sobresalgo
óptimamente.
¿Recibieron otro paquete,
acaso?
Si usan polleras estarán ridículas. Intenten otra
ropa.
Adriana (rabiosa, berreando) ocupó la estantería
superior.
Sin oscuras suposiciones, pidió el comisario hachar aquellos raros
árboles.
Si intentas negarte, vende esa rara góndola usada en Nueva Zelanda. Alguien sospechará.
Son ocho lunáticos, ocho
sinvergüenzas.
Si insisten, repitiendo esas necedades, acabarán
solos.
Se oía fuerte: lejanos alaridos, Marthita, algunas
sirenas...
Sólo un cagón emplearía sus ofensivas
soflamas.
Aunque menciones aquella noche, Emmanuel callará; evitará recordarte esos
sucesos.
Recibirás esa verga enorme, nena. Tendrás ahora deliciosos
amaneceres.
Ahora yo estoy
reventada.
Otros londinenses anduvieron visitando Irlanda
ayer.
Es siempre preferible escuchar ritmos populares. Es nuestra tradición,
Olavia.
Ondeaban banderas, los internos gritaban azuzándonos. Tiranos organizaban redes inteligentes al morir el nacionalismo... ¡Tremendo
esperpento!
Si usted desea amarme, me encantaría recibirla. Intentaremos coger amistosa, no
obligatoriamente.
El xilofonista argentino se perdió en Roma. ¿Alguien reemplazará al
sudamericano?
¿Ofendido, fantoche? Esa necesidad de imprecarme es necia. Déjalo o me
exasperarás.
Olvídalo, fanfarrón, eso no dije. ¿Insistes enjuiciándome, necio? Desiste o me encabronaré.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
No insistas, ñoño,
ofendiéndome.
Olavia besa sabroso, es real. Vamos, anímate,
niño.
Seis obesos bostonianos, recién evangelizados, saltan, aclaman, laudan. Tienen algunas novedosas danzas. Otras luces observan...
Oí, repentinamente, gritar a nuestro intérprete zulú. Algo debió ofuscarlo,
sobresaltándolo.
Zapadores obligados reprimieron regimientos irlandeses nulamente organizados.
El sacerdote tiene un pedido insólito: desea el
zorrino.
Orondos borrachos vomitaron. Ingirieron alcohol mientras estaban navegando. ¡Tremenda estupidez!
Te escuché, Marthita, pero recibimos amigos (noctámbulos,
obviamente).
Nos acostaremos
temprano.
Esperamos de usted, compañera, algunas consideraciones incluso organizativas,
Nat.
Respetuosamente es sólo palabrerío. Esperemos tener una oportunidad. Sencillamente, así mostraremos, expresaremos, nuestra temprana
educación.
Ala y usted deberían aguardar
respetuosamente.
¿Repararon esos zapatos, o no? Generalmente aplican remiendos adecuados. -------- La oración anterior contiene errores.
Aunque yo use diccionario alguno rezongará.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Ahora ustedes trabajen ordenadamente. Reparen inmediatamente todo. ¡Apresúrense! Rabo intentará
ayudar.
Su estampa generaba una impresión definitivamente
autoritaria.
Era su turno; repartió en
seguida.
Saboreamos el requesón en nuestro ático... me encanta no tener
estrés.
¿Sufres o lo aceptas
serenamente?
Soy un tarambana, imagino leves espasmos zarandeándome a
solas.
Soy otro lúbrico uxoricida con intenciones obscenas: no esperes
sutilezas.
Ocho brasileños se están quejando; ¿ustedes intentaron ofrecerles
soluciones?
¡¿Odias recibir
obsequios?!
Se afanaban buscando antigüedades de
oro.
Ala, ¿podrías ocuparte? Recuérdales trabajar el
sábado.
Organismos privados están recibiendo
aportes.
Siempre organizan nocturnos recitales; increíbles, espléndidas noches de
ópera.
Son ideas muy pueriles. LaTurca opina; Nat escucha
sonriendo.
Sólo unos pocos escritos resultaron admirables, realmente; los otros,
simplones.
¿Es tu única preocupación, Emmanuel? ¡Felicitaciones! Ahora comprenderás, incluso explicarás nuestros temores. Esperamos
superarlos.
Olisqueando, perros ovejeros registraban todo. Una noche, aquí mismo, entraron novicias. Traían
estupefacientes.
Zapadores alemanes pudieron abrir trincheras,
oportunamente.
En serio, traes una porquería inmensa desnivelándote el
zapato.
Su inteligencia es muy primaria, refleja
estupidez.
Olavia busca su comida en nuestra alacena,
siempre.
La induje con incitaciones terriblemente
obscenas.
Ochenta iraníes surgieron tras
él.
No intentes ninguna fechoría, ¿
oíste?
Obsesivamente lo intentas, sodomita. ¿Quieres un efebo ardiente remangándote, obsceno
ninfo?
Dos interinos lo olisquearon.
Eso no te impide desearme, Ala;
dilo.
¿Reiteras esa cháchara, impotente? Ante mí, eunuco, no tienes
entidad.
No, Ala, vergas enormes gozarás aquí,
reciamente.
¿Otra bestia submarina te rompió un yate? Evita
navegar.
Esos, sus pedos, impedían respirar. ¿Intentará tirarse
uno?
Sucesivos obuses bombardearon el refugio beirutí, incendiando ancestrales monumentos, enardeciendo nuestro tolerante
espíritu.
Al comienzo Roma ordenó nueve inmensos monumentos, ornamentados
soberbiamente.
Sí, Emmanuel nos critica invalidando libremente los
acrónimos.
Sólo ella, Nat, concede ilusiones lascivas ;las autoriza.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
El plan incluye salidas originales, días increíbles... organización
sencilla.
Soy aquel lánguido viajero. Acuérdate, tuvimos
episodios.
Se aconsejó tomar iniciativas rápido. Ahora
sálvate.
Suelo opinar por opinar. Realmente intento fanfarronear en revistas o
sátiras.
Son inexorables las experiencias nefastas cuando inicias ominosos senderos...
-------- La oración anterior contiene errores.
Sí, Olavia, prefiero olvidar. Recuerdo insoportables, feroces encuentros, odiosos silencios...
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra de la frase anterior.
Nuestros encuentros generalmente resultan aburridos,
soporíferos.
¿Se acabaron las orquídeas
negras?
Sólo Andy barría el
salón.
Al menos Adriana pudo ocultar la angustia, ¿
sabes?
Andy merece esas rosas, incluso claveles, algún narciso,
amapolas...
Son insoportables nuestras visitas, están resultando groseras; usan esa natural zalamería
americana.
Aún hay unas maderas allí, Diego. ¡Acércalas,
sinvergüenza!
Ayer se quemó una escuela. Recuperamos ocho sillas
ahumadas.
Ahora puedes usar nuestro teléfono, es sencillo.
---------- La oración anterior contiene errores.
Aún si quisiera una extensa redacción, obtendría simplemente apuntes.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Sí, Olavia... ¡lávate,
asquerosa!
Olavia leerá los artículos
sola.
Silenciosa, Andy lavó mil
ollas.
¿Sabes una nueva tonadilla?... ¿una oración? ¿Sabes algún salmo?
Son azules, nuevas, decididamente (aunque lindas) incómodas; algo
suntuosas.
Olavia se encaprichó: zapatos negros o
sandalias.
Si escoges mi impresionante nabo, alimentarás rápidamente incontables
oseznos.
Recientemente, ese profesor universitario logró ser invitado, vino al
seminario.
Releyendo el gran recetario encontré sopas apestosas,
repulsivas.
Olavia repartió inaceptables notas al
regresar.
Es nuestra teoría: el nitrógeno digerido impide
orinar.
—Sí —Olavia rezongaba—, primero responda éste, Nat; después el nuevo temario, ¿
entendió?
Su esposa realmente recuerda al nuevo intendente albino.
¡Sorprendente!
Seis extraños niños indígenas lograron escalar
serranías.
Recuerdo esas viejas oliendo los únicos crisantemos (incipientes, obviamente nada aromáticos); retorcidas, imaginando olores,
seniles...
Ocho policías reprimían. Insurgentes manifestaban ideales
revolucionarios.
¡Oh! La vagina inmensa de Adriana deseo
oprimir.
Ofrecían buenos vinos, intensamente aromáticos. Marthita, embriagada; Nat, también
ebria.
Ahora consiguió ofenderlo. No sólo Emmanuel juzga,
obviamente.
"Serenata", Emmanuel. Relee esa nota anterior, te
aconsejo.
Soy ese recuerdo escondido (nunca olvidado).
Si insisten, terminaré improvisando otra
serenata.
Dos ornamentos raros adornaban dos oscuros
sitios.
Dos enanos imaginaban duendes amarillos, dorados.
—Señor, escuche nuestras súplicas —impetuosos beatos idealizaban la imagen de alguna
deidad.
Siempre amable, TT, intenta satisfacernos facilitando algunos consejos tan oportunos. Realmente, indican alta
sensibilidad.
Es muy parecida a Circeromana, hace oraciones satisfactorias.
Si Emmanuel consigue recetas, estará tomando algo muy específico; nunca tendrá
empachos.
Observé las verdaderas intenciones de Adriana: decirnos obscenidades secretamente.
¡Esto se terminó! Ustedes, ¿podrían incluir diccionarios
olvidados?
Dices eso sin correrte, amiga. ¿Realmente actuamos descaradamente? Ahora me encuentro neciamente tonto, estúpido.
Realmente únicos, impresionantes... Nueve días amándonos
descaradamente.
Obvio, fue en nuestra defensa esa ruindad.
Alucina, luego unta con incienso nuestra alcoba; repetiremos eso.
¡Oh, bonita! Si tu recitas, únicamente yo alucinaré.
Soy el respresentante edilicio. No
obstruya.
Sí, esconda sus implementos o no estaré
sereno.
Si el niño teme (imagina monstruos) insistirá en no tener otras
sesiones.
Ahora tienes ropas acordes para afiliarte. Recuerda: los asociados amonestan
.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última.
Alarma temer, reprimirse, angustiarse. Por ahora responderé lógicamente, ahuyentando sentimientos.
El silencio cae, acunando palabras amorosas. Tus ojos raudos intentan atraparlas.
Al menos otros repasan ordenadamente sus acrónimos mal escritos. No tienen escapatoria.
Ensayaríamos... Nat se ausentó (lamentablemente) aunque debía asistir, ¡sinvergüenza!
-------- La oración anterior contiene errores.
Ahora Marthita ofrece ricas ostras saladas, algunos maníes especiados; Nat trajo ensaladas.
------------ La oración contiene una palabra inválida (Regla 8).
Al salir, Andy me besó la espalda
amorosamente.
Ocho fusileros ingleses consiguieron interrumpir nuestra
asamblea.
Si ahora LaTurca invita vamos a nuestra desmantelada
oficina.
Soñé algo terrible: espantosas libélulas impedían torneos escolares
salivando.
Se estima caerán otros
satélites.
Nunca uso dátiles oscuros,
secos.
Obesos ratones gritaban algo. Nosotros intentamos zafarlos abriendo
nudos.
Ser eficiente resulta realmente útil cuando hombres
organizan.
Ayer rebané el nuevo queso usando este
serrucho.
Olavia pensaba traer invitados mañana. ¡Imposible! Sólo tengo
arenques.
Son otros fundamentalistas oponiéndose consistentemente al diálogo
optimista.
Oportunamente podrás olvidarlo. Si insistes tanto, obviamente resultará él
sofocado.
Se esperan cabales
opositores.
¿Leyeron el testamento, Adriana? ¡Lamentablemente estaba
seco!
Sépalo, ese xenófobo usa armas
letales.
Nosotros urdimos esa valiente aventura
sexual.
Sabremos entender (sin inquietarnos) otras necias acusaciones
nuevas.
El xilofonista tiene reumatismos esqueléticos. Médicos austriacos
sesionan.
Siento algunos temores (incluso siendo feliz), angustias casi
extremas.
Ojalá llueva intensamente. Ver arroyos
satisface.
Ahora sí, comerán
olivas.
Antes mirábamos esos raros imanes con
asco.
Lejos, en Tailandia, asiáticos niños imaginan
América.
El mejor maestro alecciona niños utilizando esa
letanía.
Armas horrendas oraciones, repugnantes; cada acrónimo resulta socarrón,
Emmanuel.
Olavia falleció una semana cualquiera. Aburrida, decidió
ahorcarse.
Adriana lo alcanzó muy
ofuscada...
Ese xilófago parece estar realmente impaciente. Está nomás comiendo, inquietamente, álamo.
El xilofonista asiático ganó el reconocimiento acalorado de algunos miembros entusiastas, Nat. ¡Tenía
experiencia!
Ahora no obtendrás compasión. He estado compadeciéndote exageradamente.
Ocotes feos usted soba cuando anochece.
Es latoso estar vomitando. Arde, duele, ofusca.
Sabrán interpretar los expertos nativos cosas insólitas, ominosos silbidos a medianoche en nuestro techo
elevado.
Al terminar el noveno día introduzcan azufre mientras oran silenciosamente.
Olavia fue inventando cuentos incansablemente; nosotros
atendíamos.
Ahora jugamos en nuestra
oficina.
Seguramente aquellos lunáticos saldrían airosos...
------------ La oración no tiene como acrónimo la última.
Nunca estuviste ofendida, zalamera. Estabas llorando así nomás, deseando el socorro
ajeno.
Sueles organizar muchos bailes; recuerdo escuchar rock o
salsa.
¿Acaso resulta
ridículo un gnomo usando enormes
sombreros?
¿Osas reprochárselo? Díselo entonces... no
arrugues.
Nadie ordena.
-------- La oración anterior contiene errores.
Señores, incluyamos todo. Únicamente aquellas cosas indispensables obviamente no.
------------ La oración no tiene como acrónimo la última palabra dfe la frase anterior.
Sí insistiré. Tráeme una amiga, Cacaruli, inglesa o neozelandesa.
Siento escozor, náuseas tan insoportables recordando aquella
situación...
Oye, tarado, ¿realmente
amas?
¿Ostentas sin tener erección? Nene, tómate
otra...
Nena, observa cuidadosamente. Inmensa verga ostento.
Escucha, Nat, fumar es realmente muy adictivo; resultando, obviamente,
nocivo.
Algunos londinenses comen arroz noruego, zanahoria alemana... Recientemente todos enfermaron.
Oye, Francisco, una sesión con Andy debería
alcanzarte...
Dime, ingrata, ¿nunca estuviste realmente
ofuscada?
Entonces las envía cuando termine. Recién intenté comunicarme incesantemente; ¿debo algún dinero?
Esas xerocopias, compañero, estarían listas; empero, no tenemos
electricidad.
Al final actuaste notoriamente. Observé satisfecho algún mánager en nuestro teatro. ¡Excelente!
Ocho funcionarios españoles nos sometieron
afanosamente.
Apareciste con otro bribón apestoso, recuérdalo, Dante. Ahora repites la ofensa.
Nuestros acrónimos deben
acobardarlo...
Siempre empiezo nuevas sinfonías. Algunas causan intriga; otras,
nada…
Ojalá sintiera otra
sensación...
Ahora tengo, en serio, ochenta roñosos osos.
Repítenos ese verso, Emmanuel, nos tienes asombradas. Repítelo, lees
adorablemente.
¿Recuerdas ese verano en Nápoles, TT? Algunos recuerdos lamentables
atesoro...
Soplé esa nuca alabastrada deseando oprimirla, reventarla.
No existe funcionario administrativo sumiso; tampoco, obsecuente
senador.
El xilofonista creía impresionarme tocando acordes nefastos.
Eres realmente obsesiva, TT (insaciable, compañera). ¿Acaso mis esfuerzos no te
excitan?
Siempre intenta nuevas caricias; encuentra realmente atractivo tentarme
eróticamente.
—¿Sugieren espaguetis, ñoquis o ravioles? —intervino TT—; Ala,
sincérate.
Suelen originar problemas. Ocasionalmente realizan interrupciones feroces en rápidas avenidas.
---------- La oración anterior contiene errores.
Señor: esa ñoñez ordinaria resulta insoportable, tan aburrida, soporífera.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Si osas pedorrearte, ahuyentarás
señoritas.
Algunos días ofrecemos ricos almuerzos, meriendas o
sopas.
Tus relatos apestan, fanfarrón. Intenta contarlos
allá.
Ningún argentino
trafica.
El queso ugandés impresiona. Velo, olelo, catalo aquí, Nat.
Son unos inútiles; cuando intentan demostrar antiguas nociones de Oriente, se
equivocan.
No esperes prórrogas, aquí los endeudados sólo escapan
suicidándose.
Ese xilofonista pretendía lucirse interpretando, con astucia, canciones inglesas o
nepalesas.
El xilofonista portugués lo interrogó, quería una
explicación.
Si usas bufanda, intenta traer alguna más elegante, ¿no te
expliqué?
Es pura idolatría. ¿Soportarás todo o la abandonarás súbitamente?
En Nicaragua firmé renuncias; en Nigeria, tratados. Ahora rubrico miserables
epístolas.
Oferté bonitos encajes de Inglaterra en nuestra tienda. Entonces mis enemigos nigerianos temieron enfrentarme.
Olavia recuperó ganancias utilizando la ley
obedientemente.
Otras buscan esculturales siluetas, armoniosas.
---------- La oración anterior contiene errores.
Obviamemte recitas guturalmente. Utiliza los labios, obesa.
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
¿Esperabas sentir tanto
orgullo?
Seis indios nos correteaban, en respuesta al maquiavélico espectáculo. Nosotros temíamos
esto.
Es sensacional tener roces eróticos, me encanta. Cuando esos dedos oprimen resulta extremadamente sensual.
Sólo algunos buenos amigos nos aconsejan
sinceramente.
El sueño culminaba así: los ogros feos regresaban, iban ondeando
sábanas.
Solo, ese xenófobo urdía alguna lúgubre misión. Esa noche tuve
escalofríos.
Olavia resoplaba, inflamada. Eso nos turbó... ¿acaso la excitábamos
sexualmente?
Siempre Andy busca recetas orientales, sólo
orientales.
Arreglé la merienda utilizando ese rábano zelandés. ¡Oh,
sabroso!
Siempre incluía nueces sobre ensaladas naturistas, también incorporaba dátiles orientales. ---------- La oración anterior contiene errores.
Ala le mostraba una estúpida revista, zonza. Ocupación sinsentido...
--------- La oración tiene faltas de ortografía.
Sólo ofrecían los
almuerzos.
Ordenaba la vasta, inmensa, despensa. Acabé de acomodarla
sola.
Olavia reía gustosa, amable. Nosotros intentábamos zaherirla avivando rencillas lejanas,
olvidadas.
Disculpa, estaba simplemente ordenando, rápidamente, gavetas amarillas; nunca intenté zanganear. Ahora deberé
organizarlo.
Nunca observas... ¿ves ese desastroso archivo
desorganizado?
Son, ahora, conciertos realmente interesantes; siempre tocan alguna
novedad.
Organizando festivales usted supera con amplia diferencia al
sacristán.
Recogí esas gardenias imaginándote. Mis ilusiones estaban, nuevamente, tan
ofuscadas.
Son únicos en todo el
regimiento.
Siempre está Marthita intentando tejer algún
suéter.